Alarma por las camas en UTI y ¿movimientos a destiempo?

Escribe: Sergio Di Pino.


Por Sergio Di Pino

El gobierno municipal respondió, hasta donde pudo, al reclamo de los médicos. Muchos de ellos habían insistido, a través de canales internos del Hospital, sobre la imperiosa necesidad de reducir la circulación social. La teatralidad de las autoridades de salud, en aquella conferencia para contrarrestar los dichos de Alejandra Capriata, los llevó a expresar su preocupación, por fuera de la discusión pública.

“Es lo que veníamos pidiendo desde Semana Santa”, señaló uno de los profesionales que trabajan en la trinchera, ante los anuncios realizados, el último lunes, por el intendente Ezequiel Galli y el secretario de Salud, Germán Caputo.

Incluso el director del área de Pediatría del Hospital, Dr. Gastón Seambelar, reconoció a través de un posteo en la red social Facebook, que “la mayoría de los médicos del Hospital pidieron disminuir la circulación de manera drástica”. Y describió, con crudeza, el sentimiento de angustia que atraviesan al “convivir con el dolor y la muerte”, en contrapartida con el relajamiento social que se observa en las calles.

Otros actores del sector, no quedaron conformes y consideran indispensable una “mayor claridad” en la comunicación del gobierno hacia la población. Expresan que los porcentajes de ocupación hospitalaria “varían en cuestión de minutos”. Y advierten que la situación, es más compleja a la foto “circunstancial” dada a conocer a través de los medios.

Olavarría transita la pandemia, con un plantel de médicos y enfermeros agotado desde lo físico y lo psicológico. A ese recurso humano, finito en cantidad y sobrecargado de trabajo, se le suma un Hospital que no fue robustecido, durante el último año, con infraestructura suficiente para afrontar la segunda ola de contagios. El cuadro se completa con las dificultades para articular con el sector privado de la salud. Aunque la derivación de pacientes con Covid-19  a las clínicas es mayor, sigue focalizada en aquellos que disponen de una mayor cobertura de sus obras sociales.

En ese marco situacional, un indicador encendió las alarmas de las autoridades locales: el alto índice de ocupación hospitalaria en UTI se mantuvo, pese a la desaceleración de la curva de contagios de las últimas dos semanas.

Último informe sobre la ocupación hospitalaria – Sábado 8 de mayo.

Las estadísticas oficiales de las últimas jornadas, mostraron que el número de internados en Terapia y Cuidados Intensivos, continúa en un orden del 70% u 80% de ocupación semanal. Ni siquiera los angustiantes índices de letalidad –  muere el 64% de los pacientes con coronavirus ingresados a UTI y  el 29% de aquellos que son llevados a cuidados generales- fueron suficientes para descomprimir la alta demanda de camas.

Ante ese panorama, el Municipio estableció el cierre total de la circulación social para todas aquellas actividades no esenciales, a partir de las 20:00. La medida, en principio, estará vigente hasta el 17 de mayo. “Creemos que limitar la circulación ayudaría a mejorar la situación”, reconoció el secretario de Salud municipal y apuntó a “evitar accidentes de tránsito y otras cuestiones que tienen que ver con la nocturnidad”.

¿Estas determinaciones podrían haberse tomado antes? fue una de las preguntas que le realizaron al intendente Ezequiel Galli en la rueda de medios: “Claramente no o por ahí sí. Pero con el diario del lunes es fácil tomar decisiones. La mejor decisión fue la que tomamos el 23 de marzo, sin las restricciones de Provincia. Y a la semana volvimos a tomar medidas restrictivas. Las medidas se tomaron a tiempo, con el diario del lunes es fácil. La balanza en este equilibrio perjudica a un montón de gente que quiere trabajar y no vivir de un subsidio del Estado” justificó.

Tomemos entonces el diario del viernes, previo a la conferencia de prensa. Ese día, diferentes medios locales, informaron sobre una inminente extensión del decreto local, que mantenía al distrito “sin modificaciones” para los siguientes catorce días. El domingo, es cierto, llegaron las adecuaciones de Provincia, con más limitaciones dentro de la Fase 3. Entre otros aspectos, se impidió el funcionamiento de gimnasios, natatorios, cines y actividades de culto en espacios cerrados.

Ante estos cambios, el Municipio calificó de “coherente” la resolución provincial. No solo optó por acatar la medida – cabe recordar que en septiembre de 2020 permitió la continuidad de gimnasios y natatorios, pese a la negativa provincial- sino que, en palabras del Intendente, decidió “dar un pasito más” y decretó un achique “extra” en los márgenes de circulación.

¿Qué cambio significativo, en términos sanitarios, se produjo desde el mediodía del viernes a la jornada de lunes? A simple vista, pareciera que ninguno. De hecho, los datos aportados por el secretario de Salud, minutos antes de la intervención de Ezequiel Galli, mostraron que la alta ocupación hospitalaria en UTI, tuvo su pico en la semana quince. Y detallaron que, el cuello de botella, se sostenía aún al inicio de la semana dieciocho. En otras palabras, que el riesgo de un “ahogamiento” en el Hospital  existía, como mínimo, hace dos semanas.

¿Es una medida tardía? Posiblemente lo sea, si el foco de análisis se realiza en los efectos de la segunda ola de contagios. Pero el anuncio, pareció apuntado a preparar el terreno para una eventual “tercera ola”, prevista para los meses del invierno. Se presume que en ese contexto, la internación de enfermos de coronavirus se combinará con otro tipo de patologías, comunes en esa época del año, lo que supone un nuevo riesgo sanitario.

Ante ese escenario, que solo podría ser atenuado con un incremento considerable de la población vacunada, el Municipio centrará sus esfuerzos en reducir el cuello de botella de ocupación hospitalaria, antes de la llegada del periodo invernal.

Los sectores económicos afectados y las contradicciones del Estado

El sistema de fases, ideado por la Provincia para proteger a la salud pública, ha expuesto las dificultades derivadas de “encorsetar”, con parámetros AMBA-centristas, una realidad tan heterogénea y dinámica, propia de un territorio compuesto por 135 municipios.

A esa complejidad, se suma la difícil tarea de clasificar actividades económicas, culturales, sociales o deportivas, para aplicarles restricciones horarias o directamente definir sobre sus posibilidades de funcionamiento. Y si las decisiones se toman desde lógicas burocráticas, los riesgos de caer en contradicciones o injusticias son muy grandes.

A estos vaivenes de la política, han estado expuestos gimnasios, clubes, natatorios o talleres culturales, en diferentes tramos de la pandemia. Actividades que no son un hobby o un entretenimiento, sino que deben entenderse como generadoras de trabajo. Y ante la movilización de esos sectores, las idas y vueltas de los gobiernos están a la vista.

La suspensión de actividades en los gimnasios y natatorios, decretada el último fin de semana, en los distritos  de la Fase 3, cayó como un baldazo de agua fría para el sector. Según expresaron algunos de los propietarios de los establecimientos, la imposibilidad de ejercer su trabajo los dejó “al borde de la quiebra”, dado que muchos de los damnificados “aún no salieron de las deudas del 2020”, generadas durante medio año de parate.

A modo de ejemplo, ¿Por qué cerrar los gimnasios y permitir que las personas puedan ir a un local gastronómico o una cervecería hasta las 20:00? o ¿por qué habilitar el fútbol 5 y no a los natatorios? No hay equilibrio posible, si no es de la mano de la igualdad y el sentido común. Quizás, por este motivo, pueda explicarse la postura adoptada por el intendente de Tandil, Miguel Lunghi: entendió que era necesario un cierre de la circulación para bajar los contagios, pero determinó que puedan trabajar todos los sectores por igual hasta las 18:00.

En nuestra ciudad, la restricción de la actividad para gimnasios y natatorios, provocó una rápida reacción del sector, que ya había demostrado, el año pasado, su capacidad de organización con la creación de la “Asociación de Centros de Actividad Física y Salud de Olavarría” (ACAFSO)

A diferencia de la posición tomada -en septiembre de 2020-, el Municipio decidió acoplarse a la disposición provincial que prohíbe la actividad: “el año pasado, mediante una Resolución del HCD habilitamos los gimnasios, cuando no estaban habilitados en la fase por una sola razón: teníamos camas de sobra” diferenció el intendente Ezequiel Galli.

En este sentido, y aunque coincidió en los beneficios para la salud física y mental de las personas que asisten a los entrenamientos, explicó: “hoy no estamos en condiciones de soportar una demanda extra en el Hospital”.

Julio González, propietario de uno de los gimnasios, calificó como un sinsentido a la medida, minutos antes de entregar un petitorio a las autoridades locales: “cortar la circulación a las 20:00, cuando en esta época los comercios todos cierran a esa hora, lo único que se hizo fue cerrar a los gimnasios” advirtió.

Julio González, uno de los propietarios de gimnasios de Olavarría.

Remarcó que “no hay contagiosidad en nuestros espacios” y agregó: “es claro cómo está el sistema sanitario, lo entendemos y tenemos empatía. Estamos solidarizándonos con ellos. Lo que no entendemos es por qué solo cerrarnos a nosotros” expresó.

El reclamo derivó en una reunión con el intendente Ezequiel Galli, realizada el pasado jueves. La charla, dejó buenas expectativas en los propietarios y hubo promesas de analizar “alternativas” por parte del Municipio. Este sábado, circuló una cadena de WhatsApp, a nombre de la ACAFSO, en la que se afirma que la actividad regresará desde este lunes, bajo la restricción horaria de las 20:00. Aunque sin confirmación oficial, la novedad podría ser ratificada este domingo.

La continuidad de las clases y la llegada del frío

“El frío se empezó a sentir, los chicos y los docentes ya estamos con camperas y gorros de lana” comentó un docente, ante la continuidad de las clases presenciales.

La problemática de las bajas temperaturas en los colegios, ya es un tema de preocupación entre los docentes y estudiantes, dentro de la complejidad que significa el regreso a las aulas en el contexto de la pandemia.

Otro docente, imagina lo difícil que será sostener la actividad en el invierno: “La escuela es Siberia, en el invierno va a ser terrible” expresó.

Fuentes gremiales, explicaron que “la situación va a ser difícil de sostener. Todo depende de si tenés buena calefacción o no y el protocolo estipula que con las bajas temperaturas se pueda cerrar y hacer una ventilación de cinco minutos por cada veinte o cuarenta minutos de puerta cerrada” comentaron.

Agregan que se deberá analizar a cada escuela en particular, “porque hay muchas realidades diversas. También tenemos chicos con poco abrigo y que muchas veces llegan sin un buen desayuno” advirtieron.

Mientras todo eso sucede, las autoridades Municipales y educativas, anunciaron la implementación del programa “Aulas Seguras”. Consiste en testeos aleatorios al personal docente, con el fin de detectar asintomáticos. Los primeros hisopados dieron todos negativos.

Testeos de vigilancia en escuelas.

La alta ocupación hospitalaria es, hoy por hoy, el talón de Aquiles de la gestión municipal. Junto con los altos índices de mortalidad, son factores que le impiden a la administración de Ezequiel Galli ganar en tranquilidad, pese al marcado descenso en los contagios de la última semana.

El reclamo de un mayor cierre de la circulación, por parte del personal de salud, fue escuchado en parte por un gobierno, que, a su vez, debe hacer equilibrio entre lo sanitario, lo económico y lo político. Los cambios, dentro de las fases, decretados por la Provincia y las medidas específicas tomadas en la Ciudad, derivaron en la protesta de los sectores económicos afectados, que solicitan ser considerados, en iguales condiciones, que el resto de las actividades.

A corto plazo, el gobierno apunta a reducir el cuello de botella, producido por la alta demanda de camas en el nosocomio. Esa mejora, permitiría afrontar el pico del invierno con una mayor capacidad de respuesta. Para esa época, el frío en las aulas significará un nuevo obstáculo para sostener la presencialidad escolar, una de las banderas de Juntos por el Cambio, durante el segundo año de pandemia.

Mientras tanto, la vacunación en Olavarría batió un récord semanal: 4600 personas inoculadas. Además, se está cerca del 50% de la población objetiva inmunizada, al menos con una sola dosis (23 mil sobre un total de 47 mil inscriptos).  Son datos alentadores, pero al tiempo marcan otra preocupación: la de amplios sectores de la comunidad que ni siquiera se anotaron.

La situación, seguramente obligue, en un futuro, a rastrear a quienes no cuenten con herramientas para inscribirse y lleve a sensibilizar a aquellos que aún no se registraron. En esa línea, el Círculo Médico puso primera y sorprendió con una señal, tras las disputas por los policonsultorios de IOMA: buscó concientizar a la comunidad para sumarse al plan de vacunación que impulsa el gobierno de Axel Kicillof.

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