Caminos para mitigar el cambio climático

Para cumplir con su compromiso ambiental, Argentina debe pensar en la descarbonización.


Fuertes cambios de modelos productivos, culturales y sociales que contribuyan a mejorar la vida de las personas, y cumplir con el compromiso internacional de disminuir la temperatura del planeta al menos en 1,5°C para dentro de 30 años. Este es el objetivo que a grandes rasgos compartieron cada uno de los y las expositoras que participaron el martes del webinar sobre el último documento de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), “Elementos para alcanzar la carbono neutralidad a 2050”.

El trabajo fue elaborado por el Mg. Gabriel Blanco y la ingeniera Daniela Keesler, docentes investigadores del Centro de Tecnologías Ambientales y Energía (CTAE) de la Facultad de Ingeniería de UNICEN, en colaboración con la misma FARN y la Fundación Vida Silvestre Argentina. No es la primera colaboración que realiza el CTAE con esta organización. De hecho, meses atrás se presentó el informe ambiental 2020, donde escribieron un capítulo.

Fue Gabriel Blanco quien abrió la exposición, donde presentó los tres escenarios estudiados para un país carbono neutral en 30 años. “Es posible” aseguró el especialista. “Hay una forma de distribuir esfuerzos para disminuir 1,5 °C. En el caso de Argentina deberá alcanzar las 70 millones de toneladas de dióxido de carbono, una emisión que hoy está en 370 millones de toneladas”, explicó. Para llegar a esa meta, presenta tres escenarios posibles con prácticamente emisión cero: la electrificación de la demanda (especialmente residencial y de transporte), el uso de biocombustibles (para industria y transporte); y el uso de hidrógeno.

Ahora bien. Ninguno de estos escenarios podrán ser absolutos, sino que de alguna manera hay que combinarlos, porque de lo contrario los efectos serían contraproducentes. Por ejemplo, si se quisiera volcar la totalidad de la demanda a biocombustibles, debería destinarse a ello la capacidad de siembra total del país. Por eso se piensa en también impulsar la producción de hidrógeno, y así. El hidrógeno es un elemento disponible en el agua junto con el oxígeno, que si es separado y luego vuelto a unir, genera grandes cantidades de energía. No genera emisiones ni contaminantes, explicó la ingeniera Keesler, en esta nota.

En este sentido, el docente expresó que “los extremos de alguna manera marcan la cancha y uno puede jugar con múltiples combinaciones, o infinitas, entre ellos”, y remarcó que todos estos caminos tienen en común la electrificación de la demanda residencial, ya que en ninguna de estas vías se usaría combustibles fósiles como el gas, energía nuclear, o represas hidroeléctricas de gran tamaño.

Como fue en vivo, la presentación estuvo abierta a preguntas. Una de ellas fue si la Argentina está en una trayectoria compatible con el objetivo de 2050. La respuesta de Gabriel Blanco fue contundente: “No, pero está en condiciones de hacerlo ya”, sostuvo. Aunque no será fácil: dependiendo los escenarios, el país deberá en algunos casos multiplicar hasta 20 veces su potencia instalada. Pero además, habría que triplicar la superficie destinada a bosques nativos, o quintuplicarla en el caso de bosques cultivados, para compensar las emisiones por otros usos del suelo.

El de la sustitución es un nicho complejo -reconoció el investigador- y el que apunta al cambio de matriz residencial es el que aparece como más abierto a modificaciones en el corto plazo. A lo largo del webinar se presentaron además las barreras existentes para la transición, los aspectos que intervienen en la escena, sociales, industriales, económicos y más, todas como estrategias que si bien se piensan a largo plazo, deben comenzar a impulsarse inmediatamente.

Podés ver la jornada completa en el canal de YouTube de la FARN y descargar el documento “Elementos para alcanzar la carbono neutralidad a 2050”, aquí.

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