Cannabis medicinal: “El dolor no puede esperar”

Ana María García, médica y presidenta de CAMEDA, evidencia cuestiones sobre el avance, acceso, control, legalidad del preparado de cannabis medicinal y la idea de construir mejores realidades

“Yo soy médica pero llego al cannabis como mamá por una hija que padecía epilepsia refractaria, una enfermedad que no tiene respuesta a ningún tipo de tratamiento de los conocidos” declara Ana María García Nicora para Radio Universidad. El grupo al que ella pertenece es CAMEDA (Cannabis Medicinal Argentina), que surge en 2014 para solicitar legislación, investigaciòn y avance por parte del gobierno sobre la alternativa terapéutica para distintas enfermedades. Garcia atestigua que en su caso “el cannabis podía ser una posibilidad. Entonces ante la falta de presencia de sociedades científicas que avancen sobre la investigación crean el grupo” que busca mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En octubre de 2015 una mamá trabajó sobre una aprobación para la entrada de un preparado de cannabis en conjunto con la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) y el apoyo de un neurólogo. “A partir de ese mes, mediante un trámite de uso con pasivos que se puede hacer en ANMAT, los pacientes con epilepsia refractaria y con indicación médica pueden tramitarlo” expone García y manifiesta que sin embargo lo que hubo “ fue un mayor mercado ilegal de acceso de los pacientes” con otras enfermedades porque eso no está ordenado.

En ese tipo de mercados, Garcia exhibe que “se desconocen los contenidos o las contaminaciones que pueda tener desde pesticidas bacterias u hongos, metales pesados, toxinas productoras de cáncer”, ejemplifica. En un intento de farmacovigilancia, a partir de la ley, las universidades han abierto sus puertas para el análisis de estos preparados. Lo interesante es que el debate ya está en el mundo académico, ya empiezan a aparecer otros actores como la Confederación Farmacéutica Argentina y esto tiene que ver con que “ la ley ha hecho que se pueda poner sobre la mesa la discusión para poder construir la mejor realidad para todos los argentinos” expresa la Doctora.

En suma, esa realidad es la accesibilidad a quien pueda llegar a necesitar este tipo de preparados o de medicaciòn, y desde la página web de CAMEDA, junto al Ministerio de Salud y otras instituciones, se lanzó una encuesta virtual para profesionales de la salud con el objetivo de conocer las distintas actitudes ante el uso de cannabis medicinal, los conocimientos legislativos y jurídicos sobre el mismo y también para poder pensar a futuro capacitaciones que contemplen la “soledad del paciente” y “la soledad del médico en la falta de conocimiento” en cuanto al uso de cannabis medicinal como una nueva herramienta terapéutica.

Asimismo, la asociación civil de la que forman parte muchas médicas, médicos, voluntarias y voluntarios, consideran que hay que recibir un producto estandarizado que tenga calidad y seguridad. También están velando para que el tema tenga incidencia pública para que los laboratorios estatales de medicamentos, según consta en la ley 27.350, puedan ser productores también de estos preparados.

CAMEDA presentó una queja ante el Defensor del Pueblo de la Nación sobre las inacciones de la Secretaría de Salud de la Nación y se han emitido varios pedidos de informes a varias áreas, tanto al Programa Nacional de Cannabis o al Instituto Nacional de Semillas; y lo que se ha trabajado junto con la COFA es la posibilidad de cada persona, con toda la tramitación y documentación obligatoria, pueda ir a la farmacia cercana para buscar el preparado indicado por el médico dentro de la Provincia de Buenos Aires. La finalidad es extenderlo a toda la Argentina.

Además, García propone que el cannabis medicinal tenga cobertura en las obras sociales para facilitar que llegue al paciente pero “la realidad es que si esto es muy complejo, llega un momento en el cual el paciente realmente decae en el intento de poder comenzar” asegura. El grupo está trabajando en ese aspecto, que el paciente no “baje los brazos”, sino que, aunque sea a veces muy difícil lograr resolver todos los trámites, siga luchando por el cumplimiento de su derecho.

Es complejo el tema, pero igualmente es necesario acompañar al paciente, hacerle un seguimiento sobre la medicación que están consumiendo a base de cannabis; que si se termina que pueda llegar a tiempo el producto. Es importante que los pacientes octogenarios con dolor crónico que están consumiendo cannabis tengan un control porque lo hacen porque se los dijo un familiar o un amigo y no lo han conversado con su médico de cabecera .

Es menester saber que existen contraindicaciones dependiendo de algunas patologías que dañan por ejemplo la función cardiaca, hepática o renal. “Todas esas cuestiones deben ser evaluadas” recalca Ana Garcia; y concluye que “tenemos que tener presente que estamos hablando de una droga que viene a tratar un síntoma”, que es un tema de salud pública. “Lo que trabajamos desde CAMEDA es evitar el riesgo priorizando el derecho del paciente y el derecho a la salud” (Agencia Comunica)

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