Educar en pandemia: entre las burbujas, el frío y la asistencia a clase

Las clases en las aulas ya no son las mismas: a los protocolos, distanciamiento y burbujas se le suma la inasistencia de algunos estudiantes y el frío que ya se empieza a sentir en las aulas. Esto puede presentar dificultades y obstáculos a superar. Personal docente y directivo de nivel preescolar, primario y secundario cuentan cómo es enseñar en tiempos de pandemia.


Tomás Kessler – Agencia Comunica

La reapertura de las instituciones educativas trajo consigo un sinfín de dudas, discusiones y miedos. El personal educativo se encuentra ante muchas dificultades. El simple hecho de tener que dar clases bajo el estricto protocolo ya es una gran carga, a lo que se le suman las variantes inevitables que pueden surgir a causa de la pandemia. Burbujas aisladas, contactos estrechos, Covid positivo son solo unos pocos desafíos que deben superar. Quizás el mayor inconveniente es el hecho de la marcada inasistencia de los alumnos a las clases en todos los niveles educativos. Y el frío que en los últimos días hace tambalear los protocolos que obligan a mantener ventanas abiertas.

Si los y las alumnas no concurren al aula y/o a las clases virtuales, todo el esfuerzo educativo se vuelve en vano. Respecto al hecho de las inasistencias, las bajas temperaturas y el deber de cumplir con los protocolos de ventilación de los espacio cerrados, Maria Paula Ferreira, docente y personal directivo de la Escuela Secundaria Número 2 Gral. Jose María Paz, manifiesta: “No podemos negar que las bajas temperaturas son una desventaja a la hora de mantener los salones abiertos para que se dé la ventilación cruzada. Creo que a corto tiempo, este hecho, va a impedir que las clases se den con normalidad, dado que puede desencadenar en otras patologías en los chicos y adultos”.
Por otra parte, Paula destaca que siempre y cuando el grupo se mantenga y la asistencia es semanal “la enseñanza transcurre normalmente”. Pero en ocasiones en las que el grupo se divide, todo se complica… “Los tiempos son más largos, lo planificado se retrasa y lo presencial se combina con lo virtual”. De todas formas, la asistencia no suele ser la ideal debido a distintos factores ya mencionados, y a estos se le suman dos complicaciones muy grandes. Por un lado, el desgano del mismo estudiante y por el otro la falta de horarios en el transporte público. Todo complica la asistencia a las clases y por consecuencia, afecta el desarrollo de las mismas.

Otro de los tantos puntos que puede afectar el desarrollo de las clases, es el hecho de cumplir los protocolos, más precisamente el posible agotamiento que esto puede generar. Ante este cuestionamiento, la docente sostiene: “Cumplir con los protocolos no lleva a un agotamiento. En mi opinión lo que lleva a un agotamiento es estar atentos a otras cuestiones como alumnos dispensados, grupos aislados, alumnos que no asisten por decisión familiar, combinar el classroom junto con la presencialidad, los aislamientos preventivos que sufrimos los docentes por 10 días y que afecta nuestro desempeño en otras instituciones”.

Por su parte, Julio Benitez, docente, inspector y jefe distrital de la región comenta que en las instituciones educativas “siempre se ha mantenido alrededor del 80% de asistencia a las aulas. Durante unas semanas disminuyó debido al gran número de casos positivos de nuestra localidad pero ahora ya estamos retomando los niveles de asistencia al comienzo del ciclo lectivo”.

Sin embargo, a pesar del gran porcentaje de asistencia alcanzado, hay alumnos que por diferentes razones no concurren. “En algunos casos las familias eligen no mandar a sus hijos/as a la escuela, en otros es por decisión propia de los alumnos y del miedo ante un posible contagio” afirma Benítez. De igual manera, otra complicación que se avecina y que de hecho ya se hace notar es la las bajas temperaturas. El invierno se acerca y puede traer sus consecuencias. Y más ahora debido a la ventilación que debe existir en las aulas “el frío puede afectarnos tanto en las escuelas como en los hogares de cada uno”.

Es evidente que para todo el personal como para los alumnos toda la situación trae consigo un desafío importante. Frente a esto, el inspector expresa que “constantemente el sistema educativo está siendo desafiado hace ya más de un año pero esto trae consigo un aprendizaje y una adaptación al contexto”.
En tanto asistencia o no a las clases, surge un interrogante, ¿Qué sucede con el alumno que no concurre por decisión de su familia? ¿Pierde un año completo de ciclo lectivo? ¿Trabaja virtualmente? ¿Cómo se desempeña?. Ante esta situación particular, María José Soudrelles, inspectora de Nivel Primario , explica que ante estos casos, desde las instituciones se invita a estas familias a concurrir y evidenciar cómo se cumplen los protocolos y se mantiene el cuidado de los alumnos. “Se realiza un riguroso trabajo familia por familia para que se sientan seguros y así sus hijos puedan desarrollar su educación presencialmente.En muchas ocasiones al ver todo desde cerca se cambia de parecer y finalmente deciden enviar a su hijo/a al colegio”, describe.

En los casos que más allá de ver y recorrer la institución continúan sin acudir, se realiza un gran acompañamiento virtual. “El trabajo y los contenidos son los mismos, trabajan igual que quienes lo hacen presencialmente pero con la particularidad de que lo hace de manera virtual. Es por esto que desde las instituciones se mantiene una comunicación y acompañamiento constante para con los alumnos que se encuentran en esta situación”.
“Es necesario comunicarse y hacerse presente de toda manera posible para construir y mantener un lazo afectivo con los estudiantes”, declara la inspectora y concluye de la siguiente manera: “Aprender requiere del aporte y la relación con el otro, los lazos afectivos ayudan y promueven un mayor desempeño académico”.

Las clases de los más chiquitos

Daniela Presutto, vicedirectora del jardín 901 celebra la asistencia existente en su institución. Dos burbujas por sala permiten que alrededor de 14 niños y niñas puedan acudir al jardín semana por medio, “si bien no los vemos todas las semanas, los pequeños llegan contentos y lo esperan con ansiedad” alude Daniela. Esto demuestra la energía y las ganas de los más chicos de concurrir al jardín. Asimismo, obviamente durante la semana que no asisten, las docentes se encargan de enviar trabajos y actividades para hacer mediante la virtualidad.
Es extremadamente importante que los niños acudan al jardín, debido a esto todo el personal allí presente realiza un trabajo riguroso para garantizar la seguridad de todos. Pese a los miedos y temores que genera la situación actual, “La asistencia en general es muy buena”. Las inasistencias pueden deberse a determinadas situaciones propias de la pandemia y de la estación invernal que se avecina, los casos de resfríos, tos etc. son normales en esta época del año. “En caso de que algún niño o niña se ausente dos días seguidos sin aviso previo por parte de la familia, cada docente se comunica y pregunta el motivo de la inasistencia”, explica la vicedirectora del jardín y deja en evidencia el seguimiento para con los alumnos.
En lo que a espacios refiere, el jardín 901 tuvo que reacomodar sus salas para generar un mayor espacio y una mayor seguridad. “Al despojar las salas se logró el objetivo, toda la situación y la reformulación tanto de espacios como de horarios no es sencilla pero con la colaboración de todo el personal todo es posible”. (Agencia Comunica – Facso)

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