Cualquier crónica deportiva del domingo será superada por los comentarios de los cerca de 100 comensales que participaron del regreso de Peppino Luongo.

Lo que no pudo ningún partido lo logró Diego Capri y su equipo que este domingo hicieron vibrar los paladares de más de un centenar de comensales que se sentaron a las mesas de Peppino Luongo, en el regreso del mejor de los superclásicos.

El mediodía del domingo era el ideal. La jornada acompañaba, y como siempre, el paisaje era el mejor de los complementos para acompañar un delicioso almuerzo. Lavandas y Pinos acompañaban con sus aromas un menú tradicional, pero no por eso insuperable.

Mientras “El Gran Jorge” deleitaba a los comensales con trucos de magia mesa a mesa, comenzó a correr un picada bien regada y servida con la presentación de siempre. La típica empanada frita de Peppino tampoco faltó. La atención la de siempre, la que uno espera en un lugar tan familiar como cuidado en los detalles.

El propio Diego Capri se encargó de servir un excelente chorizo de puro cerdo a la mesa que sirvió de inicio para un copioso asado criollo. Antes de entrar en el asado, llegó un cerdo con salsa criolla que superaba al plato anterior pero dejaba el sabor de lo que mejor estaba por venir.

Fue ahí donde llegó el costillar al asador, sobre el cual no hay comentarios simplemente le cabe un calificativo: excelente.

A los postres ya “El Gran Jorge” amenizó la jornada con show de magia que el próximo viernes desarrollará en un todo en el Teatro Municipal antes de partir rumbo a Europa con todo su talento.

Volvió un clásico, que decimos clásico. Volvió Peppino Luongo.

Reservas al los teléfonos: 15 55 9144 o 15 58 3749.