El olavarriense Fernando Menino reclama por una rampa

Cansado de no recibir respuestas decidió hacer pública su denuncia en pos lograr mayor accesibilidad.

El olavarriense Fernando Menino no es la primera vez que, públicamente, hace público reclamos que le permitan hacen su vida más fácil. Fernando Padece una enfermedad genética que afecta a los músculos de su cuerpo, impidiéndole que tengan fuerza para moverse y lo obliga a movilizarse en silla de ruedas.

«Siempre traté de ser un hombre paciente y comprensivo, pido las cosas con educación aunque del otro lado no la haya; voy por la vida tratando de educar a los comerciantes de la ciudad o responsables de diferentes organismos lo importante que es tener rampas que me permitan un acceso a su comercio o edificio sin la ayuda de terceros, es una cuestión de dignidad y de derecho, es una falta de respeto recurrente a la cual me enfrento con la mejor predisposición para cambiar las cosas», comienza diciendo Fernando en un texto que se conoció en las últimas horas y que tiene un destinatario único: la estación de servicios ubicada en Moreno y Belgrano.

Precisamente cuenta en el escrito que «en incontables ocasiones» ha concurrido al shop de la estación de servicio de Moreno y Belgrano y pidió «por favor que hicieran una simple rampa de madera para poder acceder sin la ayuda de nadie; también en incontables ocasiones he tenido que solicitar el apoyo de los playeros o ha salido algún cliente ayudarme, cuestión esta que me pone de muy mal humor ya que me coloca en una posición de vulnerabilidad innecesaria, si bien agradezco la buena voluntad de los empleados o las personas en general que tratan de ayudarme, no es lo correcto y me arrebata la dignidad manteniendo la concepción que tiene la sociedad de las personas con diversidad funcional de seres eternamente necesitados, vulnerables e incapaces de llevar su vida adelante sin sostenes, tanto humanos como técnicos. Cuando digo incontables ocasiones, quiero aclarar, que fueron a través de varios años, en las que repetidas veces he ido. De intolerante no se me podrá acusar jamás.»

Se queja luego: «en el lugar hay una rampa señalizada con el símbolo universal de la silla de ruedas pero que, como si fuera una burla, está situada frente a la vidriera, en un extremo donde no hay puerta alguna.»

Sigue contando «el escalón que hay que sobrepasar, según mis cálculos, tiene entre doce y quince centímetros, no es muy alto pero para alguien que se traslada en silla de ruedas motorizada es insalvable; la única manera de acceder al servicentro es con una rampa bien diseñada y que sea posible de mover. «

Tras esta explicación, Fernando Menino contó que el último martes dejó una formal solicitud para lograr que en dicho lugar se construya una rampa en las condiciones que corresponden.

«Me hinché las pelotas, me pudrí, me harté de tanta desidia, de que se hagan los pelotudos teniendo las posibilidades físicas y económicas de cumplir con la ley y con el prójimo, que es aún más importante», finaliza.

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