Ingeniería: Más de 300 jóvenes iniciaron el Programa para Ingresantes


Elegir un nuevo proyecto de vida en medio de una pandemia no es nada sencillo. Temores, interrogantes, distanciamiento, virtualidad, sueños y responsabilidades. Un conjunto de emociones que más de 300 ingresantes ya pusieron en marcha en la Facultad de Ingeniería de la UNICEN. Son chicos y chicas de toda la región, y hasta de otras provincias y del extranjero que eligieron comenzar sus estudios universitarios en Olavarría, a pesar de las condiciones especiales que impone la actual crisis sanitaria.
Nuevos compañeros virtuales, docentes en la pantalla, ejercicios muchas veces en solitario. Un Complejo Universitario todavía desconocido, y la ilusión postergada del encuentro, del grupo, del otro cercano. Frente a todas esas excepciones, está el compromiso. El de los y las jóvenes que empezaron a transitar un camino nuevo, y el compromiso de la Facultad para mantener esa pasión, que sobrevuela a todas las dificultades.

Para el inicio del ciclo lectivo 2021 se anotaron 308 ingresantes a las distintas carreras, que contempla a quienes empezaron sus estudios en la Subsede Quequén, donde se dicta la Licenciatura en Logística Integral y el Ciclo Inicial en Ingeniería.

Un gran porcentaje pertenece al Partido de Olavarría, y se sumaron de Azul, Tandil, Necochea, Pehuajó, 9 de Julio, Benito Juárez, CABA, La Madrid, Bahía Blanca, Rauch, Gonzales Chaves, Tapalqué, 25 de Mayo, Bragado, Trenque Lauquen, San Cayetano, Alvear, y otras localidades bonaerenses. También empezaron estudiantes de Santa cruz, Catamarca, Corrientes, La Pampa, San Luis, Santa Fe, Córdoba, Salta, así como de Venezuela, Brasil, Chile y Uruguay.

Según los datos estadísticos, el número de varones duplica al de mujeres, una proporción que se mantiene con relación a años anteriores, y que en la FIO está por encima de la media nacional en carreras de Ingeniería.
Entre todos, la carrera más elegida en Olavarría fue Ingeniería Electromecánica, y le siguen Civil, Industrial, Química, Sistemas, Tecnología de Alimentos, Agrimensura, Electromedicina, y Profesorado.

La Secretaria Académica, Beatriz Bouciguez, admitió que “por la situación tan especial que vivimos, esperábamos un número menor de ingresantes, pero estamos conformes con el nivel de inscripción”. Sobre la elección de cada carrera, consideró que “las cifras van fluctuando año a año, si bien entre las más elegidas están Civil, Electromecánica e Industrial”.

Bouciguez resaltó el gran trabajo que se está haciendo con el Programa para Ingresantes, donde toda la estructura de la Facultad se adaptó para brindar a los jóvenes la experiencia más cercana, activa, y completa posible en el inicio de su vida universitaria. En tiempos de virtualidad, se debieron sumar varios dispositivos tecnológicos para hacer frente a las clases, se debió adaptar el material y los contenidos, fue necesario preparar a todos en el uso de las plataformas educativas mediadas por la tecnología, y se organizó una logística extraordinaria para que los docentes, ayudantes y orientadores puedan trabajar mejor con cada ingresante. En este sentido, están en pleno funcionamiento un total de diez comisiones, en grupos pequeños, “para llegar de forma más particular a cada joven”.

Compañía en el camino

Además de la preparación académica, la familiarización con la vida universitaria, el conocimiento específico de cada carrera elegida, los y las ingresantes también están contenidos desde lo humano, en torno a sus decisiones, sus expectativas, sus sueños. Es un trabajo que desde hace años realiza el Departamento de Orientación y Bienestar, integrado actualmente por María Inés Berrino, Florencia Bellomo y María Ignacia Capitanich.
El equipo se interioriza de lo que le pasa a cada ingresante. Sus dudas vocacionales, trabajos, dificultades económicas, acceso a la virtualidad, problemas de salud, coberturas médicas,. El equipo trabaja para tener un panorama sobre cada joven, y así facilitar su tránsito durante su paso por la facultad.

En función de los encuentros grupales que se han hecho hasta el momento en este Espacio de Orientación y Ambientación, Berrino indicó que “se van atenuando las incertidumbres esperables de toda situación nueva. No solo educativa sino social y vital, por ser nuestros ingresantes personas de 18 años, edad de muchos cambios internos para con el proyecto de vida, como cambios externos, en la configuración del `estar en el mundo` y advertir el contexto”.

El equipo de Orientación subrayó que los jóvenes “han tenido mucha habilidad social para formar redes de contacto entre ellos y grupos de sostén, a través de grupos de Whatsapp, para repreguntarse lo que no entendieron, para informarse y para juntarse virtualmente a hacer los prácticos propuestos por todos los Espacios del Programa para Ingresantes”.
En este camino, todavía es un aprendizaje la comunicación con los docentes, las consultas en los foros virtuales, el ejercicio de participar en las clases. La virtualidad obligó a repensar los vínculos, los espacios, y esos caminos se recorren juntos.

Como cada año, más allá de esta realidad excepcional, lo que se renueva en Ingeniería, es el compromiso. Las obligaciones de una institución para preparar a las mejores personas para su vida profesional y social, y las responsabilidades de quienes recién ponen en marcha sus sueños y expectativas. Una alianza que se renueva, y que pone en valor esos compromisos con la sociedad.

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