La caída


Ph: Diario El Tiempo.

Escribe Carlos Comparato (carloscomparato@gmail.com) / Diario El Tiempo.

En política nunca hay que cerrar el paréntesis, más allá de lo que determina la gramática, y, al mismo tiempo, hay que comprender la dinámica de los ciclos políticos. Encontrar esa síntesis podrá echar un destello para “comprender”, palabra ésta que la pobreza del presente suele dejar de lado.

A las 4.03 p.m. del pasado jueves se informaba desde el área Prensa de la Municipalidad a través de un WhatsApp que se creaba una “Unidad de Enlace con Organismos Públicos Nacionales y Provinciales que estará a cargo de Alejandro Vieyra” y, en segundo término, se podía leer los más trascendente: “…quien dejará de desempeñarse como Jefe de Gabinete para abocarse a dicha tarea”. Al revés de lo que uno supone en periodismo, lo más jugoso no suele aparecer en el primer párrafo. Lo que provocó el terremoto político fue el segundo tramo: la renuncia de Vieyra. El resto era cotillón.

El inventor

Y resulta todo tan efímero, que el nombrado ni siquiera ocupará ese cargo.

Fue el minuto crucial para que, desde ese instante, se apilaran la más diversas (¿disparatadas?) suposiciones. El inventor político del intendente Hernán Bertellys, el que lo descubrió cuando venía a Azul como funcionario del entonces gobernador Daniel Scioli a la Fiesta de la Vaca, el que construyó, a partir de la empatía del actual Intendente con la gente, una estructura política que aún se sostiene en el poder, el funcionario que resolvía la cotidianeidad de la gestión, desde comprar un kilogramo de yerba hasta una licitación millonaria, sobre el que recaían lo interrogantes vinculados el manejo económico-financiero de la Comuna, renunciaba a su cargo. O lo renunció el Jefe Comunal. Según publicó El Tiempo en su edición del viernes pasado, hubo un encuentro en la casa del Intendente en la que éste “le habría marcado el territorio al matrimonio Vieyra” (hay que recordar que Lucrecia Egger también renunció a su cargo en el gabinete, aunque esto no se informó oficialmente). “Hacé las valijas, esto hasta acá llegó”, le habría expresado Bertellys. ¿Qué había pasado? ¿Tan profundas habrían sido las desavenencias para llegar a ese extremo? ¿Un “problema” que habría surgido con alguna obra pública?

O ¿una estrategia para correrlo de la mirada de la sociedad, desmalezar el camino para la re-reelección del Jefe Comunal frente a un nombre cuestionado? ¿O se rompió un vínculo de más de diez años?

Pragmatismo por dos

En política, otra vez, nunca hay que cerrar el paréntesis. Menos en un país donde reina la decadencia política del pensamiento y la palabra, pero hay que desfibrilar los hechos. Bertellys y Vieyra son dos peronistas embebidos de pragmatismo. Esa concepción no los cargó de culpa (hay que decir que en el peronismo la culpa no existe a diferencia de los culposos radicales) cuando en el 2016 se abrazaron a la gobernadora de Cambiemos María Eugenia Vidal. Ajenos al kirchnerismo el argumento fue que no les quedaba otra frente a un Municipio lapidado.

En “modo Bertellys”

El amor no suele ser para siempre y menos en las duplas políticas. ¿Cuál fue la circunstancia que empujó al Intendente a tomar esa decisión? Se percibía un agotamiento en la gestión tal como estaba edificada potenciada por la pandemia. Había aroma a fin de ciclo. Pasado el momento crucial de la misma, se reanudó en “modo Bertellys” con presencias más continuas en todo lo que significara su acercamiento con el vecino. ¿Descubrió allí que Vieyra lo había aislado, le había impuesto una suerte de veda para el día a día de la gestión? ¿Encontró algo más, por ejemplo, en lo que respecta a ciertas obras públicas y los montos de las mismas?

A diferencia de la extraña circunstancia que se atraviesa a nivel nacional donde el que preside, Alberto Fernández, no es el líder sino que está sometido al devenir de quien lo eligió, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en Azul los votos que lo llevaron a dos mandatos al frente de la Comuna son de Bertellys aunque la mano de obra para su construcción haya sido de Vieyra. Y aquí se llega a una cuestión central de la política. ¿Quién construyó ese liderazgo estaría en condiciones de voltearlo o el Intendente podrá volar solo, acompañado de sus seguidores más fieles?

Cambio y fuera

En principio ya hay cambios en el equipo que se anunciarán en las próximas horas. Se van las secretarias de Gobierno Fernanda Ibarra y de Obras Públicas Guillermina Bellocq. En la primera de las áreas, que abarcaría una suerte de jefatura de Gabinete, asumirá Pedro Sottile quien pedirá licencia como concejal en la sesión del martes próximo del cuerpo deliberativo. Vuelve también a ese cargo legislativo, en su reemplazo, Paola Ficca. La idea del mandatario es rodearse de su gente de mayor confianza y por eso circula el nombre de Guillermo Giordano de vuelta al gabinete. Las modificaciones no se agotarían con esos nombres.

El pato rengo

Este panorama adquiere distintas dimensiones si el Jefe Comunal finaliza su mandato a fin del año que viene y se va a la casa o procurará presentarse por tercera vez para el ocupar el llamado sillón de Pedro Burgos. Hoy, Bertellys necesita sostener la idea de la re-reelección para no quedar vacío de poder. El famoso síndrome del pato rengo, aquellos dirigentes que tienen fecha de vencimiento sin perspectiva política y sin poder renovar, en este caso, su mandato. Hablar hoy de posibles cargos legislativos es hacer una futurología riesgosa.

Pero la otra cuestión a dirimir es si el mandatario azuleño seguirá jugando dentro del inasible mundo de Cambiemos o, por ejemplo, se sumergiría en otro enigma llamado peronismo. Hay que apuntar algo: hoy, ni Cambiemos ni el peronismo tienen candidatos consolidados. El único que aparece en el PRO es el nombre del edil Ramiro Ortiz que, supuestamente, deberá zambullirse en una interna con el radicalismo, entre otros.

Por afuera, en el vecinalista Podemos está la edil Natalia Colomé que se estará preguntando “y a mí por qué me miran”. Para colmo, algunos sondeos que se manejan en el micro clima de la política la ubican en un lugar expectante.

El PRO salió ayer a la tarde con un documento que lleva la firma de Ortiz y que, desde el título, sale a marcar la cancha dentro de Cambiemos: “Las individualidades en la política atrasan”, señala. Reclama diálogo, acuerdos y resalta el “cansancio social y hartazgo”. “La dirigencia no puede encerrarse en internas que desgastan la gestión y siembran más desconcierto”, agrega luego. ¿A quién le está hablando?

Desde el peronismo no se quedan atrás con las críticas enfocando a la falta de diálogo que genera una administración encerrada en su fracaso.

¿El problema era Vieyra y ahora que se fue se descomprime el Ejecutivo y empieza a abrir el juego? ¿Cuántas cartas le quedan a Bertellys en el mazo para empezar a reencauzar el vínculo con la oposición y volver a generar expectativa en la sociedad?

¿Está a tiempo? La política, después de todo y más en este país, no deja de ser un acertijo.

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