Mario Meoni: “Quien mejor expresa los ideales del radicalismo es Alberto Fernández”

El ministro de Transporte de la Nación brindo una entrevista a Clarin. Dice que «el problema de la UCR es que se convirtió en empleado de Macri y tuvo una actitud pasiva, casi de sometimiento.»

-Como dirigente radical, que participó de la Concertación Plural que impulsó Néstor Kirchner y después dio el salto al massismo, y que ahora se reencontró con el kirchnerismo en el Frente de Todos, ¿está de acuerdo con aquellos que dicen que el sistema de partidos políticos está agotado?

-Sí. Creo que vamos hacia un modelo de centroizquierda y centroderecha más consolidado, compuesto por coaliciones con dirigentes de distintos orígenes. Veo que hay un gran desquicio ideológico importante. Por ejemplo, al ver a la UCR, un partido supuestamente progresista en el cual me formé bajo los ideales de (Hipólito) Yrigoyen y (Raúl) Alfonsín, con una visión socialdemócrata e integradora de la sociedad, acompañando a un proceso político claramente de derecha como el de Mauricio Macri.

-¿La UCR le tuvo mucho paciencia a Macri?

-El problema del radicalismo es que se convirtió en empleado de Macri y tuvo una actitud muy pasiva, casi con un sesgo de sometimiento.

-¿Y cómo se definiría usted en este contexto?

-Integro el Frente de Todos por el Frente Renovador que lidera Sergio Massa. En mi caso, no soy ni tengo voluntad de transformarme en Justicialista, pero desde mi lugar siento que quien expresa mejor los ideales del radicalismo y del alfonsinismo es Alberto Fernández.

-¿Cómo explica eso?

-Alcanza con recordar aquel discurso de Alfonsín en Parque Norte, en el que habló de la ética de la solidaridad, y ver que es lo mismo que hoy plantea Alberto. El Presidente es un hombre del Derecho, formado en la Universidad de Buenos Aires, que expresa la idea de un Estado presente y solidario, que le da respuesta a sus ciudadanos. En la Argentina hay una grieta económica que es más fuerte que la política, que tal vez estuvo siempre de manera subterránea, no tan expuesta, pero que marginó a millones de personas. Y Alberto quiere recuperar a los sectores más vulnerables y habla de los que no tienen para comer. En definitiva, esa es la lucha por los desposeídos de Yrigoyen.

-¿Qué le pidió el Presidente cuando le ofreció ser ministro de Transporte?

-Básicamente, sensatez a la hora de tomar decisiones. Y que trabaje mucho sobre la transparencia del ministerio, algo que para mí es esencial. Tenemos muchas licitaciones importantes y queremos convocar a organismos internacionales para que participen. En el ministerio vamos a hacer mucho hincapié en los controles y a garantizar que se cumpla a rajatabla con lo que se fije en las licitaciones. Y también vamos transparentar la política de subsidios al transporte, que hoy demanda 90 mil millones de pesos al año, para que sea más equitativa y que cada argentino pueda ver cuanto cobra cada empresa y por qué razón.

-El que le dio una bienvenida muy dura fue el líder camionero Hugo Moyano. ¿Cómo le cayó que dijera que habían puesto a un “psicólogo” y lo acusara de no entender de Transporte?

-Yo la verdad no lo sentí así. A Moyano le tengo mucho respeto, creo que es un dirigente gremial muy importante, que puede gustar más o menos pero que ha defendido muy bien a sus trabajadores. Después sus opiniones quedan en ese marco y no me afectan ni me ofenden sus expresiones. No soy sociólogo ni psicólogo, como dijo; y tampoco especialista en Transporte, pero tengo la sensatez y experiencia de mas de 30 años de vida política que son imprescindibles para este momento.

-La anterior gestión se enfrentó a los gremios aeronáuticos y puso el foco en el déficit cero de Aerolíneas Argentinas, algo que finalmente no logró. ¿Es un tema que a usted le preocupa?

-No, no sólo hay que mirar el costo general como un hecho aislado sino la consecuencia de ese costo. El déficit puede ser importante en cuanto a los fríos números, pero no si se tiene en cuenta cuánto genera para el pais. Quiero decir que capaz que tiene déficit directo operacional, pero que con cada avión que llega al país cargado de extranjeros que gastan dólares, hay una rentabilidad indirecta. Es muy importante tener una aerolínea de bandera y eso no hay que perderlo de vista. En todo habrá que garantizar su eficiencia.

-Como ex intendente de Junín y dirigente del Interior, ¿por qué cree que el espacio que integra siempre queda en una vereda opuesta al campo?

-No es un problema de la Argentina contra el campo, son cuestiones coyunturales. El campo es más plural de lo que muchos dicen, no es sólo la Sociedad Rural Argentina, que es una parte y que tiene una connotación mucho más ideológica que económica en sus decisiones y declaraciones. El resto de las entidades tienen un mix distinto. En mi región, he acompañado al sector en muchas oportunidades porque entiendo que defiendan lo suyo, pero en estos últimos años, con devaluaciones sucesivas, el campo ha tenido un grado de ventaja con respecto al resto. Y en este momento de crisis, donde se han fugado 110 mil millones de dólares y en el que necesitamos reconfigurar el entramado social, quienes tienen mayor capacidad económica deben aportar un poco más.

-En los 80’ fue empleado del Programa Alimentario Nacional (PAN) que atendía a sectores vulnerables, pero 30 años después la pobreza es exponencialmente mayor ¿Cómo se llegó a esta situación?

-Para los que hacemos política hace tantos años es una frustración. Sobretodo cuando se piensa que en aquel momento comenzamos repartiendo 300 mil cajas PAN, que garantizaban los alimentos básicos nutricionales, y que hoy son millones de personas las que están bajo la línea de pobreza. Creo que se explica en que la Argentina sufrió muchos retrocesos en distintas etapas económicas, en las que algunos sectores han tenido una rentabilidad muy importante en detrimento de otros.

-Alberto F. trazó como prioridad la lucha contra el hambre. ¿Su mandato va a estar caracterizado por atender urgencias y que será un período de transición?

-Estamos frente a una situación crítica, en algunos casos peor que en 2003, y lo primero es atender las urgencias. Pero el plan económico del ministro Martín Guzmán apunta a la recuperación económica de la Argentina y creo que eso es posible. 2020 va a ser un año complejo, en el que están las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y con los tenedores de bonos, pero hacia 2021 vamos a poder pensar en que haya una reactivación económica.

-¿Por qué fue uno de los dirigentes que más fuerza hizo para que Massa llegara a un acuerdo con el kirchnerismo?

-Veía que no podíamos ser idiotas útiles de Cambiemos. No había espacio para una tercera opción, que si seguíamos separados íbamos a facilitarle a Macri volver a tener éxito y que no lo podíamos permitir, porque la destrucción de la economía bajo su gobierno fue demasiado profunda. Con Macri no hubo beneficiarios: a los únicos que les fue bien fue a los bancos y a las energéticas, que tuvieron altas rentabilidades; y si nosotros hubiéramos sido responsables por acción u omisión de permitir su continuidad, la Argentina hubiera entrado en una crisis mucho peor.

-Pero usted fue socio fundador del Frente Renovador y sabe que el salto de Massa en 2013 tuvo varios motivos. ¿Cree que de ambos lados ya aprendieron la lección y no van a cometer los mismos errores?

-Nosotros (por el massismo) no hemos cometido ningún error. Si fuera otra vez 2013, volveríamos a hacer lo mismo, porque en ese segundo gobierno de Cristina había determinadas posiciones políticas que fracturaban demasiado a la sociedad y había que equilibrar y moderar. Y Cristina fue la primera que lo expuso cuando promovió a Alberto como candidato a Presidente. Ella podía haber puesto a cualquier otro referente de su espacio político, pero sin embargo buscó a alguien que fuera parte de la conciliación de todos los sectores.

-¿Ya en el Gobierno no advierte que se hayan endurecido algunas posiciones del kirchnerismo?

-No, veo una conciencia importante de la situación. He tenido reuniones con Massa, de la que participaron varios referentes importantes del kirchnerismo y vi personas muy moderadas y equilibradas. Máximo (Kirchner) es muy distinto a lo que planteaban muchos. Es un hombre que acerca posiciones y busca la forma de conciliar. Lo mismo encontré en La Cámpora, donde hay dirigentes jóvenes, pero maduros y con mucho criterio. Es cierto que en toda organización política siempre hay sectores más y menos radicalizados, pero no creo que haya un cuco detrás de eso.

-¿Cristina condiciona?

-No veo que suceda eso, sino que el Presidente es el que toma las decisiones. Por supuesto ella, que es la vice, fue dos veces presidenta y tiene una alta formación política y mucho conocimiento del Estado, es natural que dé su opinión.

-Hacia adelante, ¿cree que el Presidente puede captar a parte del 41 por ciento que votó a Cambiemos ó que la grieta es irreconciliable?

-Nuestra mente tiene que estar puesta en gobernar. Pero la mayoría de los argentinos vota en función de cómo es su visión respecto al futuro inmediato, por lo que si hacemos una buena gestión eso se va a dar solo.

-¿Del gobierno de Macri no encuentra nada bueno? Hay sectores que valoran cuestiones institucionales.

-No estoy de acuerdo, creo que en ese aspecto incluso han habido algunos retrocesos. En la Justicia hubo toda una corriente no republicana. Posiblemente era imprescindible que se investigaran muchas causas, pero creo que desde el Ejecutivo hubo mucho marketing alrededor de las acciones judiciales. Hubo detenciones que se expusieron públicamente de forma ridícula. Una República tiene que tener un Poder Judicial como corresponde, garantizando los derechos individuales de las personas y no haciendo una sobreactuación.

-¿Cree que hubo presos políticos?

-Tal vez ha habido algún caso, pero no quiero entrar en esa discusión. No es conducente. Sí creo que tenemos que trabajar en una Justicia independiente y plena, que tenga los elementos para poder actuar ya sea con ex funcionarios ó actuales. Indudablemente, cuando uno mira el Código Procesal, ve que no hubo un trato igualitario. Hubo empresarios que estuvieron detenidos un día y bajo la misma figura hubo dirigentes políticos que estuvieron tres años presos.

Cerca de Massa y con una advertencia de Moyano

Aunque con el nuevo organigrama el Ministerio de Transporte ya no tiene bajo su órbita a Vialidad Nacional, que pasó a Obras Públicas, Mario Meoni parece haber estado predestinado a ocupar el cargo al que accedió desde hace tres semanas. Su padre, Andrés, de quien heredó su costado más sociable, fue operario de Vialidad. “Arranqué con el tema de Transporte viendo cómo mi papá manejaba una motoniveladora. De hecho, aunque mi familia es de Junín, nací en Ascensión, en un campamento rural que había para los empleados. Mi vida estuvo marcada por Vialidad”, sonríe. Pese a su historia, en su entorno juran que no se enojó con Hugo Moyano por haber dicho que no es un especialista en el área.

Católico “no practicante”, Meoni explica que no va a la Iglesia pero que tiene “muchos sacerdotes amigos” con los que coopera seguido. Revela su pasión por Sarmiento de Junín, al que va a ver a la cancha a “todos los partidos”, dice que su “segundo equipo” es Boca. Como radical, más allá del liderazgo de Raúl Alfonsín, Mario Meoni cuenta que su primer referente político fue el diputado nacional Leopoldo Moreau. “Trabajamos juntos hace mucho tiempo y ahora nos volvimos a encontrar”, resalta. Hoy su identificación política es con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. “Indefectiblemente va a ser presidente. Es un dirigente con una capacidad extraordinaria y tiene unas cualidades humanas que para mí son imprescindibles para estar al frente del Ejecutivo”, lo elogia.

Amigos hace casi dos décadas, se conocieron cuando ambos eran diputados provinciales y sólo una pared separaba a sus oficinas. De esos años hay una anécdota que todavía recuerdan con cariño. Ocurrió una noche, cuando en medio de una larga sesión se fueron juntos a comer pizza a un bar frente a la Legislatura. Al rato se les empezaron a sumar otros diputados y asesores, que pedían comida y se iban sin pagar. Como ellos se quedaron en la mesa, el problema fue cuando les llevaron la cuenta: uno de ellos debió salir apurado rumbo al cajero mientras el otro esperaba para que no se impacientara al mozo.

Ese lazo se intensificó con la Concertación Plural que impulsó Néstor Kirchner, y se puso a prueba pocos meses después: como jefe de Gabinete, Massa se las ingenió para abrirle puertas a pesar de que el juninense había optado por alinearse con Julio Cobos tras el “no positivo” de la 125 y el kirchnerismo les hacía sentir el rigor a los que consideraba traidores.

Ya en 2013, Meoni fue uno de los tantos dirigentes que acompañó a Massa en la creación del Frente Renovador y dos años más tarde fue de los pocos leales que no lo dejaron, cuando entre el Frente para la Victoria y el PRO de Mauricio Macri se llevaron a buena parte de la tropa. Pero Meoni pagó con un alto costo electoral su permanencia en ese espacio: afectado por la polarización, perdió la intendencia de Junín luego de tres mandatos.

Massa nunca olvidó ese gesto. Ese año lo eligió para que ocupara uno de los cargos en el directorio del Banco Provincia y ahora, tras el triunfo del Frente de Todos, dio luz verde para que fuera designado ministro de Transporte.

Estudio eseverri desktop movile
Comentarios
Cargando...