Menos alumnos y más docentes en escuelas de la provincia

Foto: Ilustración


 

La matrícula de estudiantes de escuelas en la provincia de Buenos Aires cayó un 3,6% en 14 años, mientras que el plantel docente se incrementó un 1,7% en el mismo período. Los datos, publicados por la Universidad de Belgrano, generan controversias entre especialistas en la materia.

Según el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de esa universidad, en la provincia la matrícula de estudiantes pasó de 1.128.173 en 2003 a 1.086.665 en 2017; es decir, un 3,67% menos. En el mismo período, los cargos docentes pasaron de 66.125 a 67.255, un 1,7% más.

Los números bonaerenses se encuentran, de acuerdo al CEA, en «un mayor equilibrio» respecto a lo que ocurre en gran parte del país. Es que a nivel nacional la relación es mucho más pronunciada: la matrícula cayó 6,3% en el período analizado, mientras que el plantel de maestros se incrementó un 19,4%. Desde otra perspectiva, esto significa que mientras en 2003 había 15,6 alumnos por docente, en 2017 la relación se redujo a 12,2.

En la provincia, no obstante, hay enormes diferencias. En el Conurbano bonaerense la matrícula cayó un 9% (62 mil estudiantes menos), mientras que el plantel docente se mantuvo estable (solo bajó en 117 cargos).

En el interior provincial, por el contrario, la matrícula escolar aumentó 4,9% (sumó 21 mil estudiantes en el período estudiado), mientras que el número de cargos docentes se incrementaron casi en la misma proporción: 4,5%.

Pese a este panorama, en el Conurbano existe una mayor cantidad de alumnos por docentes: hay 17 estudiantes por cada cargo. En el interior, en tanto, esa relación baja a 14,8. El total provincial es de 16,1, bastante más alto que el promedio nacional (12,2).

Diferencias

El trabajo, elaborado por Francisco Boero, licenciado en Economía e investigador del CEA, indica que entre 2003 y 2017, 18 provincias presentaron una disminución en la cantidad de alumnos en el nivel primario estatal al mismo tiempo que aumentaban los cargos docentes. Apenas 8 distritos presentaron un aumento en la cantidad de estudiantes, de los cuales únicamente se destaca la provincia de Santa Cruz, con un alza del 41%, mientras que los restantes no superan el 8%.

En cuanto a la cantidad total de cargos docentes, todos los distritos presentaron aumentos: en 18 de ellos superiores a la media nacional del 19,4%.

En los casos de Tierra del Fuego, Salta, Santa Cruz, La Rioja, Santiago del Estero y Catamarca, el incremento de los cargos docentes resultó por encima del doble de la media nacional, triplicándolos en las tres primeras provincias. Por ejemplo, Salta aumentó su plantel docente un 59%, mientras la cantidad de alumnos en las escuelas primarias estatales se mantenía estable.

El informe también señala que «Argentina registra una relación entre alumnos y cargos docentes notablemente inferior a la del resto de los países latinoamericanos, con la excepción de Cuba. Algo similar ocurre cuando la comparación se realiza con naciones industrializadas con mejores niveles educativos que los nuestros».

Por ejemplo, mientras en la Argentina hay un promedio de 12 alumnos por cargo docente en el nivel primario estatal, en otros países el número es superior: Australia, Japón, Holanda y Corea la relación es de 17 alumnos por cargo docente, mientras que en Rusia, Reino Unido y Francia el promedio es de 20, en Brasil y Chile es de 21, en Colombia de 24 y en México de 27.

Contrastes

Alieto Guadani, director del CEA, sostuvo en base a estos resultados que «indican que el aumento meramente cuantitativo del plantel docente no es suficiente para mejorar el sistema educativo, ya que también es esencial fortalecer la capacitación académica y profesional de los nuevos docentes que se incorporan año tras año».

Sin embargo, algunas voces relativizan el informe del CEA, al considerar que, pese a la veracidad de los números, el enfoque resulta parcial, ya que no tiene en cuenta algunas variables que contextualizan las cifras.

En primer lugar, fuentes oficiales pusieron en duda la comparación, al sostener en durante los años reseñados hubo cambios metodológicos en la medición de estas variables. «Antes no se sabía ni cuántas escuelas había», consideraron.

Flavio Buccino, especialista en gestión educativa, no obstante, descartó esta explicación, al señalar que se trata de datos que no pueden variar pese a los cambios metodológicos. Pero pese a ello puso sus reparos en el estudio, al considerar, en diálogo con DIB, que no todo lo que se considera como «cargo docente» está frente al alumnado.

En esa categoría se incluyen a los directivos, por caso, o a docentes de materias especiales (educación física, música, artística) que solo ocupan tiempo parcial con varios grupos. También aparecen los equipos pedagógicos, incorporados en la última década, que no están técnicamente «al frente» del aula.

El especialista pide prestar atención a las normas de empleo público de cada provincia. Por caso, la Ciudad de Buenos Aires cuenta como cargo docente a personal técnico o administrativo contratado por el Ministerio de Educación. «En estos como en muchos otros casos no estarán nunca frente a alumnos y son considerados como «docentes del sistema» tanto para el marco laboral, como para la forma y por el tipo de contratación. Parece loco pero así es», reflexionó.

En base a esto, consideró que «tomando sólo estos dos elementos de análisis de los datos entonces ese número final de 12 alumnos por docente en el caso argentino podría sufrir variaciones. Es probable que estemos aún por encima del que se da como óptimo para otros países con los que se compara».

Otra arista a revisar es la caída de la matrícula en el nivel primario. Según un estudio de Argentinos por la Educación, el fenómeno no es necesariamente negativo en todos los aspectos: una parte de la caída se debe a la caída de la población de entre 6 y 11 años. En segundo lugar, este trabajo señala que otro factor que explica la baja de la matrícula es la mejora en los niveles de promoción: hay menos nivel de repitencia y, por tanto, de sobreedad. «A contramano de lo que podría pensarse, la caída de la matrícula en primaria no es una mala noticia», cierra el informe. (DIB) JG

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