No hay que tirar tanto de la piola, se puede romper

Escribe: Carlos Paladino.


Escribe: Carlos Paladino.

Ya pasó un año desde que: “profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación  y gran gravedad y por los alarmantes niveles de inacción, la OMS llega a la conclusión en su evaluación de que la COVID 19 puede considerarse una pandemia para que los países adopten un enfoque pangubernamental y pansocial, en torno a una estrategia integral dirigida a prevenir las infecciones, salvar y reducir al mínimo las consecuencias de la pandemia! 

De ahí en adelante los países dieron distinta premura a la determinación.

La realidad indica que la ciencia ha trabajado con rapidez para lograr consuelo a esta atrocidad mundial.

El panorama que vislumbramos para nuestro país respecto a la pandemia, nos aturde.  Si atendemos a los reportes diarios respecto del Covid-19, más que perturbarnos, requieren de  preocupación y mucho cuidado. La vacunación camina lenta y, de avanzar a este ritmo, la enfermedad va a causar mucho daño en el futuro inmediato. Para colmo, la inoculación da la sensación de no estar administrada integralmente por el Ministerio de Salud, no distingue prioridades, ni esencialidad, ha pesado a ser una vacunación dictada a dedo. 

Primero la gente joven, saludable, políticos privilegiados e improductivos, con menos pronóstico de contagiosidad que aquellos de riesgo por su continua exposición al virus;  docentes, médicos, enfermeras, policías, etc. De los viejos mejor no hablar. Pueden y deben esperar. No son una necesidad para el desarrollo del país que viene. Es mejor esperar el futuro con una muchachada perteneciente a la casta política privilegiada, joven, sanos, inexpertos en todo y sin ganas de poner el lomo al trabajo, acostumbrados al sacrificado trabajo de militar.

Ellos militan  y cobran – en muchos de los casos –  por lealtad a “La Jefa” . Otros, por menos que eso. Lo cierto es que en estos “trabajadores” se asienta el desarrollo republicano del país de la nueva política. En un estado democrático debiéramos tener acceso a los inoculados, privilegiados y no.

De producirse una nueva ola de contagios, con mayor virulencia, nos entrará por el lado de los países limítrofes, incrementada por el aporte de nuestra cosecha. Brasil pasa por una crisis superior a la anterior y Paraguay es víctima de protestas populares constantes que tienen su origen en la pandemia. Al encontrarnos en una situación de semi protección pandémica, no nos queda otra que extremar recaudos para cuidarnos unos a otros. No estamos solos en la emergencia. América Latina padece el dilema de cómo enfrentar una arremetida del coronavirus, incluido Chile que pese a sus tempranas precauciones  y gran cantidad de vacunados no saben en qué se erró, para que se produzca el aumento de contagios que sufren en este momento. Habrá sido el relajamiento. 

En lo que llamamos “vacunagate” nos alertamos por lo ocurrido en Perú, pero. como no podía ser de otro modo, enseguida nos pusimos a la par. 

Europa no escapa a la agresividad del contagio y la población acusa temor y privaciones. Italia muestra un índice importante de pobreza por estas causas. Pero, hay algo que viene en auxilio de ellos y del resto del mundo: La Agencia Europea del Medicamento , autorizó la vacuna de la farmacéutica Janssen para Johnson & Johnson. con una eficacia superior al 85%, que requiere de una sola dosis y posee algunas ventajas en el proceso de almacenamiento y distribución. Ojalá sea una un apoyo emergencial.
Al gobernador formoseño, señor Gildo Insfran, le caen todas juntas. Esa provincia que al decir del señor Guillermo Moreno, es el  “templo del peronismo” y una tierra donde al entrar hay que “persignarse”, aparecen cosas raras que subvierten el ánimo popular.

Sobre lo sucedido el Presidente Alberto Fernández dijo: “Me preocupó mucho el nivel de violencia institucional en Formosa” …,.”.sobre el accionar de las fuerzas de seguridad contra manifestantes de la provincia norteña gobernada por Gildo Insfran.” 

Debe haber sido un trago amargo – creemos sinceramente- ya que se refería a la institucionalidad de la provincia de un amigo entrañable. Le siguió la posibilidad de la intervención provincial, agudizadas por el deseo de facciones y denunciantes de la oposición. Al mismo tiempo, sirvió para cuestionar al gobierno por quien controla los gastos de esa provincia con plata enviada desde nación. Al parecer el Señor Insfran pretende verificar y guiar la vida de algunos formoseños desde su nacimiento. Alemania pasó por un período parecido en el siglo pasado, antes del casamiento se hacía una evaluación para que la descendencia no fuera proclive a defectos o enfermedades. Era cuestión aprobar matrimonios que pudieran dar a la nación hijos fuertes y sanos.

El gobernador formoseño accedió al peronismo, luego de obviar su militancia en un espacio minoritario de la doctrina de Mao Zedong. Y con esto no buscamos hablar mal del gobernador, no significa ser un paria de la política, al menos en una tolerancia democrática. Sólo conjeturamos que Mao,(y sus continuadores), el iniciador del alzamiento de los campesinos chinos, para hacer la revolución y hacerse del poder desde el campo a la ciudad, tenía su teoría sobre controlar la natalidad de una nación millonariamente poblada. Decimos que. tal vez y, sólo, tal vez, el señor Insfran influenciado por esos principios, considere conveniente hacer un seguimiento de la natalidad en su provincia. 

El gobernador Gildo Insfran tiene fama de gobernar con mano de hierro, al impulso de su vehemencia, con estilo dictatorial, SU territorio, sostenido por la dádiva de repartir puestos públicos “a granel”. En la alicaída Formosa el Estado es una fuente inagotable de trabajo, lo que convierte a los muchos beneficiados en agradecidos eternos de la bondad del gobernador. Él, con recursos económicos propios y ajenos, atiende la alimentación básica, la educación, la justicia, la policía y la disciplina ciudadana. Aquellos que aceptan estas condiciones no tendrán motivos de queja. ¿Entonces, si es el organizador integral de la vida del pueblo formoseño, por qué no habría de guiarlo desde el mismísimo momento de su nacimiento? 

Algo peligroso para la política democrática y republicana está pasando en la Argentina. La clase o casta encargada de preservar los valores y la  institucionalidad de la nación, se muestran ante la  expectación general con total desaprensión y conscientes de las arbitrariedades que cometen. Quieren aprovechar la suerte de ser político pensando que nunca acabará. No respaldan con su carencia de prejuicios el sistema democrático, es decir, no respaldan la dignidad de la gente. Los pueblos empiezan a cansarse, No van a respetar las instituciones que la dirigencia no respeta y, reaccionan. La reacción de un pueblo abusado, denigrado y esquilmado no siempre se da en buenos términos. La historia es testigo, la historia da certeza.

¿Acaso hay que llegar a los extremos de Formosa para subvertir la paz y la justicia?.    

No puede ser de esa manera. Hay que encontrar los medios racionales, comprensivos y tolerantes y para conseguirlo no hay tirar tanto de la piola

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