Panorama Político: Los sonidos del silencio

¿A Batakis le están respondiendo los mercados? ¿Cómo a Juan Carlos Pugliese?


Juan Carlos Pugliese (Ministro de Economía de Alfonsín) y Silvina Batakis (Ministra de Economía del FdT)

Por Andrés Lavaselli

El agravamiento de la corrida contra el peso y la consecuente posibilidad una devaluación que impacte muy negativamente en los ingresos de la mayoría de los argentinos, los dos fenómenos que hasta ahora definen el paso de Silvina Batakis por el ministerio de Economía, no solo terminaron de enrarecer el clima político en Frente de Todos en la Provincia; también están en el origen de dos nuevos desafíos de gestión que debe afrontar Axel Kicillof: el reclamo opositor para actualizar fondos que perciben las comunas y una arremetida gremial por los salarios de los estatales.

El Gobernador tal vez tenga pistas sobre el significado preciso del silencio público que mantiene Cristina Fernández sobre el paquete de medidas que tomó Batakis. Es el enigma en torno del cual se mueven todas las especulaciones en el oficialismo pero también en los mercados y en la oposición. Él conversó con la Vicepresidenta sobre ese tema antes y enseguida después de producidos los anuncios, una charla que cabe suponer más sincera –menos condicionada por la lucha por el poder- que la que también mantuvieron el Presidente Alberto Fernández y Sergio Massa, el otro pilar del FdT, la semana que pasó.

Kicillof es hermético al respecto, porque Cristina impone esa condición y él es un soldado, y porque lo que está en juego es la supervivencia de la frágil tregua entre el Presiente y la Vice. Pero algunas señales, inevitablemente, da. Después del acuerdo con el FMI, la orden era no tener ninguna relación con Martín Guzmán ni su equipo. Ahora, en contraste, el Gobernador habló varias veces con la Ministra y dos funcionarios importantes de su equipo –Augusto Costa y Cristian Girard- aparecieron cerca de sus homólogos en el equipo económico nacional, Daniel Scioli y Mercedes Marcó del Pont.

¿Son gestos de respaldo? No exactamente. Un miembro del gabinete define la estrategia en dos palabras: “ayudar y desaparecer”. Es decir, colaborar con la gestión (contener la crisis es un pre requisito obvio para la supervivencia electoral de FdT en 2023) pero mantener silencio, y cautela, en términos de apoyo político. En resumen, Kicillof aporta su experiencia tanto a Cristina como a Batakis pero tampoco se compromete a un respaldo en público. Un insumo clave de ese posicionamiento es el movimiento de algunos actores del FdT en los últimos cinco días. En especial, las destempladas críticas de Juan Grabois, que el jueves marchará junto a piqueteros opositores. Grabois, leen en La Plata, es muy cercano a Máximo Kirchner. Hay que anotar allí, también, el desmarque de la CTA, de ATE y también, de la porción de la CGT que compone la Corriente Federal de Trabajadores (Pablo Moyano es uno de sus exponentes), cuyos dirigentes estaban furiosos porque la mesa chica de la central (Daer, Acuña) definió una protesta “contra la inflación” recién para el 17 de agosto.

Todo ese orbe presiona a Fernández para que Batakis anuncie lo antes posible medidas que compensen a los sectores populares de los sacrificios adicionales a los estarán expuestos a partir de las “señales al mercado” que dio no bien asumió. No es solo el Ingreso Básico Universal. También es la moratoria jubilatoria que presentó la cristinista Juliana Di Tullio o el impuesto a los ingresos inesperados. Y, ahora, tal vez más: ¿una ruptura del acuerdo con el FMI? El contexto amplio permite entender la reticencia de Kicillof y vislumbrar, de trasluz, lo que piensa CFK: tiempo para una ministra conceptualmente afín que tiene que apagar como  sea el incendio con el que se encontró al asumir. Pero, a la  vez, señales de que esa carta blanca tiene fecha de vencimiento y que el esquema de política económica actual (¿y del gabinete?) difícilmente sea aceptado como definitivo.

Reclamos

Mientras, el contexto de inflación impulsa otras demandas que impactan de lleno en la Provincia. Por un lado, un parte de los gremios que a nivel nacional quieren medidas para los sectores populares piden acelerar la reapertura de las paritarias. El horizonte es complicado porque esa exigencia estuvo motivada por el dato del IPC de junio (5,3%), que será seguramente más elevado en agosto, cuando se conozca el número de junio. Hay que reparar que Kicillof trabaja el apoyo de algunas de esas organizaciones a su proyecto de reelección.

A la vez, la oposición le reclama al Gobernador el ajuste de algunos fondos que se giran a los municipios, para acompasarlos, también, al alza de precios. Uno es el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM). Otro es el PREIMA, un paquete creado por ley para transferir dineros nacionales para pequeñas obras y que, según la oposición, Provincia retiene sin girar a las comunas. En la lista hasta ingresa los pagos que hace IOMA a los hospitales municipales por los pacientes de la obra social que se atienden allí. Kicillof tiene una reunión pendiente con representantes del radicalismo por ese tema. Con los de PRO, la relación, que en buena medida, lleva el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, dicen que está algo más tensa. (DIB) AL

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