Reserva Municipal Natural Urbana: “con el granito de arena que aportamos cada uno, sumamos a algo superador”


A paso firme y sin pausa, avanza el proyecto de la primera Reserva Municipal Natural Urbana de Olavarría. Es sabido que durante muchos años el predio fue usado como un basural a cielo abierto y es –también- a partir de aquí que desde el Bioparque Municipal “La Máxima” se presentó este proyecto para recuperar el espacio.

La gestión del intendente Ezequiel Galli, a través de la Secretaría de Desarrollo Humano y Calidad de Vida, reconoce que las reservas naturales urbanas resultan de suma importancia para la vida silvestre, para proveer oportunidades de investigación y educación, desarrollo de arte, encuentro y recreación; y por ello se tomó la decisión de concretar avances en el proyecto, con la clara posibilidad de mejorar la calidad de vida de los vecinos de Olavarría, recuperar la naturaleza originaria y hacerla accesible para toda la comunidad.

“Se está trabajando en una red participativa que incluye diferentes actores de la comunidad, en pos de llevar adelante este programa de Red de Reservas Naturales Urbanas de Olavarría. Es un proceso que se está mirando desde la región y desde algunas universidades, como un proceso representativo de lo que el Estado puede hacer a la hora de generar políticas de conservación de los ecosistemas”, señaló el director de La Máxima Flavio Maldonado.

Asimismo manifestó que “este proyecto de la Reserva Natural Urbana viene pensándose y trabajando desde hace mucho tiempo, otros momentos del Bioparque, desde la gestión de Carlos Romero y Horacio Grand, que trabajaron mucho. El proyecto también resulta ser más ambicioso, planteando un desarrollo territorial sustentable en pos de la reserva natural. Cada uno poniendo su granito de arena, cumpliendo un rol, suma a algo totalmente superador. Es importante entender la horizontalidad en el proceso de construcción”.

En este sentido, el pasado sábado, un grupo de personas que forman parte del proyecto realizaron una jornada de relevamiento de biodiversidad. Es necesario tener este relevamiento de lo que se intenta conservar, una foto inicial del ecosistema para empezar a armar luego la Reserva.

Los olavarrienses Nicolás Díaz y Guadalupe Magnaterra están realizando su tesina de la carrera de Guardaparques. Díaz indicó que “el relevamiento de biodiversidad es una de las primeras etapas que la organización tiene que hacer para poder llevar a cabo el plan de manejo. Nosotros, mediante el relevamiento de biodiversidad, no buscamos abundancia, sino intentamos ver en qué estado se encuentra la zona a ser conservada y poder establecer un plan de manejo adecuado para poder mantenerlo lo más natural posible”.

Por su parte, Guadalupe dijo que “estamos súper contentos, porque gracias al trabajo de un montón de gente, que esto se haya declarado y tenga la fuerza que tiene hoy día nos alegra: es ver que nuestro granito de arena sirvió para algo. La idea desde el principio que teníamos era la de involucrar a la comunidad y que podamos participar los que más podamos ser. El sábado fuimos un lindo grupo de compañeros y compañeras ayudando a completar el relevamiento y a participar de la forma que se pueda, trabajando con vecinos, poniendo cartelería, ayudar en lo que se pueda”.

En cuanto a la actividad desarrollada el sábado, se indicó que para grupos de aves y plantas se obtuvieron buenos resultados, en el caso de los insectos también fue un buen resultado, aunque se señaló que “fue bastante básico. El de insectos es un grupo muy amplio y podríamos haber encontrado muchos más”.

En comparación al relevamiento realizado en el año 2019, también en primavera, fue notablemente mejor el resultado obtenido en cuanto a anfibios y reptiles, ya que en este 2020 se visualizaron sapos, ranitas rayadas y culebra marrón: “esto nos habla de que algo está pasando en este ecosistema y tenemos que estar atentos”, destacó Magnaterra, al tiempo que consideró que “si estos resultados se obtuvieron en un ecosistema muy dañado, contaminado y modificado, creemos que al crearse la Reserva, al cuidar, proteger y respetar el pastizal, tiene que haber cambios muy positivos y se van a lograr conservar más especies, dando un mejor hábitat para desarrollarse”.

“De los mamíferos, encontramos liebre europea y cuis, una población estable con muchos refugios y madrigueras. Este trabajo nos ayuda a zonificar el área. Este área que es baja y muy bien conservada, podemos decir que la vamos a conservar como está, no hacer el sendero sobre aquí o que los espacios de recreación o descanso se ubiquen en otra parte”, determinó.

El grupo de trabajo del pasado fin de semana estuvo conformado por el director de La Máxima Flavio Maldonado y el equipo de voluntarios Nicolás Díaz, Guadalupe Magnaterra, Iván Aranza, Natalia Moro, Gastón Reyes Benz, Sofía Simkovic y Sebastián Ferrer. Indicaron que las próximas actividades a realizar tienen que ver con llevar a cabo jornadas de relevamientos de los diferentes grupos para completar el trabajo.

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