Subió 270% la importación de cemento

Continúan los datos positivos en el sector pero aunque las empresas están invirtiendo, empiezan a aparecer cuellos de botella en la provisión de insumos clave.

La actividad de la construcción continúa siendo el principal motor de la economía, con buenas señales a nivel de producción. Y las perspectivas para lo que resta del año siguen siendo muy positivas, mucho más a partir de la licitación de los seis corredores viales prevista para el próximo 3 de abril, bajo el formato de participación público-privada (PPP), por u$s 6000 millones, y la reactivación que se observa en obras privadas.

Pero en el sector estrella de la economía ya se encienden luces amarillas por cuellos de botella a nivel de oferta en segmentos como cemento portland, donde están creciendo las importaciones para poder abastecer la fuerte demanda. Un tema que empieza a estar en la agenda de los empresarios del sector.

Según datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP) en febrero se despacharon en total 916.019 toneladas, lo que representa un incremento del 14,3% en relación al mismo mes del año anterior. De ese volumen, casi el total fue al mercado interno y sólo se exportaron 7516 toneladas.

Comparado con el mes anterior, febrero de 2018 tuvo una baja de 11,1% en los envíos a plaza, aunque fuentes de la AFCP reconocieron que esta menor producción es habitual en este mercado, debido a que febrero tiene menos días y también varios feriados. Pese a eso, este año se registró el récord histórico de despachos para el mes de febrero. En el acumulado de los dos primeros meses del año la entrega de cemento creció 17,5% comparada con el mismo período de 2017.

En cuanto al consumo en el mercado local, el volumen de producción nacional más importaciones llegó en febrero a 924.075 toneladas, un salto de 15,6% interanual, y comparado con el mes de enero hubo una contracción del 11,5%.

Aquí vale destacar el fuerte avance de las importaciones, que en el segundo mes del año crecieron 269,9% y 300% en el acumulado del primer bimestre de 2018, si bien todavía es bajo en volumen. Este es un indicador de la fuerte demanda que registra el sector desde hace casi un año y que llevó la utilización de la capacidad instalada a niveles por encima del 77%.

“La obra pública está muy bien y también están en marcha las obras privadas, no sólo los edificios de departamentos, sino también obras en Vaca Muerta, ampliaciones de empresas e inversiones en energías alternativas”, señaló Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).

Pero en esta lógica, además, del incremento de la importación de cemento portland, también toman ritmo las compras de insumos al exterior. La semana pasada Holcim, la segunda mayor productora del país, anunció que a partir de mayo y hasta diciembre importará 423.500 toneladas de clinker, un insumo clave para producir cemento portland, luego de mezclarlo con piedra caliza.

Consultado sobre la disponibililidad de materia prima para abastecer la demanda de las empresas constructoras, Weiss sostuvo que “a veces no hay fluidez en la provisión de algunos insumos, lo cual lleva a tener las obras paradas uno dos días”. Esto se está viendo en el caso de piedra para obras en la provincia de Buenos Aires, cemento, asfalto y cal vial, que son productos muy demandados.

El empresario reconoció que las empresas están invirtiendo para ampliar su capacidad de producción pero explicó que ese excedente recién se volcará al mercado para 2020. “El aumento de la capacidad de producción de insumos es infinitamente más lento que la velocidad de la demanda”.

Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados, afirmó que “si importás cemento es porque no tenés otra opción, porque el cemento es un bien no transable, tiene alto costo de transporte, ocupa mucho espacio y bajo precio”. Pese a ello, consideró “natural” la actual importación de cemento, porque “los cuellos de botella van a seguir”.

Como en otras actividades que producen usando hornos, como la industria química o el acero, Spotorno explicó que “las empresas esperan a que la mayor demanda esté sólida, antes de encarar procesos de inversión”, que además de ser costosos, llevan unos tres años hasta que logran estar operativos

Por CARLOS BOYADJIAN /El Cronista

 

Estudio eseverri desktop movile
Comentarios
Cargando...