La columna delaltillo | Abelardo Castillo: “Hace calor y odio Olavarría”

¿Dónde va a parar un libro cuando lo terminamos de leer? Su contenido intangible vuelve a despertar la conciencia de su autor? El escritor Guillermo Del Zotto propone una reseña con entrevista. Una mirada de la obra leída junto con la imaginaria presencia de quién la escribió. Sin desconocer que, como dice Italo Calvino, “ningún libro que hable de un libro dice mas que el libro en cuestión”.

#quedateencasa

-Con la publicación de los dos tomos de sus diarios, por parte de editorial Alfaguara, se completan casi 1.300 páginas contando su vida…

-A los dieciocho años, cuando decidí ser escritor (como oficio, profesión, obsesión, aunque ese determinación luego fue revisada varias veces), también me decidí a llevar un diario que se prolongó hasta el 2006. Las primeras anotaciones de 1956 tienen el título de Servicio Militar: Olavarría. (Después de las salidas, volvía caminando los siete kilómetros hasta el cuartel). Allí hay anotados melancólicos almuerzos en “El Ajito”, el enfrentamiento con un toro salvaje, amores que se van, amores que llegan.  Y anoté cosas como “Escribir todo lo que se me ocurre y nada de lo que ocurre”.  Y también apunté por primera vez, en latín, la frase que sería cabecera en toda mi trayectoria: “Nulles dies sine línea (ni un día sin una línea). Y frases como “El que quiere deslumbrar no tiene escrúpulos” o “Hace calor. Y odio Olavarría”.

-Se podría decir que fue un odio circunstancial… Mas allá de eso, los diaros se extienden luego casi infinitamente: el ajedrez compitiendo como vocación, las peleas y reconciliaciones con Ernesto Sábato, pelea de fondo, de pesos pesados, mediante carta, con David Viñas. El amor de Sylvia Iparraguirre. Poe, Sarte y Camus, siempre. La Santa Trinidad nacional: Borges, Arlt, Marechal. Los encuentro con Cortázar y su definitiva posición en el sillón que corresponde. La pelea con el alcohol… ¿El problema de los diarios de escritores es que quien los lleva es eso: un escritor?

-Mis tempranas anotaciones en los diarios creo que contrastan con mi tardío autoconvencimiento de reconocerme un escritor, digamos, consagrado. El proyecto resistió además porque ordené los escritos tomando como referencia obras como “Diario de un escritor” de Fedor Dostoievski. Si un escritor no se ha muerto a los 40 años, debe, por lo menos, tener la decencia de saber cómo se debe vivir. Si los otros no ven aquello que hemos querido mostrar, la culpa es nuestra.

-¿Algún otro recuerdo de su estadía en Olavarría que haya influenciado en su carrera?

-El 27 de diciembre de 1956 anoté: “El 25 escribí un cuento. Ibamos por la calle cuando se me ocurrió. Ella se había entristecido porque yo me quedaría sólo por la noche del 24 y respondí: No importa; invito a casa al viejo más miserable de Buenos Aires a pasar la Nochebuena conmigo. Y agregué: después lo tiro por el balcón. Nos reímos y entonces se me ocurrió el cuento. Esa tarde habíamos hablado de un candelabro”. Así nació “El candelabro de plata”.

-Durante el 2001 usted se expresó acerca de la dificultad de escribir ficción en medio de una crisis tan fuerte, como puede ser que ocurra ahora con la pandemia del COVID-19…

-Creo que con Sartre se produjo una gran confusión a partir del momento en que dijo: ´Frente a un chico que se muere de hambre, ´La náusea´ (su célebre novela) no tiene peso´. A partir de ahí vino la adhesión de la mayoría de los intelectuales al compromiso expresado en la propia obra. En verdad no se trataba de que la literatura, las matemáticas y la música no tuvieran peso, sino que su obra, enfrentada a un niño muerto de hambre, no la tenía. Y detrás de esa afirmación lo que había era una posición ética sobre su propia responsabilidad como escritor y no sobre la literatura en general. Escribir ficciones es ante todo un acto poético.


delaltillo Ediciones. Se ofrece Taller literario y de Tutoría de la Obra en Proceso. Edición integral, publicación y venta de libros. Consultá

Facebook: Letras del altillo

Maill: delaltilloediciones@gmail.com

Instagram: delaltilloediciones

Escuchá “La columna del altillo” en el programa Radioaficionados, sábados de 10 a 13 por 90.1 Radio Universidad.

Estudio eseverri desktop movile
Comentarios
Cargando...