Tendencias: Las familias apuestan a las compras mayoristas para combatir la inflación

Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que la economía argentina no estuvo estancada o en declive. La deuda externa contraída en los últimos años, la fuga de divisas y la crisis internacional ocasionada por la pandemia son tan solo algunas de las causas de esta depresión. A esto se le puede agregar factores como la presión tributaria y la especulación financiera. Por todo esto las familias de clase media y baja buscan maneras de contrarrestar los causantes del “adelgazamiento” de su capacidad de consumo. Las compras mensuales en supermercados mayoristas aparecen como una de las opciones a explotar para ahorrar y hacer perdurar esos sueldos considerablemente.

A pesar de esta situación del país, en abril las ventas de los supermercados subieron más de 1% y los mayoristas casi un 15% interanual, según cifras del Indec. Luego de 3 años consecutivos de recesión, la economía argentina creció un 2,5% en el primer trimestre y el gobierno calcula que el PBI anual crecerá un 7%.  Más allá de estas cifras prometedoras, el gobierno para controlar el blue tomó medidas que muchos economistas apodaron como “un cepo del cepo”. Así blindarían al dólar contado con liquidación, que resultaría en una estrategia para mantener controlada la brecha cambiaria. En este caso el dólar resultará barato para los minoristas, pero no para los mayoristas, lo cual hará que les cueste dolarizarse.

Asimismo, dejando de lado las ventajas o desventajas que el microclima comercial les produce a los mayoristas, existen beneficios crónicos que estos traen al consumidor común. La primera ventaja que podríamos mencionar es que cuentan con un fuerte canal de distribución, lo que evitaría una crisis de oferta. También en muchos mayoristas como los locales de Makro, o las promociones de Maxiconsumo ofertas hoy, donde se ofrecen productos en cantidades menores a precios mayoristas lo cual beneficiaría a familias-tipo.

Hay que tener en cuenta también las desventajas que estos pueden traer. Estos le pueden agregar costos al producto con la justificación de la terciarización, aunque suceda muy poco. El mayorista tiene poder de negociación ya que son los que negocian con los fabricantes de productos, lo cual podría perjudicar hasta la bancarrota al productor si el mayorista decide dejar de comprarle de un día para el otro.

Paralelamente, los mayoristas siguen resultando convenientes para la clase media y la clase baja. Durante esta pandemia sus ingresos se multiplicaron tanto, que hasta se les está dando soporte tecnológico a los mismos. En Córdoba por ejemplo, desarrollaron una app llamada “Centralo” la cual funciona como marketplace para mayoristas. Según tu ubicación, la aplicación te brindará información de comercios cercanos donde puedas hacer tus compras. En cuarentena la empresa desarrolladora creció un 300%, y con esto las compras en locales como Golomax, Makro, Molinos, entre otros. Ellos esperan aumentar su superficie de acción por el resto del país, lo cual seguirá explotando el fenómeno de los mayoristas por suelo argentino.

Mientras tanto, no todos tienen la fortuna de poner prever una compra mayorista, con los recursos tanto financieros como económicos que ello implica, y cada vez más son las personas que dependen de la ayuda externa, ya sea del estado o famiilar, y el trueque, que tuvo su apogeo con sus clubes en la crisis del 2021, vuelve cada vez con mayor fuerza, especialmente en el conurbano bonaerense.

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