A 104 años del nacimiento de Osvaldo Catena, sus huellas en nuestra región


Hace 104 años, un 13 de abril de 1920 nacía en la localidad santafesina de Mariano Saavedra, Osvaldo Catena. En su infancia ayudó a sus padres en la panadería propiedad de su padre hasta que este después de 30 años de trabajo decidió venderla. Se mudaron a San Vicente y se instalaron en una chacra a 5 km del pueblo por falta de viviendas en la ciudad. Una vez finalizado sus estudios primarios, y tras rechazar una propuesta de su maestro de enseñar en los grados inferiores en premio a su conducta intachable, ingresó en el Seminario, gracias al ofrecimiento del padre Rotta del establecimiento privado donde asistía Osvaldo de costear su carrera, con la edad de 13 años. Previamente se preparó con el maestro Pío Bautista Massera durante dos años.

Cuando tenía 23 años fue ordenado presbítero y fue elegido para colaborar en el Concilio Vaticano II como experto en Liturgia, además en ese entonces era capellán del colegio del Calvario donde se distinguía por regalar toda la ropa y el dinero que poseía. Su gusto por la música y la liturgia, que estudió con toda seriedad, lo llevaron a editar y publicar dos ediciones musicalizadas del libro de los salmos, de las cuales la última –72 Salmos para cantar– sigue en uso en distintas parroquias y diócesis de habla hispana.

En consonancia con su compromiso con los más pobres y con su pertenencia al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, fue destinado a vivir en lo que posteriormente sería Villa del Parque, Santa Fe, donde hay una calle que lo recuerda con su nombre. Más precisamente el 4 de mayo de 1968, llegó con una sotana y una valija en la mano y se instaló en un rancho de barro y techo de cartón.

Luego del golpe de Estado de 1976 se trasladó a Benito Juárez, provincia de Buenos Aires, donde fue párroco hasta su muerte, en 1986. Durante esos años siguió alentando la renovación litúrgica que se seguía produciendo como efecto del Concilio Vaticano II. Fundó, para tal fin, el Grupo Pueblo de Dios, con el que editó y grabó numerosas piezas musicales para la liturgia cristiana.

Qué es el Grupo Pueblo de Dios (GPD)

El grupo quedó constituido en julio de 1977, en la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina. Estaban presentes, además del obispo auxiliar de Azul, Emilio Bianchi, Mario Bazán, P. José Bevilacqua, Oscar Caamaño, Enrique Heugerot, Juan Carlos Maddío, P. Mamerto Menapace, Hilda Vazzano y Osvaldo Catena, el coordinador.

El Pueblo de Dios pasó a ser sujeto activo de la celebración litúrgica por gracia del Concilio Vaticano II (1965). Esto hizo que los artistas se inspiraran para la creación de nuevos cantos que dieran al pueblo una “participación consciente, plena y fructuosa”, como lo exige el Concilio.

Desde entonces, el Grupo Pueblo de Dios ha editado gran cantidad de obras que asisten a los músicos de la Iglesia y a todos los cristianos que participan activamente en la animación litúrgica.

Un documental para recordar su obra

El proyecto de documentar la experiencia del padre Osvaldo Catena comenzó en 1994, pero quedó congelado hasta el año 2006, cuando la Fundación que lo recuerda decidió impulsarlo para recordar los 20 años de su muerte. La realización corrió por cuenta de Matecosido producciones, un grupo de artistas que se propone documentar la historia popular.

“Todo acercamiento hacia el trabajo social en la zona oeste de Santa Fe te lleva ineludiblemente hacia su figura, que es emblemática. Todo lo recuerda, cualquier trabajo que se inicie encuentra sus huellas en los años 60 y 70, en la coordinadora de la zona oeste, donde Catena era líder social, religioso y político”, reflejaba oportunamente Pablo Testoni, director y guionista del documental “El hombre nuevo, el hombre que te debo mi país. Padre Osvaldo Catena”.

Para Testoni, Osvaldo Catena “era tan carismático, con su música. Eso está vivo en la memoria de la gente”.

El barrio Villa del Parque está más allá del ferrocarril. “Partimos de entender que la ciudad de Santa Fe fue fundada en dos momentos. Primero, como ciudad clásica con todas sus instituciones. Pero luego está la ciudad que se funda después del peronismo, con el advenimiento de los ‘cabecitas negras’ del norte del país. Toda esa población, que constituye el cordón más humilde, vive del otro lado del ferrocarril. Una de las ideas fuerza de nuestro trabajo es que el cura pasa del centro al otro lado, y encuentra todo lo que encuentra. Fue un personaje que pudo estar muy cómodo en el centro de la ciudad“, consideró Testoni.

Una importante dificultad para encarar el video era la falta de imágenes de Catena. Esto obligó a los documentalistas a un tratamiento de ficción para la historia del cura. “Lo ubicamos en ciertos momentos en la villa, mostrando cómo lo cuestionan distintas situaciones”, relató Testoni, quien puntualizó que el trabajo se centra en el período de la vida del padre en la villa. No cuentan su destierro por razones políticas, ni su muerte en 1986. “Tuvimos que recurrir a la ficción para su propia palabra, y a fotografías”, contó. Pero sobre todo, al testimonio de más de 40 vecinos que hablan de él como si todavía anduviera por las calles e la villa. “Una de las funciones fundamentales del documental fue recuperar voces de militantes que hoy tienen más de 60 años”, indicó Testoni.

En la historia de Santa Fe quedará el coro Cristo Obrero, que Catena fundó en la villa. Con ese trabajo, que nutrió de música al movimiento cristiano latinoamericano, grabaron 6 discos que eran los hits de los cristianos. “Es emotivo escuchar a la gente de una villa contar cómo viajaban por las Cataratas, por Córdoba, por todo el país llevando su música“, adelantó Testoni. Los mismos vecinos cuentan cómo se encontraban con Ariel Ramírez -a quien Catena asesoró para su Misa Criolla- y lo que significaba para ellos cantar en grandes teatros, como una forma de recuperar su dignidad.

Conocedor de otras experiencias señeras en el movimiento de curas del tercer mundo, como la del padre Carlos Mugica en la villa 31 de Buenos Aires, Testoni consideró que la experiencia de Catena fue “mucho más poderosa, si se compara la organización social”. Para el documentalista, “es importante tener en cuenta que Catena fue el último secretario general del Movimiento de Curas para el Tercer Mundo. Junto a otros sacerdotes de Santa Fe, fueron la referencia más importante antes de la desaparición de la corriente por causa de la triple A”. El documental también recoge el testimonio de un antiguo seminarista, que en 1968 se fue a vivir a Villa del Parque con el padre Catena. “Este hombre dice que la gente le debe mucho a Catena, pero también el sacerdote termina agradeciendo ese paso por la villa”, subrayó Testoni.

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