Video / Los testimonios de quienes buscan la sanación en Fazenda La Esperanza de Carhué


Voluntarios y jovenes que buscan recuperarse de las adicciones y forman parte de La Fazenda La Esperanza, estuvieron de visita en Olavarría para realizar una misión de servicio y prevención, además de reforzar lazos con los grupos de apoyo locales.

En Olavarría, más precisamente en la Parroquia San Francisco, funciona el Grupo Esperanza Viva que se convierte en el primer contacto de aquellos que buscan recuperarse y podrían integrarse a La Fazenda La Esperanza.

La Fazenda, que nació hace 41 años en Brasil, basa su carisma en la fusión del franciscanismo y los focolares. Se dedica principalmente a la recuperación de personas con adicciones, aunque su obra en el mundo también abarca otras problemáticas como la ayuda a huérfanos y el cuidado de enfermos terminales. Actualmente, en la comunidad masculina de Carhué, hay 36 personas en proceso de recuperación.

Un modelo único: Sin profesionales y con alta recuperación

Alejandro, voluntario que acompañó la misión en Olavarría, explicó que la Fazenda es el «único lugar donde no hay acompañamiento profesional y es uno de los lugares a donde más hay reinserción a la sociedad con alto grado de recuperación».

El proceso de recuperación dura doce meses y se sostiene en tres pilares: el trabajo, la espiritualidad y la convivencia, siendo la espiritualidad el más abarcativo. «Se busca que la persona encuentre recuperación en el servicio, en el hacer, en la gratuidad y en gracia», afirmó.

El trabajo como pilar de autosustento

La comunidad es totalmente autosustentable. El pilar del trabajo es fundamental y se refleja en la producción de alimentos que sostienen la vida diaria y generan ingresos:

Animales: Cría de gallinas ponedoras (cerca de 100 huevos diarios), pollos parrilleros, lechones y corderos.

Panadería y Dulcería: Elaboran prepizza, pastafrola, bizcochitos y facturas. La dulcería mantiene un stock de entre 150 y 200 frascos de dulces por semana.

Huerta: Produce toda la verdura que se consume, la cual es procesada en invierno para durar todo el año.

El camino para ingresar: La voluntad y los grupos de apoyo

El requisito fundamental para iniciar el proceso es la voluntad propia de la persona, ya que la Fazenda es una comunidad abierta.

El mejor medio de llegada es a través de los Grupos Esperanza Viva (GEP), que acompañan y contienen a las familias antes del ingreso. En Olavarría, el GEP se reúne los lunes y miércoles en la Capilla San Francisco, con el acompañamiento de fray Jorge. «Es importante que puedan perseverar en venir acá porque eso le va a dar la perseverancia dentro», sostuvo Alejandro.

Testimonios de esperanza: De 20 años de consumo a ser voluntario

Alejandro, quien estuvo veinte años en consumo, relató su cambio: «Llegué sin poder echarle azúcar a la taza, literalmente, y hoy soy el que acompaña a los chicos en el proceso y me hago cargo de una comunidad entera. Ahí es donde uno reafirma que Dios existe y que realmente la esperanza se vive».

Por su parte, Johnny, con casi nueve meses de proceso y en misión en Olavarría, compartió que en la Fazenda descubrió que «la droga es algo secundario» y que el vacío que sentía se llenó con su reencuentro con Dios. El joven hizo un llamado a la familia que atraviesa la adicción: «Que lo entiendan, porque a veces nosotros nos encerramos en tanto dolor y nos cerramos, pero que le busquen por el lado del amor».

Los jóvenes también visitaron escuelas de la ciudad con un mensaje de prevención, en una misión que, según Alejandro, los llena de esperanza al poder «ver gente perseverando afuera».

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