Como Justin Bieber, pero en Olavarría

No es Justin Bieber, sino Julián el que despierta el delirio adolescente por estos días en muchos rincones del país. Este entrerriano oriundo de Paraná, de sólo 18 años, está en Olavarría.

Julián Serrano no tiene ningún interés en parecerse al cantante de pop, tampoco es cantante, pero el fenómeno en el que se ha convertido hace pocos meses gracias a You Tube y las redes sociales lo ponen a la altura de un verdadero ícono adolescente, como Justin.

Lo comprobó en el primer día, cuando salió a caminar por el centro, muchas chicas lo reconocieron y “me tuve que ir rápido en un auto”, él mismo cuenta. “Es linda la ciudad, es limpia”, le quedó como primera impresión al joven que hasta tiene su propia comunidad, “los serranistas” la bautizó.

“Empecé a subir videos más o menos hace dos años, en otra cuenta, al principio lo hacía para mí y para gente que no conocía de otros países, entonces los subía sin miedo, como sabía que nadie que conocía los iba a ver no me hacía drama. No sé cómo se enteraron en la escuela y ahí se empezó a hacer conocida la onda. Seguí subiendo videos y hace unos meses nomás fue como el boom y se hizo conocido en toda la Argentina” contó Julián, a quien le falta dar Matemáticas (“en marzo”) para terminar la secundaria y poder seguir la carrera de Psicología.

Confesó que el fenómeno surgió de un día para otro, “empezó a circular solo, de boca en boca, después de Bariloche (donde fue de viaje de estudios), en julio, de ahí en adelante” recordó.

Se dio cuenta que algo había pasado “porque las reproducciones (de los videos) aumentaron casi un 500 por ciento de una semana a la otra”, explicó, pero también “porque en los boliches antes me reconocían de vez en cuando, después me conocían casi todos los que estaban ahí; en la calle también o en los shopping cada vez que iba había muchísima gente que me conocía, se hacía una ronda gigante, ahí me di cuenta que eso ya no era normal, que era más grande la movida”, describió.

Las chicas lo acosan donde lo descubren, pero hay chicos también que se han vuelto fans de los videos que él mismo edita. “Hablo de mis temas, yo los subía para mí, para tenerlos de recuerdo. La idea es subir un video por semana, pero generalmente tengo un poco de vagancia y edito cada dos semanas, no es un trabajo”, aclaró.

El furor empezó en el canal You Tube, pero luego se extendió a las redes sociales, a Facebook y también en Twitter, con una sorprendente cantidad de seguidores. Es lo que podría analizarse como la construcción de un líder adolescente por fuera de los medios de comunicación tradicionales reemplazados en este caso, y una vez más, por las redes masivas. “Esto empezó de cero en Internet y avanzó sin ningún tipo de promoción ya sea por radio o televisión, la verdad que está bueno” reflexionó.

Pero contó que ya estuvo en la TV local de su provincia. También recorre los boliches para hacer presencias, sacarse fotos con sus seguidores, firmar autógrafos, en fin, prestarse algunas horas a que lo vuelvan loco, como seguramente ya sabe va a ocurrir en Olavarría.

Aunque no es su medio de vida piensa en ganar plata con esto “por hooby nomás” y advierte, “sigo haciendo videos más que nada para seguir divirtiéndome”.

Se nota que en los videos es más extrovertido que en persona, “sí, obvio porque es un embole hacer los videos, tengo que meterle onda” y es justo esa “onda” que le pone la que los volvió populares.

“Mi mamá se pone histérica y mi viejo se caga de risa, quiere que siga así o le gusta. Mi vieja se preocupa por todo y no le gusta que me conozcan en la calle”, confesó.

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