Dolores Escala: “Me moría si mi papá me daba vuelta la cara, por suerte no sucedió”

La celebridad de Gran Hermano que nació en Olavarría, hija de un reconocido traumatólogo, visitó la redacción deInfoeme, y accedió a hablar de todo y sin tapujos. Habló del reality, su vida y sus padres.

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Jorge Scotton – Fabricio Lucio

Dolores Escala dejó definitivamente el anonimato en nuestra ciudad el día que la producción del reality Gran Hermano 2012 decidió meterla en “la casa más famosa del país”.

Simpática, sumamente inteligente y con conceptos que recorren desde lo frívolo hasta lo más profundo, accedió a visitar la redacción de Infoeme ni bien pisó suelo olavarriense.

Vestida con una prenda de su propia producción, un sombrero blanco y junto a una amiga que la acompañó desde Buenos Aires, se bajó de un remís en Coronel Suárez 2110 donde está instalada la redacción de este Diario On Line y tras saludar amablemente a todos los cronistas se prestó a charlar a agenda abierta por algo más de media hora.

Su padre un reconocido traumatólogo y su madre, quien vive en Brasil, fueron las personas que más la apoyaron cuando hace 13 años de Olavarría se fue definitivamente Julián y nació Dolores Escala.

¿Te cambio la vida la televisión?

No, no tanto. Todo sigue igual, con un momento de la tarde que tengo que ir al canal. Pero después todo sigue igual. No me siento ni más ni menos, yo en Buenos Aires soy bastante conocida ya entre la gente de nuestra edad y que estudiamos lo mismo. Esto era como una confirmación de alguien y están todos como locos. No hay nada ni monetariamente ni en la calle. La gente está tranquila, no hay como esa cosa esfervecente. La pasión se generó por lo mínimo que hice o dije.

Tu corta estadía dentro de la casa de Gran Hermano generó como una revolución en el programa.

Sí, venía re abajo, tranquilo. Algo divertido sucedió. Todo el mundo te dice la frase: “por qué no te quedaste, hubieras ganado”. No sé porqué no me quedé. Es horrible, no sé, no está bueno estar ahí. Encima entré con esta chica Noelia y Tomasito (Suller) que son personas que todo lo que dicen está como medio sujeto a no creerle. Ella que dijo que era virgen y que se trepaba a la `liana´ y se cruzaba de país, y el otro que todo el tiempo inventa. Yo en realidad voy a hacerme cargo, a blanquear situaciones y la gente lo toma como algo propio. Casi como una defensa de la verdad. Mi bandera va a ser esa, siempre hacerme cargo de las cosas que es lo que no veo. Ni en la situación del país ni en los medios, nadie acepta nada. Siempre va todo por atrás.

¿Venís siempre a Olavarría?

No, vengo muy poco. Estuve acá en Navidad y me fui el 30 de diciembre y pasé año nuevo en Capital y a los 10 días me llevaron a la casa esa. Hoy es la primera vez que vuelvo.

Hablas de la casa como si fuera la casa del horror…

Es como un experimento, una experiencia bastante particular. Yo no tenía en claro muchas cosas, no te las avisan porque suponen que esta persona vio el programa, yo mucho no lo vi. Vos lo ves por televisión y parecen cómodos y en realidad es mucha luz, muchos colores, hay como mucho silencio, me enteré de que los puchos estaban sujetos a una prueba, que yo no sabía que era así. La comida también está sujeta a una situación de ver ellos cómo compran. Es sobrevivir, vivir con 20 personas, estar encerrada, no poder dar una vuelta. No pensé que iba a ser así. Pensaba que la casa iba a ser más amable, no lo fue.

¿Vos hiciste un casting?

Sí, fui pero a otro casting ahí en Telefe, tenían mis fotos y medio que se acordaban de mí. Cuando llegué fue un casting express. Charlamos un poco más y en dos o tres días quedé seleccionada. Ya tenían mis datos y mi historia. Nadie entiende nada, hasta que alguien lo entiende por primera vez.

¿Y ahora?

Y ahora tengo que estar ahí. Tengo contrato, voy a ir al programa hasta que finalice y un mes después. Yo no conozco mucho de medios así que estoy medio a la deriva con ese tema, no tengo mucha idea de lo que tengo que hacer ahora. Sé que tengo que manejarme con un representante, algo. Tengo que empezar a ver, seleccionar.

En otras ediciones por ahí los chicos iban a boliches…

Sí, pero eso ahora no está sucediendo. No hay mucha movida. Este programa no fue tan visto pese a que ahora lo están levantando un poco. La gente, por lo que escucho, parece que me quiere tener en todos lados pero, por otro lado, falta que se despierten los productores. Los productores son los que proponen, sin esas propuestas qué vas a hacer, yo sola no puedo ir a hacer un programa, a cobrar plata porque soy yo. Me tienen que vender. Es un negocio que no conozco.

¿Tenés intención de seguir vinculada a la televisión?

Si y no. Las dos cosas. Puedo estar o no que no me voy a morir. Yo tengo mi marca de ropa y puedo seguir con eso. También puedo trabajar en una empresa porque soy diseñadora de la UBA.

¿De qué vivías ante de entrar a la tele?

Trabajaba como recepcionista en una peluquería muy canchera, muy arriba y vendía mis vestidos como un negocio paralelo. Entre las dos cosas hacía mi negocio creativo y pagaba el alquiler. Y ahora no puedo trabajar, quiero ver. Hay que jugar, veremos si le puedo sacar una situación y se puede ir por ese lado. Yo siempre quise estar en los medios haciendo algo, pero no sabía por donde entrar. De hecho ahora va a ser difícil encontrame también un nicho, a ver ¿dónde la ponemos, qué hacemos con esta chica? Yo creo que soy bastante adaptable y me parece que tengo para rato. Pero eso depende todo de ellos.

¿Por qué crees que entraste, qué te vieron?

Me vieron muy suelta, que hablaba muy bien. Que soy educada, que puedo enhebrar tres palabras con sus respectivos presente, pasado ¿cómo es?. Supongo que era comercial, doy bien en cámara, había una estética agradable y la historia era fuerte. Esta bien que salió por este lado y ahora tengo que defender Gran Hermano y soy Gran Hermano. Para mí fue como entrar en un concurso y no ganar. No gané, no quedé ni en la final.

No te fuiste como una perdedora, estuviste ocho horas en la casa y te dijeron quedate…

Yo pensé que me iban a decir andate. Yo les dije ´me borro`. Después me dijeron que los del canal estaban re contentos, que les tiré todo para arriba. Ahora me llaman, quieren que esté. Me porto bien, soy educada. No es que haga quilombo ni soy una persona complicada, entonces me llevan bastante. Espero que todos esos frutos me rindan para que el día de mañana me digan que quieren trabajar conmigo de nuevo. Ellos no te ofrecen ni te prometen nada. Por suerte.

¿En qué cambió esto en la relación con tus amigos, por ejemplo?

En nada. El otro día fue mi cumpleaños y vinieron un montón de personas. Todos los que me conocen sabían que era un personaje, entonces es como que era “ah! la Dolchu en la tele” y nada más. Ahora me escriben y me dicen “que lindo el pelo como lo tenías hoy, como estabas vestida”. Yo pensé que iba a ser como una chica socialité que salía de la fiesta escondida, pero nadie hace ese tipo de periodismo acá. No hay este tipo de seguimiento a chicas cool ni nada. Mis amigos están re contentos, se cagan de risa vamos por la calle y si me reconocen se ríen.

¿Pasa eso de que vas por la calle y te reconocen?

No, no tanto. Estás en el supermercado y la chica te dice: “¿por qué te fuiste” la gran pregunta. O te miran y no se acercan. Pero está mejor, que no te jodan tanto. A boliches no voy, igualmente a la noche están más sueltos todos, te gritan por la calle. Hay muy buena onda, hay una energía increíble, la gente se acuerda de cosas lindas de mí. Está bien que no tuve tiempo de mostrar ninguna miseria para que me odien, en ocho horas no te odia nadie. Encima a la noche, re fiesta, re boliche.

Todo el mundo cree que estar ahí está buenísimo pero hay un desgaste mental, es muy fuerte. Para una persona de 30 años, uso una cama para dormir y cuando quiero me prendo un cigarrillo. Hay cosas en las que no transo. El shampoo tuve que hacer un quilombo para llevar el mío. Es rarísimo, no sé que hice.

¿Psicológicamente tenés que estar muy preparado?

No. Todo lo contrario, tenés que no darte cuenta de que estás en ese nivel psicológico. Como yo me di cuenta me quemé. A mí me parece que los chicos no se dan cuenta, tienen un relajo de la juventud de los 20 de ahora y tienen otro nivel de percibir las cosas. Yo me di cuenta enseguida, soy una persona muy particular.

¿Viniste a Olavarría a visitar amigos?

No, vine a ver a mi papá básicamente que es lo más y para aprovechar cuatro días de sol, que no hay, y pileta. Vamos a dar una vueltita, veremos gente amiga, venderemos mis vestidos y a tostarnos.

¿Tu papá? ¿Lo hablaste con él o prendió la televisión y te vio ahí?

Papá bien, ahí en casa durmiendo. Divino. Tranqui. Él está tranquilo. Yo le avisé que me habían seleccionado, es como un concurso. Les gusta mi historia. Sabía que la historia iba para ese lado. Y él dijo “bueno, bueno suerte” y cuando salí me dijo: “mucha exposición” y yo le dije sí, es Telefe, televisión. Con los días se ve que ha tenido él buena respuesta, se relajó, nunca me dijo nada.

¿Y tu mamá no está en el país? ¿Cuánto hace que no la ves?

No, mamá está en Brasil. Ella lo vio por Internet. Estaba más consciente de lo que era el programa, mi papá no tenía ni idea. Como yo. A mí no me preocupaba el hecho de estar ahí. Ahora lo pienso y volvería aunque tengo miedo de que si entro, me pase lo mismo.

¿Nunca te dijeron de volver a entrar?

Sí, me hicieron la propuesta de volver. Como vieron que fue un golazo a la semana me estaban preguntando, que me daban la oportunidad.

Debes haber medido muy bien…

Si, medí súper. Sé que hubiera ganado o estaba entre las cuatro seguro. Pero quién se banca estar ahí adentro. Piénsenlo. Todo el mundo que me pregunta le digo: ¿por qué no vas vos a ver si te gusta?

Es muy extraño pensar que soportaste una decisión respecto a un cambio en tu vida en lo sexual y no soportaste esto. ¿Cómo analizás esa situación?

Ay, no sé. Tiene que ver con algo físico, como una especie de claustrofobia. Como algo que va por el lado más físico. Lo otro fue difícil pero no sé, lo lleve con los años, con mi tiempo y cuando llevas las cosas a tu tiempo…, no sé. En diez años me convertí en lo que soy ahora y es maravilloso. Acá es como que me tiraron en un lugar y no lo pude sostener. Una situación impuesta por el afuera.

¿En algún momento lo pensaste desde ese lugar antes de entrar?

No, nunca. Pensaba que iba a ser re placentero. Yo estaría diez días con gente en una casa, pero me imaginaba una casa en el Tigre. No me di cuenta. Además que me hicieron el ofrecimiento, estaba Telefe haciéndome la propuesta ¿qué le iba a decir, que no.? En ese momento dije si lo hago, nunca pensé que iba a pasar eso. Pensé que iba a aguantar un poco. Es una edición rara el programa. Están los chicos medio peleados, hay como una onda…. No sé si no es un reflejo como pasa ahora, que todo se tiene que dividir en dos bandos. Mirá que justo el país dividió en dos, siempre. No me dan ganas de meterme en esa.

Tu proceso ese que te llevó diez años ¿cómo lo encaraste en lo personal? ¿Qué aliados tuviste y con qué cosas enfrente?

Yo no me acuerdo tanto, íbamos a la facultad, fue casi como un juego, yo ya era quien era sin tener que ponerme nada. No había ninguna duda, la incomodidad estaba en cómo te decían, con qué nombre, esa era la cosa.

Mis amigos, los que estaban en Buenos Aires, ya me conocieron como una persona súper desenvuelta, casi parecida de lo que soy ahora, nunca fui muy diferente. Y en la facultad hubo un día algo más físico, como que un día dio presentarse estéticamente con otra ropa y era como lo que me faltaba y todo el mundo fluyó alrededor de una manera terrible.

La contra fue mi familia paterna, no mi papá, sino toda su familia. Entonces hubo que hacer un desprendimiento de ellos, pero tampoco estuvieron nunca muy presentes en mi vida. No era gente que yo iba a extrañar, a mí no me costó nada desprenderme de ellos.

Si me moría si mi papá me daba vuelta la cara, por suerte no sucedió. Fue como fluyendo, fue como fácil, no sé. Tengo tanta gente amiga, es una familia tan grande en Buenos Aires que me reúne, no sabés toda la gente que conocí en estos dos años. Soy conocida antes de estar acá.

Vos hablabas de que hay ciertas cosas que todavía no terminan de adaptarse en la sociedad. El tema de la igualdad parece que está aceptado, pero sin embargo cuando personajes como vos están en la tele aparece esta suerte de prejuicios o cuestionamientos. ¿Por qué mira la gente eso, qué es lo que le atrae de personajes como vos?

La igualdad esta súper aceptada, pero esta la cosa del café, de la charla. Pero me imagino que deben hablar… aunque yo nunca escuché una mala situación, es mas leí notas mías en el diario o en la Web donde ellos hablan “esta chica” pero ni siquiera se menciona la parte sexual.

Dicen: “la chica que entró a “Gran Hermano”, que es de Olavarría”. Nunca te dicen una chica trans o qué sé yo. Yo creo que traspasé algo que no estaba, de impunidad. Hay algo que pasa que es ser llamativamente linda, tiene algo que ver con la estética, hay una aceptación a partir de eso, entonces la gente la acepta.

Somos también personas que tenemos problemas para conseguir trabajo. Yo entro más fácil porque soy “mona” y me expreso bien. Hay chicos de Gran Hermano, los veo que los re bardean por Twitter, que en las notas le tiran mala onda, y a mí nadie me dice nada.

Jamás desde que salí nadie me dijo nada. Hay como un respeto, porque yo me impongo desde el respeto. La igualdad va también desde que vos no te sientas diferente. Vos sos igual que todos pero la igualdad la impongo yo. Yo soy igual que todos, no me diferencio de los demás. Vengo estoy vestida tranquila, no es que vengo con una pluma en la cabeza y tacos de acrílico del Once. La igualdad se impone desde uno, es no sentirse discriminado. La discriminación es un cincuenta por ciento de uno, es vos tomar lo que te están diciendo y yo jamás tuve eso. Imponer respeto desde uno. Si vos traes a la Noelia esta –vamos a hablar de los chicos de Gran Hermano– a ella le van a ir con la pregunta, agresiva. Ya desde su imagen, ella no impone ese respeto. La gente se burla de esa gente, porque aparecen esos personajes que son bizarros.

Desde que abrí el Twitter tuve cuatro comentarios agresivos. Alguien que como insulto te dice “vos sos un traba”, que yo no puedo creer que lo tomen como un insulto. Todos mis compañeros tienen 80 mil puteadas por día y se re enroscan. En la calle jamás nunca nadie me gritó nada. Es algo que tiene que imponer. La igualdad es uno diciendo yo soy igual a vos

Nunca sentí ninguna política de hacer nada. Yo soy una persona. Nunca me sentí ni gay, ni… yo soy una chica. El que quiere venir a discutirlo que piense lo que quiera.

¿Nunca participaste de las movidas últimas que se dieron en el país?

No. Sí participe del día que se dio el matrimonio igualitario. Fui con un amigo gay, pero jamás se me ocurriría casarme con mi documento de varón. La igualdad está hecha para mis amigos gays que se quieren casar con otro varón. Yo me voy a casa con mi documento, me quiero casar como una chica que es lo que soy. Tampoco es que tengo ningún tipo de ansiedad. Tiene que ser este año, no me voy a dormir.

¿Ayer observamos cierto grado crítico hacia la producción de GH en tu Twitter?

Ayer fue un comentario, no me quejo de la producción. Estoy re agradecida, aunque lo que no me convence lo hablo. Tengo muy buena respuesta con los productores.

¿Sos conciente de lo que generaste en Olavarría?

Sí, encima yo dije un pueblo. Y me dijeron “no es un pueblo boluda”. Todo el tiempo lo dicen en las notas “la chica de Olavarría”. Es como que la hice resurgir, pienso que somos Amalita y yo. Igual yo soy como una porteña adoptada, ya no me siento muy olavarriense.

De hecho Dolores nació en Buenos Aires

Sí, Dolores es porteña. La calle la re camino. Hace 13 años que estoy en Buenos Aires, viví en miles de barrios y conozco a mucha gente. Es como que ya me queda chico.

¿Qué haces el fin de semana?

Si hay sol pileta, toplees en la pileta. Salir no. Acá es todo muy raro para salir. Prefiero quedarme en casa con un Fernet, chuparnos y quedar hasta las trancas y ver una película. Voy a ver si hago una twitcam y hago una reseña. Ayer hice una. Es como una entrevista eterna en la que te preguntan cosas. A mí me encanta que la gente conozca lo que tengo para decir, que conozcan mi historia

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