Estudian cerebros sanos en busca de indicios de Alzheimer
En esta foto del 19 de mayo de 2015, Judith Chase
Gilbert, de Arlington, Virginia, es sometida a un PET scan en el
hospital de la Universidad de Georgetown, Washington. Aunque no tiene
problemas de memoria, Gilbert se presentó voluntariamente a un estudio
de cerebros sanos en busca de pistas sobre el mal de alzhéimer. (AP
Foto/Evan Vucci)
Por LAURAN NEERGAARD Published:
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WASHINGTON (AP) – La placa pegajosa recibe la mayor atención,
pero ahora personas mayores sanas con riesgo de alzhéimer permiten a
los científicos escanear sus cerebros para ver si hay otro malhechor
oculto en las sombras.
Nadie conoce la causa real de alzhéimer,
pero hay dos sospechosos principales: el pegajoso amiloide en las placas
cerebrales o marañas de una proteína llamada tau que taponan las
células moribundas. Nuevos métodos para obtener imágenes capaces de
descubrir esas marañas en los cerebros vivos permiten por fin comprender
la causa de la demencia.
Ahora los investigadores agregan el
escaneo en busca de tau como parte de un estudio para determinar si una
droga experimental ayudaría a personas sanas pero con factores de
riesgo. Sea eficaz o no el medicamento, es el primer estudio que permite
a los científicos rastrear la acumulación de los señaladores
característicos del alzhéimer en adultos mayores antes de que empiecen a
perder la memoria.
«La combinación de amiloide y tau es el dúo
tóxico», pronostica la doctora Reisa Sperling, de la Facultad de
Medicina de Harvard, quien dirige el estudio llamado A4. «Verlo en la
vida real es algo notable».
El A4 -que significa Tratamiento
Anti-Amiloide en Alzhéimer Asintomático- busca atraer a un millar de
personas mayores sanas como Judith Chase Gilbert, de 77 años. Esta
empleada pública recientemente jubilada conserva toda su lucidez, pero
el estudio indicó una acumulación de amiloide que podría ser un factor
de riesgo. La semana pasada se sometió a una tomografía por emisión de
positrones (PET por sus iniciales en inglés) para que estudiaran su
cerebro en busca de la presencia de tau.
«Sabemos que el tau
aparece en escena en algún momento, pero no sabemos cuándo. No sabemos
cuándo se produce esa interacción. Deberíamos saberlo», dijo María
Carrillo, la jefa científica de la Asociación Alzhéimer, que hace
campaña para que se agregue el escaneo por tau a las investigaciones.
Más
de 35 millones de personas en el mundo padecen alzhéimer u otras formas
similares de demencia. Se prevé que las cifras aumentarán a medida que
la generación de posguerra llega a la vejez. No hay un tratamiento
eficaz. Los medicamentos existentes alivian temporalmente los síntomas y
las nuevas drogas, que apuntan al amiloide, han fracasado.
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