“Las mil y una noches” fue ovacionada por el público en el Teatro Municipal
“Las Mil y una Noches” se presentó este sábado en la sala local. Pepe Cibrián y Ángel Mahler dirigieron un espectáculo brillante, que fue aplaudido de pie por el numeroso público que asistió al Teatro.
La obra narró la historia de un barco atacado en alta mar por un grupo de piratas, el cual toma a los sobrevivientes como esclavos para ser vendidos en la Plaza de Estambul, capital del poderoso Imperio Turco, gobernado por el Sultán Solimán “El Magnífico”.
Entre estos cautivos se encuentra Elena, bella joven que iba rumbo a Italia a casarse.
Una vez en la Plaza, Elena es observada por Solimán, quien de incógnito entre sus súbditos se prenda de ella ordenando que la compren para su Harem.
De esta manera Solimán conoce a Elena, quien había sido advertida por Feyza que sería la elegida sólo por una noche, mas esta vez Solimán se enamora no sólo de la belleza de Elena sino de su inteligencia, ya que ella le suplica antes de entregarle su cuerpo y ser una más contarle un cuento.
Así transcurren mil noches más en donde ante la desesperación de Feyza, Elena cada vez más, adquiere importancia para Solimán, quien finalmente y aún ante perentoria exigencia de su Madre de elegir entre ella o Elena, decide tomarla como esposa y hacerla su Sultana, convirtiéndola en Sherezade. Esto hace que Feyza decida huir del palacio.
En el segundo acto Feyza decide volver para tramar la caída de Scherezade. Para esto trae engañado desde Italia al ex prometido de Scherezade.
Feyza advierte a Solimán de esta traición, cosa que él no cree, y le propone que juntos contemplen como ella y su amante se encuentran en el puerto.
Cuando esto sucede Feyza ordena tomen prisionera a Scherezade para ser juzgada por traición al Sultán, algo que se castiga con la muerte.
En la última escena, en el juicio en donde Feyza exige que sea el mismo Sultán quien decapite a la traidora, Solimán, vencido ante el amor, declara que prefiere su propia muerte antes de que la de su amada, y en ese instante, donde Solimán alza su daga para quitarse la vida, Feyza respondiendo al llamado de su sangre, sacrifica su vida, abrazando al hijo y evitando así su muerte a cambio de la suya.
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