Un pais lector – por Marta Casanella

Pensemos en esto, si se les estuviera incendiando su casa, ¿se pondrían a ordenar la biblioteca?
Durante décadas las políticas de estado han logrado sumir a un cuarto de la población argentina en la miseria. La falta de los recursos mínimos para subsistir imponen un estilo de vida alejado de la lectura. Donde prima la subsistencia básica y no el deseo de trascender.
Porque la lectura le permite al hombre trascender las fronteras de lo posible, de lo conocido. Soñar maravilloso, imaginar un mundo distinto. Y , fundamentalmente , la lectura y la escritura convierten al hombre en actor de su propio destino.
Aun cuando los números oficiales hoy nos hablen de permanencia escolar y de que la deserción baja y la obligatoriedad se extienden, la realidad muestra otra cosa. Han aparecido nuevas formas de analfabetismo funcional con altísima pobreza lexical coloquial, debilidad asociativa y una desesperante dificultad expresiva. Hoy una gran parte de nuestra población, lee y escribe de forma primitiva.
Entonces, volviendo a la pregunta del principio, seguro todos ustedes se pondrían a apagar el fuego. Y hoy se impone resolver las carencias que obligan a nuestros niños y jóvenes a vivir como eternos bomberos, lejos de las ideas, de los pensamientos y de las acciones que permiten pensarse como dueños de un futuro colectivo.
Hoy todos, o la gran mayoría somos conscientes de la importancia de la lectura. Falta el paso intermedio que permita pasar de la conciencia a la lectura. Y ese paso implica dejar de engañarnos y reconocer que décadas de oscurantismo y represión nos han convertido en esto que somos hoy. Un pais que no lee pero que, sorpresiva y felizmente, aun resiste.

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