Belén, mirar y sentir


Un deseo del papa Francisco para el mundo: “No dejemos pasar esta Navidad
sin hacer algo de bueno. Ya que es la fiesta, el cumpleaños del Mesías, “hagámosle a Él
regalos que le agraden”, “En su nombre hagamos renacer un poco de esperanza a quien la
ha perdido”.
El miércoles 20 de diciembre, en su última audiencia general antes de Navidad, se
preguntó el Papa: ¿Cuál era la intención del santo Francisco de Asís al organizar una
Natividad viviente en la pequeña ciudad de Greccio, en Umbría de la cual se cumplen
800 años? “San Francisco, no intentaba “crear una hermosa obra de arte, sino, a través
del Belén, provocar asombro por la extrema humildad del Señor, por las dificultades que
sufrió, por amor a nosotros, en la pobre gruta de Belén”. Ante el misterio de la
encarnación del Verbo, del nacimiento de Jesús, necesitamos esta actitud religiosa de
asombro”.
El pesebre: para encontrar el sentido de la Navidad, hay que mirar allí. Pero,
¿por qué es tan importante el pesebre? Porque es el signo, no casual, con el que Cristo
entra en la escena mundial. Es el manifiesto con el que se presenta, la forma en que Dios
nace en la historia para dar vida a la historia. Belén, – dice el Papa – nació como “escuela
de sobriedad”. La sobriedad y el asombro ante el pesebre nos lleva a esa “alegría que
desborda el corazón” cuando se toca con la propia mano la cercanía de Jesús, la ternura
de Dios, por eso diremos: Jesús, te miramos a Ti, acostado en el pesebre. Te vemos tan
cerca, cerca de nosotros para siempre: gracias, Señor. Te vemos pobre,
enseñándonos que la verdadera riqueza no está en las cosas, sino en las personas,
especialmente en los pobres: perdónanos, si no te hemos reconocido y servido en ellos. (…)
“Si los cristianos miramos el pesebre como algo bello, como algo histórico, incluso
religioso, y rezamos, esto no basta. Ante el misterio de la encarnación del Verbo, ante el
nacimiento de Jesús, necesitamos esta actitud religiosa de asombro. Si yo ante los
misterios no llego a este asombro, mi fe es simplemente superficial; una fe ‘informática’.
No lo olviden”.
“Y el belén nace –como lo pensó san Francisco de Asís – para reconducirnos a
lo que realmente es importante: a Dios, que viene a habitar entre nosotros. Por eso es
importante mirar el pesebre, porque nos ayuda a entender que es lo que cuenta y las
relaciones sociales de Jesús, José y María y los seres queridos, los pastores. Las personas
antes que las cosas. Y tantas veces ponemos a las cosas antes que a las personas. Esto no
funciona”. (…) “El pesebre es como un pequeño pozo del que extraer la cercanía de Dios,
fuente de esperanza y alegría: “Es como un Evangelio vivo, un Evangelio doméstico,
llevemos ante el pesebre nuestras expectativas y las preocupaciones de la vida. (… ) “Si,
ante el pesebre, confiamos a Jesús lo que más apreciamos, también nosotros
experimentaremos ‘una alegría muy grande’, una alegría que proviene precisamente de la

contemplación, del espíritu de asombro con el que voy a contemplar estos misterios.
Vayamos ante el pesebre. Que cada quien mire y que deje que el corazón sienta”.
¡Qué bueno recordar juntos que el portal de Belén rinde homenaje a la
maternidad, a la infancia y a la vida! Te deseo que Jesús nazca en tu corazón y
en tu familia y desde allí extienda su vida y su paz a los que están cerca y solos y
también a los que están lejos para que tu recuerdo los cobije y anime a…¡ dejarse
amar por el Amor que “se hizo visible entre nosotros donándose totalmente”! ¡Feliz
Navidad!
(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

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