Carta de un soldado ex combatiente de Malvinas a sus conciudadanos


Juan Carlos Acosta / Soldado clase 62 – ex combatiente de Malvinas – Integrante del Destacamento de Caballería Blindada  181 “Coraceros General  Pacheco” – Escuadrón Panhard.

Se cumplen en este día 37 años de mi participación como soldado en la Guerra de Malvinas, y las circunstancias me encuentran esta vez compartiendo trinchera con los futuros veteranos de lo que se ha dado en llamar una “guerra”, librada esta vez ante un enemigo invisible.

Trinchera en la que la “grieta” que tanto nos afecta como sociedad parece haberse diluido, cuando no desaparecido por completo, en un símil de solidaridad colectiva tras una causa, que dejando a salvo obvias diferencias que impiden las comparaciones, se considera como en 1982 por la casi totalidad de los argentinos una guerra “justa”.

Ojalá la historia vivida sirva para no repetir errores, y que superada la actual coyuntura ese marco de aparente unidad colectiva frente a un nuevo “enemigo” no sea un mero espejismo colectivo sepultado en la memoria de una sociedad con apego al olvido. Porque además no existen las guerras justas, ni se libran batallas sin consecuencias que lamentar.

Seguramente superaremos la pandemia con mayor o menor eficacia, pero no seremos por ello ajenos a los efectos colaterales que de toda guerra derivan. Existirán bajas directas e indirectas, sobrevendrán las consecuencias económicas de las medidas adoptadas para combatir el virus…. en definitiva, nunca la conclusión de esta guerra permitirá festejos desmesurados, a lo sumo dejará como posible herencia una experiencia que podrá ser bien o mal aprovechada por los argentinos.

La crisis del coronavirus nos unirá a todos en la experiencia de ser los “veteranos” partícipes de una nueva  epopeya, pero ojalá devenga de ese carácter común una consideración distinta a la que tuvimos quienes combatimos en Malvinas hace 37 años.

Que no olvidemos a los médicos, enfermeras, agentes de seguridad, y todo otro personal imprescindible que libraron las batallas mientras nosotros acompañamos pasivamente desde nuestros hogares. Esos mismos que hoy aplaudimos a las nueve de la noche de cada día de angustia.

Que no olvidemos que la unión de los argentinos hizo posible esta nueva gesta, y que no resurjan las mezquindades políticas, los odios injustificados, los reproches interesados o vacíos de contenido.

Que no se pretenda usufructuar desde ningún sector del esfuerzo colectivo creyéndose dueños y artífices de un capítulo histórico, porque a lo sumo, cada uno habrá cumplido con la función que le cabe según su grado de responsabilidad.

Que podamos compartir los argentinos la condición de veteranos esta vez con el orgullo y  la satisfacción del deber cumplido.

Y por sobre todo  que se entienda, aprendiendo alguna vez de nuestra experiencia histórica, que es hora de “ir con todos”.

Los comentarios están cerrados.

error: Contenido protegido