“La Máxima”: Dos parejas de Guacamayos Rojos lograron comenzar con la reproducción


“La Máxima” está de parabienes: luego de varios años de fortalecimiento de las redes de trabajo en Conservación de Guacamayos Rojos, en el Bioparque Municipal se volvió a concretar la reproducción de estos animales, no en una, sino en dos parejas, que han realizado la postura.

En esto trabajan los especialistas en bienestar animal Aquilano Adalbero y Pablo Leal, coordinados por el encargado Matias Graciarena, en permanente vínculo con el departamento veterinario a cargo de Horacio Grand y Federico Larroudé.

El Bioparque Municipal “La Máxima” consolida así una labor que se inició en 1996, la cual en ese momento se constituyó en el mayor logro en reproducción del parque olavarriense desde su creación a fines de la década del ‘70. La consigna del trabajo llevado a cabo fue clara: evitar la desaparición de un ave que está en peligro de extinción y que incluso desapareció del territorio nacional. Como ocurrió con otras grandes aves de los bosques, el Guacamayo Rojo ha sido exterminado tempranamente en muchos sectores de su área de distribución debido a la persecución directa, la desaparición del hábitat, la falta de áreas protegidas, el tráfico ilegal y el mascotismo que sufre esta especie. La población que vivía en el sur de Paraguay y el norte de nuestro país, incluyendo Corrientes, también se extinguió cerca del año 1850. En ese momento el destino de los  guacamayos nacidos en el parque fue Guirá Oga, una estación de cría de animales silvestres. Hoy el destino de los animales es la repoblación de los Esteros del Iberá en el marco del proyecto de reintroducción que está llevando adelante CLT (Conservation Land Trust) en la provincia de Corrientes junto a instituciones como el  Bioparque Temaikén,  Bioparque La Plata, Ecoparque Buenos Aires, Centro de Conservación de Fauna Silvestre Aguará, centros de custodia de vida silvestre y centros reproductivos autorizados (Haviaunaves)  y  CLT –Argentina en la red de cría ex-situ .

Esta red revaloriza la función social y científica que cumplen los Bioparques como guardas de la biodiversidad y herramienta para la conservación y nos obliga a repensar y a trabajar en conjunto, “una sola institución no puede llevar adelante semejante tarea y es un orgullo para nosotros estar empujando para el trabajo conjunto y la formación de la red de conservación” expresó Flavio Maldonado, director del Bioparque.

“’La Máxima’ es pionera en esta tarea, por lo que vamos a seguir fortaleciendo nuestros lazos con otras instituciones, adaptando nuestros ambientes y mejorando las instalaciones para fortalecer tan importante programa, que pronto nos abrirá la puerta a consolidar el trabajo con otras especies” afirmó Maldonado, quien además explicó que en este proceso, asimismo, se realizaron jornadas de asesoramiento con el Criador de Psitácidos Nicolas Porfilio, que llegó a nuestra ciudad con su equipo de trabajo – el futuro médico veterinario Marcos Fiotto y el estudiante avanzado en veterinario Martin Godoy -. “Con ellos trabajamos en el intercambio de conocimiento coordinado por Horacio Grand, nuestro médico veterinario, abordando temas como sexado de individuos, dieta, recintos, nidos, entre otras variables que hacen al éxito reproductivo” detalló el director del Bioparque.

Los guacamayos: Habitantes históricos del Iberá

Debido a su vistoso plumaje, los guacamayos han sido perseguidos por los humanos desde tiempos históricos. En Corrientes habitaban al menos dos especies de estas grandes aves: el guacamayo violáceo (Anodorhynchus glaucus) o “guaá- hovy’’, que se extinguió totalmente, y el guacamayo rojo (Ara chloropterus) o “guaá-pytá’’, que desapareció de la provincia y el resto de la Argentina.

Los guacamayos habitaron los campos con isletas de selva, palmares y las selvas de galería de Corrientes y otras provincias como Formosa, Chaco, Santa Fe, Misiones y Entre Ríos. Hoy en día las poblaciones de guacamayo rojo más cercanas a Corrientes se encuentran a más de 300 kilómetros hacia el norte en los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná en Brasil, en el extremo norte de Paraguay, y el sudeste de Bolivia, y no están adecuadamente protegidas.

A escala global el guacamayo rojo está catalogado en la lista roja de UICN como una especie de “preocupación menor”. En la Argentina está catalogada formalmente como una especie “críticamente amenazada”, aunque no existen registros recientes y se la considera extinta.

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