Tuberculosis: un 38% de aumento de casos alerta a la población
La tuberculosis se ubica entre las tres primeras enfermedades infecciosas que causan mayor número de muertes a nivel mundial. Pese a los esfuerzos globales y mancomunados, los casos registrados continúan siendo alarmantes. Según datos recientes del Ministerio de Salud, en Argentina los diagnósticos aumentaron un 38% solo en lo que va de este año y con respecto a las notificaciones promedio de los cuatro años anteriores.

Se trata de una enfermedad infecciosa que afecta a los pulmones y que es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que se transmite de una persona a otra a través de las gotitas de aerosol que permanecen en el aire tras haber sido expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa. Además, hay afecciones y conductas que pueden aumentar el riesgo de contraer la tuberculosis, como la diabetes, un sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, por la infección por el VIH o el sida), la malnutrición y el consumo de tabaco.
“Nos preocupa especialmente el número creciente de casos entre adolescentes y hombres jóvenes, de entre 17 y 44 años, la edad más productiva de la vida. También hay un marcado incremento en casos en menores de 15 años. Y, por otro lado, nos alerta sobre la gravedad de los casos y el aumento de la mortalidad por tuberculosis.”, explica la Dra. Jimena Falco, neumonóloga (M.N. 137.203), Coordinadora de la sección Tuberculosis de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, entre el 2022 y 2023 se registró un aumento del 12,6% en defunciones por tuberculosis, un número impactante que indica que esta enfermedad continúa siendo una causa de mortalidad en la población. Independientemente de que puede estar mejorando la notificación de casos, y de ahí que haya un incremento mayor en lo que va del año, la cantidad de pacientes que llegan a la consulta con la enfermedad está creciendo.
Los principales síntomas de esta enfermedad son: tos (a veces con esputo que puede ser sanguinolento), dolor torácico, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudoración nocturna. Es importante considerar que los síntomas dependen de la magnitud del compromiso, del tiempo de evolución del cuadro, de la edad y del estado inmunológico del paciente.
Estos signos, a veces solapados durante muchos meses, ocasionan retrasos en la búsqueda de la atención médica y en la detección. Muchas veces, el cuadro se puede confundir con otras enfermedades y cuanto mayor es la demora en el diagnóstico de la enfermedad, hay un mayor riesgo de contagio a otras personas.
“La mayoría de los casos se presentan en Buenos Aires y Gran Buenos Aires, con la mayor concentración de casos de Tuberculosis. Es clave que los profesionales de la salud estemos atentos y pensemos en la posibilidad de tuberculosis cuando vemos un paciente sintomático respiratorio. Esto permite tomar medidas para la atención inmediata de estos pacientes y el control de los contactos, así evitamos la propagación y cortamos la cadena de contagio, la cadena epidemiológica.”, agrega Falco.
Una vez que se obtiene el diagnóstico hay que actuar rápido. Los contagios más frecuentes se encuentran entre las personas con las que el paciente comparte más de 5 horas diarias: el domicilio del paciente, con quienes convive, y el lugar donde trabaja o frecuenta la persona enferma.
Por eso es tan importante promover la búsqueda de casos entre los contactos, pedir una placa de tórax e indicar otras pruebas, controlar a los chicos y cortar la cadena de contagios. Por cada paciente, hay que pensar que puede haber otros dos casos más activos y que pueden pasarse por alto por tener síntomas que son leves.
La tuberculosis se puede prevenir a través de la vacuna BCG y curar a través de la indicación de medicación específica. De acuerdo a cifras publicadas por la OMS, cerca del 85% de las personas que la contraen evolucionan satisfactoriamente con una pauta terapéutica de 4 a 6 meses. Comenzar el tratamiento en estadios iniciales permite una rápida mejoría de los síntomas y corta la cadena de transmisión.
Generalmente los tratamientos duran 6 meses y es fundamental completarlos para evitar las recaídas y la resistencia a los fármacos. La tuberculosis multirresistente es un grave problema de salud pública que requiere de tratamientos más prolongados, más costosos y menos efectivos. Recientemente se informó que la carga de tuberculosis fármaco resistente durante el 2024 tuvo una disminución del 13,7% en el número de casos respecto al 2023, debemos seguir trabajando conjuntamente para que el número continúe en descenso.
Estamos lejos de la meta mundial de que la tuberculosis deje de ser un problema de salud pública para 2030 porque los casos aumentan año a año y es muy alto todavía el subdiagnóstico: por cada caso notificado, hay dos o tres que pasan desapercibidos. Para mejorar, hay que salir a buscarlos.