COVID-19 en verano ¿Por qué sigue circulando?


Si bien el verano se asocia con condiciones en las que la transmisión de procesos virales respiratorios es menos frecuente, el virus continuará circulando

Los resfríos son cuadros infecciosos respiratorios que se producen frecuentemente en la época fría del año, pero también pueden ocurrir en verano. Los virus que producen los resfríos de verano son fundamentalmente los Rinovirus (que también producen cuadros en invierno) y los Enterovirus, que circulan sobre todo en la época cálida del año. El coronavirus pandémico SARS-COV 2, continuará produciendo infecciones respiratorias durante el verano en nuestro país aunque es probable que la circulación sea menor a la del invierno.

En general los virus respiratorios pueden transmitirse cuando una persona enferma tose, estornuda o habla emitiendo pequeñas gotitas que alcanzan a otra persona situada a una distancia corta (en general a no más de 2 metros). El contagio también puede darse, aunque en menor medida, al tocar superficies u objetos contaminados (picaportes, teclados, etc).

Se ha determinado, además, que el Coronavirus pandémico puede permanecer suspendido en el aire, sobre todo en ambientes interiores, un tiempo variable dependiendo de la ventilación del lugar, del tamaño del recinto y la cantidad de personas. Esto se conoce como transmisión por “partículas aerosolizadas”. Esta vía de contagio puede afectar a personas que estén alejadas del enfermo o inclusive producirse luego de que la persona infectada abandone el lugar.

Si bien el verano se asocia con condiciones en las que la transmisión de procesos virales respiratorios es menos frecuente, hay ciertas circunstancias que pueden favorecerlas, como por ejemplo:
Permanecer mucho tiempo en ambientes públicos con aire acondicionado: algunos sistemas de refrigeración ayudan a la recirculación de aire en el recinto, lo que sumado a la falta de ventilación natural puede favorecer el contagio a través de las partículas aerosolizadas. Esta modalidad de contagio podría minimizarse mediante la colocación de filtros especiales en los equipos de refrigeración (filtros HEPA), o ventilando en forma periódica o permanente el lugar. También es importante mantener el aire a una temperatura adecuada porque exponerse a una diferencia importante entre el ambiente exterior e interior (mayor a 10°C) puede afectar los mecanismos de defensa de las vías aéreas.


Situaciones de estrés excesivo: diferentes circunstancias propias de la finalización del año (fechas de exámenes, fechas límites para entregar trabajos o incluso los preparativos para las fiestas o las vacaciones) pueden generar una carga adicional de estrés que a su vez afecta el sistema inmunológico, lo que hace que la persona esté más propensa a contraer una infección respiratoria o a que ésta tenga una evolución más grave. El contexto de pandemia sin duda ha potenciado todas estas situaciones.
Hacer repentinamente actividad física demasiado exigente: motivados por las condiciones climáticas y la mayor disponibilidad de tiempo muchos eligen esta opción en verano. Si bien el ejercicio físico es beneficioso en muchos aspectos, iniciar actividad física exigente en forma abrupta (sobre todo luego del confinamiento) también puede debilitar el sistema inmune.
Viajar: En el transporte público de larga distancia, donde se comparte un espacio cerrado y reducido durante varias horas con muchas personas, es posible contagiarse de otros pasajeros que podrían estar enfermos.

El sistema de circulación de aire en los aviones hace que sea bastante menos probable el contagio que en los transportes terrestres. Además, puede suceder que algunas personas viajen al extranjero, y entren en contacto con cepas de virus desconocidas para el sistema inmunológico, lo que los haría más susceptibles a infectarse o inclusive re infectarse. El traslado a otras provincias que se encuentren en una situación epidemiológica diferente (con mayor circulación de virus o que reciban visitantes de diferentes puntos del país, etc.) también puede implicar un mayor riesgo de enfermarse.


Ambientes super contagiadores: algunos recintos como bares, restaurantes, discos o gimnasios, que generalmente tienen mucha actividad en época de verano, pueden ser potencialmente ambientes “super contagiadores” ya que pueden reunir las condiciones necesarias para los contagios a través de partículas aerosolizadas.

Dado que los virus productores de los resfríos de verano comparten mecanismos de transmisión (de contagio) con el virus de la COVID-19, las medidas de prevención mencionadas para esta enfermedad también resultarán útiles para los virus estacionales. Por lo tanto, es fundamental mantener las condiciones de cuidado personal, es decir, el uso de barbijo, higiene de manos y distanciamiento social.

Asesoró: Dr. Gustavo Douglas Nazareno (MP 1317), excoordinador de la Sección Neumonología Clínica y Medicina Crítica de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) y Jefe de la Sección Neumonología del Hospital E. V. Barros (La Rioja).

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