“Juntos piensa a la gestión pública como una oportunidad para hacer negociados”

Lo afirman en un comunicado que emitió el Movimiento Mayo firmado por Hosanna Cazola, donde opinaron sobre la gestión de Juntos en Olavarría tras la denuncia de presuntas irregularidades en Desarrollo Social.


Comunicado completo

Del negocio inmobiliario ilegal al uso indebido de tarjetas destinadas a la compra de alimentos. Del abandono sistemático que sufren mujeres y disidencias a un asado lleno de varones que deciden sobre esos mismos negocios y usos indebidos de tarjetas alimentarias. Un día más en Olavarría, ciudad del horror.

En estos últimos años el enojo se ha ido acumulando. Ya no nos queda paciencia ni aguante posible, porque juegan con nuestras necesidades, con nuestros sueños y proyectos de vida.

Para tristeza del Pueblo, no es novedad que desde Juntos por el Cambio se piensa a la gestión pública como una oportunidad para hacer negociados a costa de desatender las necesidades básicas de la gente: acceso a la salud, vivienda digna y comida. Y eso mismo pasa acá, en nuestra ciudad… todos los días y de manera sistemática.

En Olavarría hay uso indebido del dinero destinado a personas que están en situaciones muy vulnerables, hay negocios inmobiliarios a costa del sueño de la casa propia que tienen tantas familias, hay destrato hacia personas en situación de violencia por razones de género, así como también hay tardanzas imperdonables en el sistema de salud, porque no sólo hay personas de esta gestión que faltan a la ley para llenarse los bolsillos sino que en ese proceso atentan contra los derechos de toda la ciudadanía.

¿La respuesta del Intendente Galli? Cánticos de fútbol en un asado lleno de varones que bien saben como protegerse entre sí, porque tienen un pacto de caballeros que está doblemente sellado: por clase y por género. Y sí, más vale que quieren “ganar la tercera” elección, si es a costa de toda Olavarría que estos grupos, los privilegiados de siempre se han enriquecido aún más.

Este es un gobierno municipal que agranda la brecha de la desigualdad y que ni siquiera finge interés por los derechos de las personas más vulnerables. Hay un hilo conductor entre las cientos de personas que no reciben su tarjeta alimentaria, la venta ilegal de terrenos y la declarada situación de emergencia por violencia de género; ese hilo es el que une la falta de políticas públicas con funcionarios municipales de altos cargos que cierran sus oficinas antes de las 14:00, dedicándose al ocio con sus abultados salarios y que se toman vacaciones en medio de situaciones críticas. Mientras, hay miles de personas que sufren este abandono programado.

El Poder Ejecutivo local aún no tomó acciones legales que nos permitan conocer bien cómo funciona, y desde hace cuánto, ese uso indebido de las tarjetas alimentarias, y tampoco la justicia se ha esforzado mucho para esclarecer el entramado de los negocios inmobiliarios. Por ahora solamente hay dos renuncias, pero no hay una toma de responsabilidad por parte de este (des)gobierno. Y no es casualidad, es la política de la crueldad.

“Despabílate amor, que el horror amanece” – Mario Benedetti.

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