Argentina y otra crisis social
Inflación, impago de deuda, préstamos, hipotecas y Fondo Monetario Internacional, todo tiene en común un mismo contexto nacional que no suena para nada alentador.
Partiendo del concepto de crisis es sin duda una realidad que deberá ser afrontada nuevamente por la República Argentina debido a problemas financieros claros que son vistos y analizados por periodistas, naciones y un mundo a la expectativa.
Y es que la situación país que vive la nación de Mauricio Macri es, cuanto menos, indignante. Desde 2006 y una deuda que ha venido siendo pagada desde tiempos de los Kirchner hasta ahora parecía que el país suramericano no se envolvería nuevamente en problemas financieros, pero todo parece decaer nuevamente con el pasar del tiempo.
Actualmente, con los tipos de intereses en subida por el Gobierno de los Estados Unidos las condiciones de Argentina como buen financista externo parece estar llegando a su fin, y con esto, un nuevo panorama de tragedia asoma a los economistas nacionales y por ende a toda su nación. Además, la depreciación de la moneda nacional (peso argentino) no ayuda con el poder adquisitivo que tienen sus ciudadanos, padeciendo una inflación nacional que supera el 20 por ciento (20%) en el último año.
Todo esto parecen ser consecuencias de políticas liberales aplicados por la administración de Macri, que en un intento de liberarse del proteccionismo se quiso abrir paso en el comercio libre, teniendo como consecuencia el encarecimiento de bienes y servicios de primera necesidad donde como última medida el Gobierno tomó la la necesidad de incurrir en el FMI o Fondo Monetario Internacional para solicitar ayuda financiera.
Si bien esta ayuda financiera podría salvar el quiebre técnico de bancos, la crisis social parece al borde de la manifestación y, apoyados por partidos políticos opositores, esta parece ser igual en magnitud como la que aconteció a finales del año 2001. No obstante, las políticas económicas del presidente no parecen cambiar.
Entonces, ¿Qué significaría esto? Claro está, esto podría significar una mayor pérdida de popularidad del presidente en sus últimos dos años de gobierno restantes. Las políticas liberales llevadas a cabo por su gobierno no tomaron en cuenta las necesidades del sector económico bajo, lo que llevará como consecuencia estas protestas que, a día de hoy, ya vienen sucediendo dentro del territorio albiceleste.
Sin embargo, se espera que con el apoyo de Cristine Lagarde el país vuelva al camino de una buena economía para finales del periodo presidencial, que con la ayuda del crédito vuelva a emprender el crecimiento de sus sectores más productivos y tenga como resultado una disminución de la inflación y del déficit fiscal que también asola a la nación latina (del 4% durante este último año), entrando así en una etapa de crecimiento económico sustancioso.
Por otro lado, también se espera un mayor control fiscal de los fondos del Estado gracias al FMI, que tendrán como repercusión una disminución de la corrupción que posea la propia administración y, en el menor de los casos, asegure la correcta inversión del dinero de la entidad internacional en el país y así terminar los problemas económicos de una vez por todas.
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