En la Argentina hay 1,8 millones de fumadores más que hace dos años
“Lamentablemente, en la Argentina, la reducción del tabaquismo no ha sido tan significativa como la registrada en otras naciones” indicó Walter Martello, que tiene a su cargo el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
Nuestro país está entre las cuatro naciones del continente americano con la tasa de tabaquismo más elevada, por encima de Brasil y Estados Unidos. La Argentina registra 1.840.000 fumadores más que en la estimación anterior de la OMS, de los cuales 1.226.000 son hombres y 614.000 son mujeres.
“Lamentablemente, en la Argentina, la reducción del tabaquismo no ha sido tan significativa como la registrada en otras naciones. Es más, algunos indicadores -más de 44 mil muertes anuales ocasionadas por el consumo de tabaco y un sistema de salud colapsado por los cientos de millones de dólares que demanda hacer frente a las consecuencias de esta epidemia- son extremadamente preocupantes”, indicó Walter Martello, que tiene a su cargo el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
El crecimiento de la población ha hecho que el número de consumidores de tabaco siga siendo persistentemente elevado. Es más, pese a que en Argentina la denominada tasa de prevalencia registra una leve caída en los últimos dos años, en sintonía con la tendencia mundial, las estimaciones de la OMS publicadas en diciembre de 2019 (con datos de 2018) muestran un incremento de la cantidad de fumadores respecto al informe anterior del organismo internacional (con datos de 2016).
La Argentina se encuentra entre las cuatro naciones de América con mayores tasas de prevalencia de tabaquismo (solo superada por Chile, Cuba y Uruguay), muy por encima de la media regional. Una de las razones que pueden explicar la insuficiencia de las políticas públicas para hacer frente al tabaquismo es la decisión de no ratificar aún, en el congreso nacional, el CMCT que firmó el gobierno de Néstor Kirchner en el año 2005. Se trata del primer tratado internacional de salud pública, el cual brinda un marco para la aplicación de medidas efectivas para reducir la prevalencia del consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno.
El Convenio prevé una serie de medidas, de impacto inmediato y eficacia comprobada, tales como: la prohibición de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio, el aumento del precio de los cigarrillos y de impuestos al tabaco, el dictado de leyes que monitoreen y evalúen las políticas destinadas a prevenir el consumo; la implementación de ambientes 100% libres de humo; tratamientos para dejar de fumar ofrecidos por el Estado y la inclusión de advertencias sanitarias con imágenes en las etiquetas de cigarrillos, entre otras medidas. En la Argentina, en los últimos años, se aplicaron parcialmente algunas de estas políticas. Pero, en casi todos los casos, siempre terminaron quedando a medio camino. (InfoGEI) Mg
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