Extensa entrevista al Papa en Agencia Telam: «La clave para la reconstrucción tras la pandemia es universal. Si no, estamos fritos»


A una semana de la cumbre del G20 en Roma, el papa Francisco le pidió a los países más poderosos que reconozcan las «asimetrías» del mundo, por ejemplo en el acceso a la salud, para salir mejor de la pandemia y «con una evolución hacía las periferias», en diálogo con Télam en el Vaticano.

«La cumbre del G20 en Roma debe plantearse seriamente la relación entre los países no desarrollados y los desarrollados», planteó el pontífice a días del evento que, el 30 y 31 de octubre, reunirá en la capital italiana a los jefes de Estado y de Gobierno de los países más industrializados del mundo y algunos en vía de desarrollo como la Argentina.

En ese marco y retomando lo escrito en su encíclica de 2020 Fratelli tutti, el Papa llamó a «abrirse y mirar hacia el futuro, sobre todo en este final de pandemia».

«Esto es clave. El final de pandemia tiene que ser de una manera creativa. De una crisis no se sale igual, sino que se sale mejor o peor. Y ese final de pandemia tiene que ser hacia lo mejor. De lo contrario vamos a ir hacia atrás», aseguró Francisco desde su residencia de Casa Santa Marta.

Para Jorge Bergoglio, «en el imaginario colectivo existe una idea de que se puede recomenzar con una reconstrucción de las cosas como eran hasta ahora».

«Pero eso no va. La pandemia es un desafío al cambio, es una crisis que nos lleva a cambiar. Si no, salimos peor, aunque no lo sintamos», planteó.

En esa reconstrucción, precisó el pontífice, hay que tener en cuenta las «asimetrías» que existen en varios puntos, por ejemplo en el ámbito sanitario.

«La apertura de la pospandemia debe darse, sobre todo, evidenciando las asimetrías que hay en el acceso a la salud» y los países deben plantearse «qué hacer con estas asimetrías».

De cara a la cumbre, el Papa manifestó también su deseo de que el encuentro sirva «para que se bajen las tensiones a nivel mundial» ante las «escaladas de violencia que lo que provocan es más violencia».

«El camino de la violencia es siempre una derrota para todos», advirtió.

En el plano ambiental, otro de los puntos que son centrales en la reunión del fin de semana y de cara a la cumbre climática de los días siguientes en Reino Unido, Francisco alentó a que «se pase del dicho al hecho».

«Es hora de que empecemos a hacer cosas y que se vean los resultados», pidió antes del inicio del encuentro que reúne a las principales economías del mundo, que representan más del 80% del PIB mundial, el 75% del comercio global y el 60% de la población del planeta.

El encuentro de fin de mes se dará además inmediatamente antes de la cumbre climática COP26 que se hará en Glasgow, Escocia, del 1 al 12 de noviembre, y para la que el pontífice enviará un mensaje.

Pero antes, Francisco quiso enviar otro mensaje a la cumbre del G20 en Roma: «No se puede salir de esta crisis que se nos metió dentro, que nos involucionó, sin evolucionar hacia las periferias».

«Hay que plantearse seriamente la salida a las periferias. Y esto lo hacemos ahora o no lo hacemos más. La fraternidad universal no es un tango, es una realidad», argumentó luego en referencia a uno de los conceptos clave de la encíclica Fratelli tutti.

La Presidencia italiana, el anfitrión de la cumbre del G20, había planteado para este año de reuniones y trabajo previos un lema basado en las denominadas «3 P»: Personas, Planeta y Prosperidad.

Para el Papa, esto no debe tratarse solo de «buenos deseos» sino que es necesario pasar a la acción: «Es ahora o nunca», planteó.

«El partido se juega ahora. Creo que es difícil que todos tomen conciencia de esto pero hay que hablar y hablar hasta lograrlo. La pandemia nos involucionó provisoriamente y todos tenemos ganas, e impulso, de salir. Pero hay que ver cómo universalizamos esto: no se puede salir en particular, hay que salir en universal», desarrolló y volvió a un concepto que ya lo caracteriza: «De una crisis no se sale solo».

«La clave para la reconstrucción tras la pandemia es universal. Si no, estamos fritos», concluyó.

La cumbre del G20 se realiza todos los años desde 1999 y desde 2008 prevé la realización de una cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno, que esta vez se hará en el centro de convenciones conocido como «La Nuvola» (La Nube) del barrio romano de Eur.

De cara a este encuentro, el Papa reiteró un pedido muy concreto: «ponerles nombre y apellido a las dificultades» que enfrenta la humanidad para la pospandemia.

«Esa es una de las claves de lectura de Fratelli tutti: ver que hay problemas que se concretizan aquí y allá. Hay que ponerles nombres y apellido para saber dónde están los límites de los que tenemos que zafar», planteó.

Gira por el mundo

El papa Francisco irá en el primer fin de semana de diciembre a Grecia y Chipre, en su último viaje del año, mientras que para 2022 planifica su primera gira como pontífice por Oceanía, según reveló en diálogo con Télam en el Vaticano.

Cerca de cumplir 85 años en diciembre y mientras avanza con la recuperación tras la intervención de colon a la que se sometió en julio pasado, Francisco ya diagrama el cronograma de viajes para 2022, que seguirá la línea de los 34 que ya hizo como pontífice, con preocupación por las denominadas «periferias» y atento a la situación de los refugiados.

«El primer fin de semana de diciembre voy a ir a Grecia y a Chipre», aseveró Francisco antes de reconocer que la Santa Sede «está trabajando» en la agenda definitiva del viaje que, según los planes del Vaticano, podría incluir una visita a la isla de Lesbos, símbolo de los refugiados.

Francisco, de hecho, ya visitó Lesbos en abril de 2016 en un histórico viaje en el que fue acompañado por Télam a bordo del avión papal y en el que, en el vuelo de regreso a Roma, transportó a 12 personas refugiadas, integrantes de tres familias sirias.

Francisco aseguró también durante la entrevista que para 2022 planea visitas a países de África y Europa, además de una gira a Oceanía que sería su primera visita como pontífice a ese continente.

«Por el momento tengo en la cabeza dos viajes que todavía no los puse en marcha, que son el Congo y Hungría», adelantó.
La última visita de Francisco a un país africano fue en 2019, con una gira por Madagascar, Mozambique y Mauricio, mientras que en septiembre de este año visitó la capital húngara, Budapest, para participar de la misa de cierre del 52 Congreso Eucarístico Internacional.

«Además, todavía tengo que pagar la cuenta atrasada del viaje a Papúa Nueva Guinea y Timor del Este», agregó el Papa, en referencia a la visita programada originalmente para 2020, pero suspendida por la pandemia de coronavirus.

Este año, el Papa visitó también Irak, en marzo, y Eslovaquia en septiembre, tras un 2020 sin viajes fuera de Italia a causa de la pandemia.

Los nuevos viajes en agenda siguen la misma línea que marcó las visitas a 54 países en sus casi nueve años como pontífice.

Apenas dos semanas después de ser elegido, durante la Misa Crismal del 28 de marzo de 2013, el entonces flamante Papa dejaba ya clara su predilección por una Iglesia que pueda llegar a «los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, las periferias».

«Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es», argumentó el Papa sobre su forma de viajar en el libro Soñemos juntos, en el que agregó: «Siempre pensé que uno ve el mundo más claro desde la periferia, pero en estos últimos siete años como Papa, terminé de comprobarlo. Para encontrar un futuro nuevo hay que ir a la periferia».

Entre los destinos «periféricos» que ha elegido Jorge Bergoglio, además de su histórico viaje a Irak en marzo pasado -en el que se convirtió el primer pontífice de la historia en pisar Bagdad-, el Papa también llegó con su mensaje de paz y amistad a países como Filipinas, en 2014, luego del mortífero paso del tifón Haiyan.

Con igual espíritu viajó en 2015 a República Centroafricana, a donde fue para animar el proceso de diálogo entre las fuerzas políticas del país. Allí decidió inaugurar el denominado Año Santo dedicado a la Misericordia, en vez de hacerlo desde la central Roma.

Dos años después, se convirtió en el primer Papa en visitar Myanmar, en donde buscó visibilizar la grave situación humanitaria de la etnia minoritaria musulmana de los Rohingya.

En esa preferencia por alcanzar las «periferias» antes que el centro, también se pueden analizar las visitas del Papa dentro de Europa.

Francisco fue a Bosnia y Herzegovina en 2015 a fomentar el proceso de paz en la región, pero aún no ha visitado los países denominados «centrales» de Europa, como Alemania, Francia y España.

El agradecimiento a Messi

El papa Francisco agradeció hoy al futbolista argentino del Paris Saint German (PSG) Lionel Messi la camiseta autografiada que le envió esta semana y destacó que «nunca» se le «subieron los humos» al también capitán del seleccionado argentino de fútbol, en diálogo con Télam en el Vaticano.

«Querido hermano te agradezco la camiseta que me mandaste y la dedicación, siempre con tu sencillez», dijo en referencia al regalo que Messi le hizo llegar el lunes, con el número 30 en la espalda y una dedicatoria de puño y letra: «Con mucho cariño».

«Me la trajo el primer ministro (de Francia, Jean) Castex. Gracias por la cercanía, gracias por el testimonio y que no se te subieron los humos a la cabeza», agregó Francisco en otro tramo de su diálogo con Tèlam.

«Que Dios te bendiga y cualquier cosa contá conmigo», se despidió Jorge Bergoglio en un video enviado a través de Télam al futbolista nacido en Rosario.

Messi le había escrito «Para Francisco con mucho cariño» en el dorso de la camiseta que el político francés le entregó el lunes pasado tras una reunión privada de 35 minutos en la Biblioteca Privada del pontífice en el segundo piso del Palacio Apostólico del Vaticano.

Messi ya le había enviado a Francisco varias camisetas que usó durante su paso por el Barcelona de España, club del que se fue este año hacia el PSG.

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