Meteorología, una carrera estratégica que conviene

La Directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Universidad de Buenos Aires, Moira Doyle, y el Director de la carrera de Meteorología de la Universidad Nacional de los Comechingones, Franco Todone, analizan la relevancia que tiene la meteorología en un país como Argentina y las posibilidades que se le presentan a quienes deciden estudiarla.


Magalí de Diego (Agencia CTyS-UNLaM) – Si bien en el imaginario social la tarea del meteorólogo suele estar ligada a la difusión del pronóstico en medios de comunicación, la meteorología es una de las “carreras estratégicas” que más rápida inserción tiene en el mercado laboral, ya que su aporte puede ser sumamente útil tanto en el sector privado como en el sector público.

“En nuestra sociedad, el panorama que se tiene es muy limitado y no hay mucha conciencia de todo lo que puede hacer un meteorólogo. En general, esta ciencia se asocia a los temas de impacto del momento, como puede ser el fenómeno de “El niño”, el estado del agujero de ozono o el cambio climático”, planteó Moira Doyle, doctora en ciencias meteorológicas, investigadora del CONICET y directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Universidad de Buenos Aires.

Acorde a la palabra de Doyle, “la variedad de áreas en las que esta ciencia está involucrada para trabajar de forma interdisciplinaria es muy amplia y es necesario que la población note esto. En otros países, hay mucha concientización sobre cómo actuar ante eventos meteorológicos y ya desde los colegios se trabaja con el tema, por lo que desde muy chicos tienen otro contacto con esta ciencia”.

En línea con esta idea, el Ingeniero Franco Todone, director de la carrera de Meteorología de la Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC), en San Luis, cree que “la meteorología tendría que estar más presente en los secundarios porque, si bien de a poco se va percibiendo cómo cada vez las variaciones climáticas nos afectan más a nivel social, productivo y ambiental, necesitamos más personas interesadas en estudiarla y la escuela puede ser una gran aliada para eso”.

Para Todone, “esta es una de las carreras del futuro, porque el problema del cambio climático sólo mostró la punta del Iceberg y, aunque se vienen cambios graduales, si no nos adaptamos a los nuevos escenarios climáticos y no tenemos los profesionales adecuados, vamos a estar complicados”.

Facilidades para estudiar Meteorología

En la UBA, el plan de estudio se fue modificando para poder responder a las exigencias del mercado laboral, pero, al mismo tiempo, acortar los tiempos de esta carrera que lucha por mejorar sus índices de graduación. “Actualmente, después del Ciclo Básico Común (CBC), el nuevo plan contempla cuatro años de cursada y se redujo la proporción de asignaturas de matemática y física”, explicó Doyle, quién destaca que ya en el primer año los alumnos se encuentran con la materia de Meteorología General.

En 2010, con el objetivo de alentar a los jóvenes a estudiar esta disciplina, el Ministerio de Ciencia y Técnica, estableció el programa de Becas Progresar, cuya asignación prioriza las llamadas “carreras estratégicas”, dentro de las cuales se encuentra meteorología. Quienes cumplan con los requisitos podrán recibir hasta $6.900 mensuales.

“Esto se dio ya que gran parte del personal del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estaba cercano a la jubilación y había que reemplazar a estos trabajadores, pero no había suficiente gente graduada para cubrir los puestos”, señala Doyle, quién destaca que, en la UBA, en los mejores años, ingresan solamente cerca de 50 alumnos nuevos.

La falta de profesionales en esta área es un problema histórico a nivel nacional ya que, a diferencia de países como Brasil o Estados Unidos, que cuentan con muchos centros de estudio ofertando la carrera, en Argentina solo hay tres lugares para estudiar meteorología: la UBA, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y, desde hace sólo tres años, también en la UNLC.

“Decidimos incorporar esta carrera principalmente porque no existía en el interior del país oferta académica en meteorología y todo aquel que decidiese inscribirse tenía que mudarse a Buenos Aires, lo que generaba un gran desarraigo en nuestros jóvenes”, comentó el director de la carrera de Meteorología de la Universidad Nacional de los Comechingones en diálogo con Agencia CTyS-UNLaM.

“Además – agregó Todone -, la región Cuyo tiene una singularidad que es la meteorología de montaña. Esto sucede en todo el país porque las cuestiones meteorológicas no son lo mismo en la pampa húmeda que en la sierra o en la cordillera. La realidad regional es sumamente diferente y hay que ajustar los modelos globales al nivel regional y comenzar a generar profesionales en un entorno especializado”.

Argentina posee una geografía muy variada y los pronósticos aplicados a problemáticas locales parecen ser una de las grandes deudas de la meteorología argentina. “Hay inundaciones, tormentas extremas o granizo en lugares donde antes no. Hay una revolución ambiental que tenemos que abordar de alguna forma y el meteorólogo es el profesional indicado. Los tiempos cambian y con ello cambian las carreras, por eso tenemos que adaptarnos a estos nuevos escenarios que exigen profesionales especializados”, concluyó el ingeniero.

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