Paula Pareto: “Di todo y lo disfruté, hasta ahora, y ya no más”

La judoca, una de las más grandes deportistas de la historia argentina, puso punto final a su carrera.


Por Gastón M. Luppi, desde Tokio

La judoca Paula Pareto cerró hoy su exitosa carrera deportiva al caer en el repechaje de la categoría de hasta 48 kilos de los Juegos Olímpicos de Tokio. Luego de haber superado por ippon a la sudafricana Geronay Whitebooi y a la eslovena Marusa Stangar, perdió sucesivamente frente a la japonesa Funa Tonaki (ippon) y la portuguesa Catarina Costa (waza ari). Así la campeona olímpica en 2016 y medalla de bronce en 2008 se retira con un nuevo diploma olímpico que se suma al de 2012, y cierra en un Juego Olímpico la campaña que la erigió en una de las mejores deportistas argentinas de la historia.

“Empujé mi cuerpo hasta esta competencia porque es muy importante, siempre es lindo estar en un Juego Olímpico. Creo que di todo y fui fiel a mis principios de siempre de dar hasta lo último que tengo. Tal vez alguno me ha dicho: ‘Ay, pero te hubieses retirado en Río, te retirabas en la gloria’, y yo no sé qué es la gloria para cada persona. Para mí, gloria es dar todo siempre y retirarme de esa forma. Y estoy muy contenta de poder decir como deportista que tuve la chance de retirarme en un Juego Olímpico”, explicó “La Peque” minutos después de su último combate.

A propósito de esta última participación olímpica, la deportista de San Fernando describió: “Vine con lo que tengo, con lo que me queda, pero me sentí bien luchando”. En esa charla de la que participó la Agencia DIB, Pareto dijo: “Creo que a ningún deportista le gusta perder, así que estoy triste. Pero también feliz, porque en estas últimas semanas recibí un montón de lindos mensajes de apoyo”.

Tras su primera derrota ante Funa Tonaki Pareto quedó visiblemente dolorida. Sin embargo, concluida ya su participación, explicó: “Fue una molestia. Pasa que es una más que se suma a varias lesiones un poco más complicadas que venía arrastrando. El codo este ya se me había fracturado en Londres y me lo había luxado en otras competencias. Ya tiene varias lesiones, entonces cualquier cosa que le hacen, aunque en este caso fue una palanca, se lesiona un poco, duele, pero son dolores a los que uno está acostumbrado”. Y resumió su combate frente a Catarina Costa: “Me ganó. Fue mejor, luchó mejor, llegó mejor preparada, o tal vez estaba mejor hoy. Era su momento y me ganó”.

Pareto, además de gloria del deporte, es médica. Y ya alejada del tatami, para adelante “hay varias propuestas, tanto desde la medicina como desde el judo, o de ambas juntas, tanto a nivel nacional como internacional. También estoy haciendo una subespecialización y además hay algunos proyectos personales que fui empujando y que también los tengo en la cabeza”.

Y consultada por Agencia DIB acerca de si cree que seguirá luchando de manera recreativa, con la voz entrecortada, fue contundente: “Ya lo discutí con mis compañeros retirados, que dicen que me va a dar ganas, y les dije: ‘No, no me va a dar ganas, y no voy a volver a luchar [exclamó entre risas]. Y una de las chicas me dijo: ‘Es que cuando das todo, ya está’. Yo no dejé nada, nada. No quiero luchar más, di todo acá. Sí tal vez me ponga a luchar con las chicas porque somos pocos, pero para ayudarlas a ellas, no por placer. Yo di todo y lo disfruté, hasta ahora, y ya no más. Porque aparte, los médicos realmente no pueden creer que siga luchando con las lesiones que vengo arrastrando. No me quiero lastimar más”.

El honor de portar la bandera olímpica

El viernes, durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, Paula Pareto fue una de las encargadas de ingresar al estadio la bandera del Comité Olímpico Internacional. Es que el COI la reconoció por ser una de las deportistas que durante esta pandemia “dieron su tiempo y talento para servir como muchos otros trabajadores esenciales en sus comunidades”.

“Fue una sorpresa más de las tantas que me ha dado el deporte. La verdad que es increíble que entre tantos deportistas olímpicos me hayan elegido a mí para poder representar a todo Panamérica”, le dijo Paula Pareto a la Agencia DIB. “Llevar la bandera olímpica es otro de los sueños de cualquier deportista olímpico, están todos los valores del deporte olímpico representados ahí. Para mí y para muchos de los atletas olímpicos los aros nos enamoran y nos enamoran no solo por el deporte, sino por todo lo que representa eso. Así que llevar la bandera para mí fue un gran honor”.

El legado para los chicos

Minutos después de finalizada su última participación olímpica, Paula Pareto fue consultada también sobre cuál cree que será su legado. “Que los chicos, los más chiquitos, los argentinos, vean que no hay imposibles, que uno puede lograr una medalla olímpica viviendo y entrenando en Argentina. Yo cuando era chica te decía: ‘No, un argentino es dificilísimo. Imposible que gane una medalla olímpica’. Los más grosos, los que yo más admiraba, eran los chicos que habían ido a un Juego Olímpico, que habían representado al país. Y me di cuenta que no es tan así, depende más de uno que de lo que digan, o del resto. Tal vez sea verdad que en Europa o en Asia tienen otro nivel de entrenamiento, otra organización, pero eso no quiere decir que no se les pueda ganar. Creo que el legado es ese: saber que se puede lograr una medalla olímpica, que se puede ir a un Juego Olímpico siendo argentino y entrenando en su casa. Siempre entrenando bien, dando lo mejor cada día, y así se llega”. (DIB) GML

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