Tucho Fernández confirmó que Francisco «casi tendrá que volver a aprender a hablar»


El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, señaló una vez que haya salido del hospital el Papa Francisco «iniciará una nueva etapa» en la que «habrá sorpresas». Una de ellas puede ser que el pontífice tendrá que pasar una larga convalecencia que le obligará a «una rehabilitación» en la que «casi tendrá que volver a aprender a hablar».

«Estuve en contacto y estoy contento porque yo sabía que su organismo reaccionaba de un modo o de otro y al final tuve razón porque se encuentra verdaderamente muy bien físicamente. Ahora, necesita una rehabilitación porque mucho tiempo con oxigenación de altos flujos te seca todo y casi que tenés que volver a aprender a hablar», comentó el prefecto al margen de la presentación de un libro sobre la relación del Papa con la poesía, del padre Antonio Spadaro SJ.

«Tiene poca fuerza en la voz y necesita de una terapia, un tiempo de recuperación de la potencia de la voz, también de los músculos, porque estuvo demasiado tiempo sin moverse. Es esta la etapa que viene ahora«, detalló.

Una larga rehabilitación

El purpurado argentino, una de las personas más cercanas a Francisco, aseguró: «El Papa es un hombre de sorpresas y seguramente habrá aprendido muchas cosas en este mes y las sacará del sombrero aun sabiendo que esto significa un esfuerzo muy pesado para él, un momento difícil, sé que será fecundo para la Iglesia y el mundo».

Al ser consultado sobre una posible renuncia papal en el horizonte, señaló: «No creo verdaderamente, eso no».

De cara a la Semana Santa, apuntó que «los médicos quieren estar ciento por ciento seguros y prefieren esperar un poco» porque «él tiene su modo de vivir, él quiere darlo todo y el poco tiempo que queda lo quiere usar ‘no para curarse a sí mismo'».

Fernández confirmó que el Papa «no quería ir al hospital, lo convencieron algunos amigos muy cercanos».

«Tiene una fuerza inmensa, una capacidad de sacrificio, de darle un sentido a estos momentos oscuros», añadió.

Admitió, no obstante, que habrá un antes y un después de esta internación, la más larga y «dura» y «difícil» de su pontificado. «Deberá ciertamente cambiar, comenzará una nueva etapa, con otro ritmo de vida y trabajo, pero no podría dar los detalles», dijo.

Y agregó: «Antes de verse obligado a internarse el 14 de febrero pasado, pese a arrastrar una bronquitis que degeneró luego en una neumonía bilateral, el Papa siguió tirando la cuerda, sin cancelar audiencias, sino manteniendo una agenda sin respiro y más que exigente para una persona de 88 años y con achaques».

Fernández reconoció que, como ya había trascendido, hasta último momento el Papa desoyó los consejos que le llegaban de internarse.

«Imaginate para una persona como él, que no quería ir al hospital, lo convencieron algunos amigos muy cercanos, que no sé qué malas palabras usaron. ‘Tenés que ir, si no cortamos esta relación’, así lo convencieron», contó Tucho Fernández, como se lo conoce, al destacar que para alguien cómo él es «pesado» estar encerrado tanto tiempo en un hospital.

«Pero él es de esas personas de otros tiempos, que tienen una fuerza inmensa, una capacidad de sacrificio, de darle un sentido a estos momentos oscuros», agregó Fernández.+

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