Enfrentando los fantasmas: expertos locales sobre los miedos ante la Inteligencia Artificial


Magdalena Jaureguiberry – Agencia Comunica

En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado avances sin precedentes en diversos ámbitos de la sociedad. Si bien ha brindado numerosos beneficios y oportunidades, también ha generado un creciente conjunto de miedos y preocupaciones en la población. Desde temores sobre la pérdida de empleos hasta inquietudes sobre la seguridad y la ética, la IA ha despertado interrogantes sobre el futuro que nos depara.
Una de las principales preocupaciones radica en el ámbito laboral. A medida que la IA se vuelve más sofisticada, surgen temores acerca de la automatización y la sustitución de trabajos por parte de robots y sistemas inteligentes. Sectores como el transporte, la manufactura y los servicios han sido objeto de especulación sobre la posibilidad de una disminución masiva de puestos de trabajo tradicionales.
Sin embargo, Gerardo Acosta Ingeniero e Investigador Adjunto del CONICET, el cual ejerce dentro de la temática de «Control Inteligente», argumenta que si bien es probable que se produzcan cambios en la fuerza laboral, “la IA también generará nuevas oportunidades y roles que aún no podemos anticipar”.
Otro miedo comúnmente expresado, es el potencial de la IA para infringir la privacidad y manipular la información personal. La recolección masiva de datos y el uso algorítmico plantean desafíos en cuanto a la seguridad y el manejo adecuado de la información sensible. Existen preocupaciones acerca de cómo los sistemas de IA podrían ser explotados por actores maliciosos para llevar a cabo ataques cibernéticos, manipulación de opiniones o invasión de la privacidad. La necesidad de establecer regulaciones sólidas y transparentes se vuelve cada vez más evidente para abordar estos desafíos.

Los avances de la Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una de las tecnologías más destacadas y disruptivas de los últimos años, transformando diversos sectores en todo el mundo. Gracias a sus capacidades de aprendizaje automático y procesamiento de datos a gran escala, la IA ha logrado impulsar avances significativos en áreas como la medicina, la industria automotriz, la seguridad, la educación y muchos otros campos.

Inteligencia humana e inteligencia artificial. Créditos: Infobae.

El profesional en el área, Gerardo Acosta sostiene que la inteligencia artificial es un concepto que ya tiene muchos años. Surge entre 1950 y 1960 de la mano de científicos que buscaban resolver la pregunta de cómo los humanos razonamos. En un principio se intentó implementar lógicas de razonamiento para hacer inferencias, “para tener nuevos datos o conocimientos a partir de conocimiento conocido”; todo esto relacionado con las lógicas de predicados. Esta nueva tecnología se complejiza cuando se empieza a trabajar con lógicas multivaluadas y temporales, pero ante la falta de cómputos que se tenía en esa época, las investigaciones tuvieron que detenerse.

Posteriormente hubo otras corrientes que se abocaron a tratar de imitar el soporte de la inteligencia, es decir “tratar de encontrar la forma en la que estaba armado el hardware del cerebro humano”. Aunque esta corriente se topó con la misma problemática, los algoritmos, los programas de computadora que se fueron generando durante toda esa época chocaban con la falta de practicidad, debido a que no tenían un hardware adecuado.

La cuestión ha ido evolucionando y ahora el “hardware es mucho más potente, hay mucha más capacidad de cómputo en los sistemas que tenemos disponibles”, los cuales están basados en neuronas de silicio y en la lógica binaria. Tratar de encontrar una visión de lo que hoy entendemos como inteligencia artificial es complejo, definir el concepto inteligencia ya lo es, pero sería definida como una serie de algoritmos programables en una computadora que tratan de emular ciertas capacidades del pensamiento humano, o en un aspecto más general cierta capacidad de la inteligencia natural.

Gerardo Acosta, Investigador del Conicet y docente en la FIO. Créditos: En Línea Noticias.

Conozcamos al famoso Chat GPT

El Chat GPT es un chatbot inteligente, que ayuda a automatizar tareas de chat. Consiste, ni más ni menos, en un programa al que se le plantea un tema y se le consulta sobre el mismo, por ejemplo la petición de una receta o ya temas más complejos como puede ser el tratamiento de una enfermedad. Lo que el Chat GPT ofrece, en pocos segundos, es una respuesta única que armó en base a todo lo que encontró en Internet.

Su denominación es el acrónimo de Chat Generative Pre-trained Transformer (Chat Generativo Pre Entrenado Transformador).

Orfel Fariña, Ingeniero y comunicador, dicta clases en la Facultad de Ingeniería de la UNICEN (FIO) dirigida a futuros profesionales del área para fomentar su mejora en lo que respecta a la comunicación en la ingeniería; y define a esta innovación como “una modalidad de intercambio con un sistema al cual le podés preguntar sobre temáticas variadas”.

Las preguntas que se le pueden hacer no tienen límites. Fariña expresa que “el matiz a tono con lo que se contaba anteriormente es que a veces trae información errónea”, ya que la recopila de todo lo que se encuentra en internet, por lo que no diferencia en información correcta e incorrecta.

Sus motores de búsqueda son muy veloces, entonces muy rápidamente ofrece una respuesta a determinada pregunta. Si la respuesta es errónea y se le señala el error, el chat GPT se disculpa y eso ya es un input que tiene para no volver a responder eso ante la misma pregunta.

Hasta ese momento es un proveedor de información, aunque a partir de los datos que ya posee se le puede pedir que redacte diferentes cosas, por ejemplo un informe científico o una nota periodística.
Entonces ahí empieza una frontera en donde asoman algunas dudas y algún miedo como por ejemplo al ser reemplazado. Para el docente de la FIO esto es posible,debido a que sus nuevas versiones son cada vez mejores, por lo que debemos adaptarnos. A su vez apunta a que verdaderamente hay un avance descomunal, “yo lo probé a comienzos de este año y era más o menos, era pobre, ahora ya te da respuestas muy específicas” expresó.

Orfel Fariña, Ingeniero, comunicador y docente de la FIO. Créditos: En Línea Noticias.

Chat GPT, existen peligros

Con respecto a los peligros del Chat GPT, Gerardo Acosta expresa que las generaciones más adultas han sido formadas y conocen sobre los fundamentos de ciertas disciplinas de conocimiento, “nos damos cuenta con facilidad si lo que nos están diciendo es zaraza o no”, porque han podido formar un criterio a lo largo de toda una vida de estudio y experiencia.
Ahora bien, ¿qué sucede con las nuevas generaciones?. “Si las juventudes empiezan a recurrir masivamente a estos modelos de lenguajes, dentro de 50 años el humano va a perder la capacidad de generar criterios y conocimiento propio. Esto es muy peligroso porque va a homogeneizar todo lo que es el pensamiento y la manera de comunicar las ideas, puesto que va a ser a través de unas máquinas”.
Por su parte Orfel Fariña apunta a la fiabilidad de este chatbot inteligente y lo relaciona con datos correspondientes a la neurociencia. Según esta última, el cerebro ya se acostumbró a que no tiene tiempo aunque lo tenga, “así se setea tu cerebro para poder absorber la infinita información y los estímulos que le van llegando” expresó el docente de la FIO.
Entonces este funcionamiento en las sinapsis neuronales hace que no se chequee la información que se recibe, por ende es un riesgo: “cuanto mayor cantidad de tecnología dura hay para proveerte información, es mayor el riesgo de que vos no lo puedas chequear, no lo puedas procesar. Lo cual es paradójico porque cuando se mejora una tecnología se supone que sofístico mi metodología de selección de información”. Con respecto a esto Fariña reflexiona que en ese sentido el chat GPT es una herramienta súper poderosa como cualquier otro sistema de inteligencia, el miedo se encuentra en los usos que se le da.

Miedos que rodean a la IA

Los avances tecnológicos en inteligencia artificial (IA) han transformado el mundo y prometen revolucionar la forma en que vivimos y trabajamos. Sin embargo, también han generado preocupaciones y miedos entre la población.
Orfel Fariña argumenta que la posibilidad de que sea usado de un modo estratégico geopolítico es un temor verdadero, ahí reside uno de los miedos que sí hay que tener como sociedad ya que es un tema serio.

Miedo a una mente sin cuerpo. Créditos: Ámbito Jurídico.

Estamos en manos de poderosos que, con fines muy específicos y no nobles, pueden hacer uso de esta herramienta y “hackear sistemas va a ser mucho más fácil con inteligencia artificial que en forma más o menos artesanal”, expresó Fariña.

El miedo a perder su lugar de trabajo o ni siquiera conseguirlo, para el profesor de la FIO, ya forma parte de un plano de fantasía cinematográfica. Aunque sostiene que existen roles que van a mutar, apunta a que los temores relacionados a la pérdida de trabajo o a confundir personas con agentes de inteligencia artificial, “es algo totalmente irreal y muy cinematográfico”. Por eso desalienta este tipo de temores pero recomienda poner más el foco en todas esas cuestiones de ética, de poder y de intereses mezquinos.
Fariña ejemplifica y pone claridad a una idea: “un martillo sirve para clavar un clavo, pero lo puedes usar para martillar una persona y dañarla”, aludiendo a que la Inteligencia artificial es simplemente una herramienta, depende del humano que uso le dará. Asimismo admite su sorpresa ante la reacción de miedo hacia la inteligencia artificial,y la falta de preocupación en guiar la ética del conjunto de los seres humanos al momento de utilizar esta herramienta.

En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, la inteligencia artificial es una tecnología cada vez más presente en nuestras vidas, y aunque tiene un gran potencial para mejorar nuestro mundo, también plantea desafíos y temores.

A medida que avanzamos hacia un futuro más tecnológico, es importante reflexionar sobre los límites éticos y legales de la IA, y trabajar juntos para garantizar que su desarrollo se guíe por valores humanos fundamentales. Con una mayor transparencia, responsabilidad y colaboración entre los diferentes actores, podemos aprovechar al máximo los beneficios de la inteligencia artificial, mientras protegemos los intereses y derechos de la sociedad en su conjunto.

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