Frente a la Terminal un perro cruza con Rottweiler hirió de gravedad a un hombre

Juan Carlos Guillen, de 66 años, pudo contar la pesadilla que le tocó vivir este jueves dentro del kiosco que está ubicado en Pringles y Sargento Cabral frente a la terminal.

Guillen, quien está jubilado pero aún continúa trabajando con su “camioncito volcador”, iba cerca de las 20:30 a comprarle golosinas a su nieto, que habitualmente lo acompaña, “pero por suerte no fue así en esta oportunidad”.

El hombre ingresó al local, compró e intentó retirarse. Cuando entró vio en la vereda un perro cruza Rottweiler que ni siquiera advirtió la entrada de Guillen al kiosco. Tras hacer su compra cuando salía el animal se le abalanzó y con su tremenda mandíbula lo mordió en el brazo derecho que la víctima interpuso entre el animal y su cuerpo.

Guillen contó en la habitación de su casa ubicada en el barrio San Carlos que “el perro que no es de los chicos del kiosco, porque hay un amigo mío que es el dueño del Hotel Argentino que había visto al perro dando vueltas a la tarde. Cuando el perro me encara pongo por instinto el brazo adelante, el perro se prende y me lleva para atrás”.

“El perro es un Rottweiler, yo hice mucha fuerza porque ahora me duelen las piernas. Cuando me acomodo, lo quiero agarrar con la otra mano y me agarra en los dedos. El dedo gordo de la mano me lo cortó prácticamente. Yo sentí cuando me lo cortó, me quedó colgando.”

El hombre relató en medio de quejidos por el tremendo dolor del más de centenar de puntos que tiene en su brazo que, “la gente lo golpeó al perro, los chicos del kiosco también y me soltó. El kiosco era un río de sangre, tenía un dedo colgando y la carne desgarrada del brazo”, describió.

“Justo pasaba la policía y me dieron una mano, el tema es que los dueños del perro no van a aparecer. Nadie va a ir a poner la cara por esto, yo tengo para dos meses con este despelote” aseguró.

“Tengo el brazo todo molido y la otra mano toda desgarrada. Ya me dijo el médico, si se infecta, hay que cortar el dedo. Yo no me podía sacar el perro de encima, no tenía nada para defenderme” relató.

Guillen contó que le dieron más de 200 puntos, que tiene que esperar por si el perro tiene rabia. El animal fue atrapado por la policía y bomberos y trasladado a la seccional Primera donde ocupó un calabozo hasta que pudo ser ubicado en una protectora de animales.

El matrimonio confió que esperan novedades de la fiscal Susana Alonso, quien estaba de turno el jueves. María Esther, esposa de Juan Carlos, empleada del Consejo Escolar, agradeció a la gente que se solidarizó con ellos y las atenciones que recibió su esposo en el Hospital Municipal.

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