Gran parte del Cono Sur se cierra ante la explosión de casos en la región

La rápida expansión de la cepa de Manaos no sólo ha causado un colapso hospitalario y récords de contagios y muertes en Brasil, sino también en varios de sus vecinos. Mientras que Bolivia y Argentina anunciaron medidas, Chile y Paraguay impusieron confinamientos.


El recrudecimiento de la pandemia en Brasil y la circulación masiva de la cepa de Manaos pusieron en jaque a gran parte del Cono Sur, donde la explosión de casos llevó a imponer reconfinamientos en Chile y Paraguay e incluso cierres parciales en Uruguay, mientras que Bolivia y a Argentina se mantenían alertas y decretaron nuevas medidas para evitar una nueva ola del coronavirus.

La rápida expansión de la variante surgida en la urbe amazónica, una mutación mucho más virulenta de la Covid-19, no sólo ha causado un colapso hospitalario y récords de contagios y muertes en Brasil, sino también en varios de sus vecinos.

«Lamentablemente, la terrible situación de Brasil también está afectando a los países vecinos», afirmó esta semana Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien manifestó su preocupación por la evolución de la Covid-19 en Uruguay, Paraguay y Chile.

El lento avance de las campañas de vacunación y la escasez de dosis en la región -con la excepción de Chile- dificulta aún más el panorama, lo que llevó a varios países a reimponer restricciones.

Paraguay

En Paraguay, donde en la última semana se alcanzó el 100% de ocupación en terapia intensiva y se registró un récord de 2.688 infecciones diarias, empezó a regir este sábado un confinamiento estricto, que se extenderá al menos hasta el domingo 4 de abril, cuando concluya la Semana Santa.

«Todos los habitantes deberán permanecer en sus viviendas o donde se encuentren y podrán realizar desplazamiento mínimo e indispensable para la reposición de alimentos, de medicamentos y de artículos de limpieza», anunció el jefe de Gabinete, Hernán Huttemann.

Solo quedaron exceptuados quienes realizan tareas «impostergables», tales como los servicios de salud pública y privada; la asistencia de personas discapacitadas, adultos mayores y niños, y supermercados, despensas y farmacias, consignó el diario ABC Color.

La educación superior funcionará a distancia, los comercios no esenciales podrán trabajar entregando sus mercancías a domicilio y los gastronómicos podrán vender solo para llevar o mediante delivery.

Chile

Una medida similar fue tomada por el Gobierno chileno, ya que ese país se encuentra inmerso en la segunda ola de la pandemia, con un promedio de 6.000 contagios diarios en la última semana, pese a ser el que más rápidamente está vacunando en la región.

Casi 14 millones de personas, cerca del 70% de la población chilena, entraron el jueves en una nueva cuarentena debido a un fuerte aumento de los casos de coronavirus que volvió a poner en jaque el sistema sanitario.

Tras un 69,8% de aumento de infecciones en el último mes, las autoridades sanitarias decidieron reforzar las restricciones en el país, donde nueve de las 16 regiones del país tienen una ocupación mayor a 90% en terapia intensiva.

Sólo en la capital, Santiago, la medida, que incluye el cierre de supermercados durante el fin de semana, afecta a 38 de las 52 comunas de la Región Metropolitana (7,1 millones de personas), la más poblada en este país de 19 millones de habitantes.

Los sábado y domingos el confinamiento afectará a casi el 90% de Chile ya que, hay varias comunas que desde la segunda semana de marzo están con cuarentenas obligatorias los fines de semana.

De cara a la Semana Santa, las autoridades informaron que las misas se realizarán con un aforo máximo de 20 personas.

Este retroceso se produce en un momento en que la campaña de vacunación masiva, que empezó el 3 de febrero, anota un récord de más de 6 millones de personas que recibieron al menos una dosis de la vacuna del laboratorio chino Sinovac o del estadounidense Pfizer.

Uruguay

También Uruguay, considerado hasta ahora un ejemplo de contención del coronavirus, atraviesa su peor momento de la pandemia, con cifras récord de contagios y muertes.

Con poco más de 3,4 millones de habitantes, el país superó esta semana la barrera simbólica de los 2.500 infectados diarios y pasó a tener una tasa de casi 52 casos cada 100.000 habitantes, mientras un mes atrás rozaba los 18.

Ante esta situación, las autoridades decidieron suspender desde el pasado jueves las clases presenciales hasta la Semana Santa inclusive -viernes 2 de abril-, cerrar las oficinas estatales y cancelar los espectáculos públicos hasta el 12 de abril, según el diario El Observador.

Asimismo, ordenaron el cierre de los complejos termales durante la Semana de Turismo que coincide con la Semana Santa, mientras que hasta el 12 de abril los bares deberán cerrar a medianoche, los free shops en las fronteras permanecerán clausurados y estarán prohibidos los eventos y las fiestas sociales.

Durante este plazo, la fuerza pública disolverá cualquier aglomeración en el espacio público: «Vamos a aplicar la ley vigente», advirtió el presidente Luis Lacalle Pou.

Brasil

En cambio, en Brasil, el segundo país con más infecciones y muertes en términos absolutos en el mundo, el gobierno de Jair Bolsonaro se mantiene reticente a imponer un confinamiento a nivel nacional, por lo que varios estados decidieron tomar la iniciativa.

Uno de ellos es Río de Janeiro, el más visitado por turistas extranjeros, que desde el viernes impuso un confinamiento de 10 días, en el que sólo funcionarán los servicios esenciales, las playas permanecerán cerradas, al igual que comercios, cines y museos.

El aislamiento fue votado por la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, que adelantó varios feriados para que se pueda extender el período de inactividad y empalmarlo con la Semana Santa.

Una medidas similar fue adoptada en el estado de San Pablo, el más afectado y poblado del país.

Bolivia

En Bolivia, que atravesó la segunda ola a principios de año, la situación epidemiológica se mantenía relativamente estable.

Las autoridades declararon este viernes en emergencia y alerta roja a los departamentos amazónicos bolivianos de Pando y Beni, fronterizos con Brasil, y dispusieron la aplicación de nuevas medidas ante el fuerte aumento de contagios de coronavirus, que las autoridades locales atribuyen en buena medida a la entrada de la variante brasileña del virus.

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