Ingeniería propone energías renovables para escuelas rurales

Relevamiento para mejorar el uso de los edificios de varias ciudades bonaerenses.


Después de varios meses de trabajo, un equipo de la Facultad de Ingeniería de Olavarría tiene listo un plan de mejoras de sistemas eléctricos, destinado a escuelas rurales de nuestra ciudad, y de otras trece localidades bonaerenses.


Este proyecto fue impulsado desde el Programa Provincial de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida (Proinged) y el Foro Regional Eléctrico de Buenos Aires (Freba), y que involucra a varias universidades.


La idea fue relevar las necesidades de un total de 34 escuelas, y proponer mejoras en sus instalaciones eléctricas y dotarlas de sistemas de energías renovables. Los trabajos se realizaron, además de Olavarría, en 25 de Mayo, 9 de Julio, Azul, Bragado, Carlos Casares, Carlos Tejedor, Lincoln, Pehuajó, Rivadavia, Roque Pérez, Saladillo, Tandil, y Trenque Lauquen.

El equipo que trabajó en el proyecto está formado por cuatro docentes y ocho estudiantes. Uno de ellos es Nicolás Brizzio, estudiante de quinto año de Ingeniería Electromecánica, quien se encontró con una gran cantidad de necesidades que requieren atención.

“En principio hicimos un relevamiento general de cada escuela, tanto de la parte edilicia, cómo están confeccionadas las paredes, los revoques, revestimientos, qué materiales se usaron. Analizamos la parte edilicia, las ventanas, puertas, si eran aberturas de madera, chapa, aluminio”, detalló.

“Y un relevamiento de la instalación eléctrica. Detectamos cuáles eran los consumos, las deficiencias energéticas de los dispositivos, hubo que hacer planos eléctricos”, explicó. “También consignamos los consumos de gas natural o licuado, si bien la mayoría de las escuelas rurales tienen zeppelines, porque no tienen acceso a la red de gas natural”.
En función de todos esos datos, “hicimos un estudio de eficiencia energética para cada caso, y la adecuación de la red eléctrica para la posterior instalación de un sistema solar fotovoltaico que alimente toda la red eléctrica de la escuela”, sintetizó Brizzio. “Se prevé también la instalación de termotanques solares en función del consumo, así como la instalación de cocinas eléctricas que complementen la que ya tengan disponible”, agregó.

Realidades

Según el estudiante de Electromecánica, “la mayoría de las escuelas que visitamos tienen un nivel de deterioro importante en la instalación eléctrica. Ninguna se adecuaba a las normas actuales. Entonces el trabajo ahí fue exhaustivo porque tuvimos que hacer planos de la instalación actual y con eso hacer propuestas de mejoras que se adapten a las normativas”, explicó.

Con relación al gas, “en general no tienen calefactores o cocinas de alta eficiencia para gas licuado, entonces el recurso no se aprovecha al máximo. Acá la propuesta es complementar la cocina actual de las escuelas, con una cocina eléctrica trifásica. Esto también está contemplado dentro del plan de mejora”, adelantó.


“Una cosa que vi en todas las escuela es que existe un gran trabajo, un gran compromiso de cada comunidad educativa. Las familias de los chicos, la cooperadora, los docentes y directivos, y los propios chicos son los que colaboran para mantener y reparar la escuela. Incluso se les entrega comida a los alumnos. Es una realidad donde se ve el esfuerzo comunitario”, admitió Nicolás.


“Al principio –siguió- creí que me iba a encontrar una escuela como la que yo había ido. No conocía una escuela rural. Es una realidad muy distinta, el esfuerzo de todos es muy grande. Están muy presentes tanto en lo académico como en lo humano y emocional”.


Este trabajo, además de acercar a los estudiantes universitarios a las problemáticas de la realidad donde van a ejercer su profesión, ofrece soluciones concretas a las demandas sociales, en este caso vinculadas al mejoramiento de las condiciones para la educación en entornos rurales.

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