Inusual: condenan a una madre por manosear a su hija

Los hechos, denunciados por una tía de la víctima, sucedieron en Patagones. La pena, 3 años de prisión en suspenso.

Fotos: Archivo LN.

Las estadísticas a nivel nacional reflejan que la mayor parte de los delitos sexuales se registran en el ámbito intrafamiliar, pero pocos tienen las características del caso resuelto en las últimas horas por la justicia bahiense, en el que una mujer fue condenada por manosear a su hija.

En el marco de un juicio abreviado, el magistrado Eduardo d`Empaire, quien forma parte del Tribunal en lo Criminal Nº 3, le impuso a la acusada -no se la identifica para preservar el nombre de la víctima- una pena de 3 años de prisión en suspenso y el cumplimiento de reglas de conducta por 4, entre ellas la prohibición de acercarse a la víctima y someterse a un tratamiento psicológico.

La sanción fue acordada previamente por la fiscal Marina Lara y el defensor oficial Jorge Sayago, contando con la conformidad de la acusada.

Los hechos

Para el juez quedó acreditado que durante agosto de 2016, y en lapso de dos semanas, la procesada -de 22 años al momento de los hechos- sometió a la pequeña de 4 en reiteradas ocasiones.

También se determinó que los abusos ocurrieron en la vivienda que ocupaba en Patagones.

El caso fue denunciado por una tía de la nena, quien describió que tanto ella como su madre solían cuidarla los días domingo.

Mencionó que en una de esas ocasiones observaron que la niña tocaba sus genitales y evidenciaba alguna molestia, por lo que le preguntaron qué le pasaba.

En esas circunstancias indicó que en un primer momento la menor dijo que nos les iba a contar “porque tenía miedo de que la reten”, aunque insistieron y les mencionó que su madre “la tocaba”.

Explicó que una semana después la situación se repitió, por lo que tomó la determinación de hacer la denuncia.

Testimonio vital

La nena declaró mediante el sistema de Cámara Gesell y dijo que se quería quedar con su tía, además de describir ante una psicóloga los hechos que padeció. Mencionó que su madre “es mala” y dijo que los abusos ocurrieron en la casa de la progenitora, cuando estaba acostada.

En el informe realizado por la profesional que la entrevisto se indica que la chica “no había sido preparada para que hablara de algo en particular”.

También refirere que “de manera absolutamente espontánea e imprevista surgió la revelación hecha por la niña relacionada con la denuncia formulada”.

La imputada dijo en la fiscalía que había sido denunciada por una «cuestión familiar en su contra».

«Más allá de contar con escaso respaldo probatorio, no contradice las pruebas de cargo antes descriptas, al menos como para que pueda adquirir entidad de duda razonable», señaló el juez respecto de la versión brindada por la sospechosa.

El magistrado valoró como agravantes la diferencia de edad, el vínculo existente y la extensión del daño causado.

Para arribar al veredicto condenatorio, el magistrado tomó en cuenta también los informes psicológicos y médicos incorporados a la causa.

Por todo ello, imputó a la mujer de abuso sexual simple agravado por el vínculo.

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