Como Cerro Negro, una fábrica bonaerense de cerámicos planea reducir 40% su planta de empleados
La paralización de la actividad económica está golpeando de lleno en la matriz productiva de la provincia de Buenos Aires. En Olavarría, en menos de un mes, casi 200 personas se quedaron sin trabajo debido a los despidos en Cerro Negro y al cierre definitivo – después de 50 años – de la fábrica FABI, en Hinojo.
Ahora se confirmó que una fábrica de cerámicos con base en la ciudad de Luján planea reducir 40% su planta de empleados.

Se trata de Cerámica Cortines, una de las principales productoras de cerámicos de la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con lo que se señala la empresa atraviesa una crisis profunda y por ello planea una reducción de su planta en torno al 40% del plantel
Ante el derrumbe de ventas que obligó a paralizar toda su planta desde febrero y la proyección de extender la medida durante mayo, la empresa con más de 50 años de historia presentó ante el Ministerio de Trabajo bonaerense un procedimiento preventivo de crisis por 180 días, que incluye retiros voluntarios, pago de indemnizaciones en cuotas y una reducción del 40% de su personal.
Según el documento presentado por la firma, las ventas se desplomaron un 57% en los últimos tres años, pasando de 11,2 millones de metros en 2021 a apenas 4,8 millones en 2024. El dato más alarmante es que en lo que va de este año, sólo se despacharon 850.000 metros, lo que encendió todas las alarmas internas.
En tal sentido, el documento detalla que febrero “fue el peor mes de venta en años de la empresa”, con una baja del 50%. Desde la firma ubicada en la localidad de Cortínez y que cuenta con 329 empleados manifestaron que el sector de la construcción es uno de los más perjudicados en esta crisis. “Nuestros principales clientes también se encuentran muy afectados por la situación actual y reducen o anulan en muchos casos compromisos que habían asumido cuando la perspectiva de la actividad era otra”, indicaron.
En este contexto, Cerámica Cortines avanzó con una suspensión de actividades por 90 días desde febrero y hasta fines de abril. Sin embargo, la propia empresa reconoce que “dichas suspensiones no han sido suficientes para paliar la situación que ahora se va haciendo cada vez más asfixiante y grave”.
La empresa dijo que está “sobreestockeada” y que “no se llega a vender mensualmente ni un cuarto de las mercaderías necesarias para poder tan solo afrontar el pago de salarios. Ni hablar de temas cargas sociales y con ello la presión impositiva desde el Estado que no da tregua, más los continuos aumentos de los insumos”.
Por eso, plantearon que “para evitar terminar en una situación irrecuperable y poder mantener la fuente de trabajo, es imperioso readecuar la empresa, reorganizar el personal afectado, disminuir la producción y, con ello, bajar costos, cargas impositivas y gastos”. (DIB)