Culminó el monitoreo de Jorge, el tortugo


Luego de más de 100 días de monitoreo satelital, culminó el seguimiento del periplo del tortugo Jorge, liberado a su hábitat natural hace casi cuatro meses en Mar del Plata, tras haber vivido cuarenta años en cautiverio.

La travesía de Jorge, que nadó casi 4.000 kilómetros hasta las costas de Brasil, marca un precedente de trabajo científico y ambiental, y un cambio de paradigma sobre el vínculo entres los seres vivientes y su entorno. Su capacidad de orientación, su comportamiento adecuado y su adaptación al ecosistema natural de la especie consolidan esta experiencia como un verdadero hito en materia de conservación marina.

Desde su liberación el 11 de abril de 2025, Jorge fue monitoreado vía satélite durante 109 días, lo que permitió registrar con precisión su comportamiento en el mar, su desplazamiento y permanencia en zonas de alimentación. La pérdida de contacto con el animal se produjo el 29 de julio, fecha de la última transmisión del dispositivo satelital SPOT-6 que llevaba. No obstante, lejos de ser un signo negativo, era lo esperable en este tipo de seguimientos, y no es indicador de que el tortugo esté perdido o haya tenido algún inconveniente en su vida en libertad.

En un comunicado oficial emitido a través de la cuenta @mamiferosmarinosunmdp, Mariela Dassis, doctora en biología e investigadora del CONICET a cargo del seguimiento satelital de Jorge, explicó que el dispositivo no volvió a emitir señal el ingreso de Jorge a la Bahía de Guanabara e indicó que “este corte de transmisión es habitual en este tipo de experiencias” debido a factores como el agotamiento de batería, la acumulación de organismos marinos sobre el equipo o el desgaste de los sensores. Y remarcó que en ningún caso implica una señal negativa sobre su estado.

El monitoreo de Jorge no sólo cumplió su objetivo, sino que superó ampliamente las expectativas. Los registros sobre su itinerario aportaron información inédita sobre los movimientos marinos de un macho de tortuga verde, etapa muy poco documentada ya que, a diferencia de las hembras, los machos no regresan a tierra para anidar. También dieron pautas sobre su recorrido migratorio, su velocidad de desplazamiento, al tiempo que, su rápida llegada a la costa de Brasil en apenas 18 días, dio cuenta de su óptima salud, capacidad de orientación y readaptación a la vida silvestre.

Jorge pasó más de 40 años en cautiverio. Su liberación fue posible luego de casi tres años de preparación clínica, entrenamiento, simulaciones ambientales y un intenso trabajo interdisciplinario en el que participaron biólogos, veterinarios, instituciones científicas, ONGs y la Ciudad de Mendoza, que hizo posible la adquisición del rastreador satelital y acompañó todo el proceso.

Una historia inspiradora

La historia de Jorge es conmovedora y ha inspirado, como suele suceder en estos casos, a artistas y comunicadores implicados en el ambientalismo: lo retrató desde la dibujante Maitena en una viñeta y un grupo de realizadores audiovisuales prepara un documental sobre su vida.

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