«El Cruce» de Balcarce: la historia de los famosos sándwiches y la clave secreta para sumar unas fetas fiambre

Los sandwiches de la confitería del cruce de Balcarce son furor en las redes; «Con el negocio seguiremos hasta que nos dé el físico», cuenta el dueño


Por Catalina Bontempo | Agrofy News

Existen paradas que son obligadas en la ruta. Sin lugar a dudas una de ellas es la de «El Cruce» de Balcarce, donde cientos de viajeros frenan para comer los famosos sándwiches.

El sándwich de «El Cruce» de Balcarce

Justo en la intersección de la ruta 266 y el acceso a la ciudad de Balcarce hay una lata de Pepsi gigante, que marca la entrada a la confitería “El Cruce de Balcarce”, famosa por sus generosos sándwiches. “El secreto es darle al cliente algo bueno”, asegura a Agrofy News Daniel, quien desde hace 36 años trabaja en el local y desde hace tres que está al frente de la confitería.

El negocio tiene 84 años y fue fundado por Miguel di Santis, quien en 1937 junto a su esposa Romiglia abrió allí un almacén de ramos generales. “Traía carnes, iba al campo a llevar mercadería y vendía. Después puso una mesa de billar y venía la gente a jugar a las cartas y tomar unas copas”, explica Daniel, quien está casado con la nieta del fundador. En esa época, se armó un lugar que era de chapa y tenía un alero de paja. “Ahí paraban los reseros que venían con hacienda y hacían noche con los caballos”, cuenta Daniel, quien añade: “Y un día, al abuelo se le ocurrió hacer sándwiches. Empezó a hacerlos con galletas grandes que las cortaba a la mitad, y cortaba el fiambre a cuchillo. Así comenzó la tradición del sándwich”. Más tarde Miguel compró una máquina para cortar fiambre y el bar pasó a manos de su hijo, Juan Carlos.

“En 1985 los abuelos se retiraron, y yo andaba de novio con mi señora, hasta que un día mi suegro me pidió ayuda para trabajar en el local, porque estaba solo. Yo me pedí licencia en mi trabajo… y ahora hace 36 años que trabajo acá”, recuerda Daniel, quien luego se casó y tuvo dos hijos. “Los criamos en el negocio”, agrega.

Hace tres años que la suegra de Daniel se retiró, y ahora quedó él manejándolo. “Estoy solo y hay una chica que ayuda de 12 a 16”.

Respecto de la fama que alcanzaron los sándwiches, Daniel explica que el secreto es la calidad. “Eso decía mi suegro. Dale algo bueno y de calidad a la gente, que va a venir sola. La publicidad se hace de boca en boca”, destaca en relación al fiambre y al pan, que es tipo Felipe y lo compran en una panadería que lo hace exclusivamente para ellos. “Es una panadería artesanal con horno a leña y nos hace el tamaño justo, que queda bien, rico y sabroso”, indica y aclara que ese tipo de pan casi nadie lo pide porque “es pesado”. “Un 50% de la atracción del sándwich es el pan, que es crocante y tiene una miga suave”, resalta.

Los fiambres los compran desde hace 50 años en el frigorífico Vaes, aunque algunos también los consiguen en la zona. “Siempre que sea de buena calidad”, precisa. En tanto que el queso es marca Produlac, de Tandil.

El secreto para que tenga más fiambre

Sobre la generosidad en el fiambre, Daniel no lo duda: “La cantidad fue idea del abuelo. Trabajamos como trabajaba él, con la misma presentación. Seguimos exactamente igual”, señala y agrega que la cantidad de fetas es “a ojo”. “Estamos tan acostumbrados, después de tantos años… Por ahí hay una feta más o menos. Si el cliente me dice ‘Buen día’, le pongo una más”, dice a modo de chiste.

Entre el público que visita la confitería hay camioneros y vecinos de Balcarce, pero más que nada viajantes. “Trabajamos con la ruta, con las personas de paso de la zona de Mar del Plata, Azul y Buenos Aires. Todos los que pasan, paran”. Además, también tienen clientela que va hasta allá especialmente a comer el reconocido tentempié. “Hay gente que viene de Córdoba o de lugares lejanos y que nos conocen desde hace años”.

También muchos famosos pasan por el bar. Hace poco el músico Fabián “Zorrito” Von Quintiero probó el “especial de matambre”, Andrea Frigerio comió allí un sándwich de salame y Leo Sbaraglia probó otro tentempié. A su vez, el cantante Donald también hizo una parada ahí, al igual que muchos corredores de turismo carretera. “Son tantos años en la ruta que siempre pasa algún famoso”, completa. También se cuenta que pasaron Juan Manuel Fangio, Juan Manuel Bordeu, Jhonny Allon, Facundo Cabral y hasta Carlos Menem, entre otros.

Entre las opciones de menú hay jamón crudo, cocido, matambre y salame. También está la opción de lomo o una hamburguesa. Ninguno va acompañado de guarniciones. “Peladito nomás”, confirma Daniel.

Además de la generosidad del fiambre, está la diversidad de tamaño: hay chiquito (para una persona), medio (para dos) y grande (con el que comen cuatro personas). Los precios varían según tamaño y fiambre, y van desde 430 hasta 1600 pesos.

A pesar de que “El cruce de Balcarce” es reconocido por sus sándwiches, Daniel reconoce que no tiene el número de cuántos prepara por día. “A veces llevo pan y no me alcanza, otras llevo y me sobra, y en ocasiones llega justo…no tengo un número. Hay días en los que hay más gente en la ruta y otras no hay nadie”.

Sobre el futuro de la confitería, Daniel, confiesa que no lo tienen resuelto: “No sabemos qué va a pasar. Con el negocio seguiremos hasta que nos dé el físico. Con mi señora somos la última generación que va a estar acá, porque mis hijos ya no estarán”, reflexiona y aclara que sus dos hijos se dedican a rubros distintos. Uno es ingeniero agrónomo y el otro es estudiante de arquitectura. “Es una vida muy sacrificada…son muchas horas”, admite.

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