Murió el pintor y escultor Carlos Regazzoni

El artista tuvo fuerte presencia en nuestra región. Obras de su autoria se encuentran en Azul y General La Madrid en ambas ciudades dejó fuertes polémicas


El excéntrico pintor y escultor Carlos Ragazzonni murió este domingo, de acuerdo con lo que fue confirmado por sus familiares.

Carlos Regazzoni había nacido en el año 1943 en Cómodoro Rivadavia y a lo largo de muchos años tuvo fuerte presencia en nuestra región donde realizó diversas obras y polemizó más de una vez.

Carlos Regazzoni residió durante muchos años en la localidad de General La Madrid donde construyó una estatua ecuestre del General Perón, una “Pulpería” (en el Plan Vial) y “el zoológico ferroviaro” (este último en Las Martinetas).

En el año 2015 fue muy polémico con el entonces Intendente Juan Carlos Pellita.

«El Intendente Juan Carlos Pellita,, de Lamadrid,,, lo destruyo, no me pagó y me derrumbo la pulpería que el mismo me contrato. Se quedó con la firma que cobre una parte y con todas las boletas,,,, $ 25000 aproximadamente,,, se quedó con mi plata,,, Y con cuchillos de un valor de u$s 14000 que se los hice para el Sr. Scioli……. en esta foto,, esta mi obra,,,, del General Peron.. yo pienso que el intendente de Lamadrid es un ladrón, un turro, un forro,,, y un alineado,, me harte de este pelotudo,,,, y de los boludos que cagan a la gente de Lamadrid…..«, escribió en su cuenta de Facebook en el año 2015.

Tiempo atrás el arquitecto Eduardo Ferrari, mano derecha del artista, decía, “Para conocerlo es importante saber que él nunca se detiene; mientras arma una pieza grande está pensando en el acabado de un dinosaurio y de paso completa una de estas muñecas. Todo le vale”.

La vida de Regazzoni transcurrió viviendo en distintos puntos del país y trabajando en viejos galpones del ferrocarril. Pinturas ferroviarias y esculturas con regazos de metales conviven sobre las vías muertas.

Pero además fue consagrado en Francia, donde llegó a vivir en un castillo de Fontaine Française.

Más detalles de su vida

En Longchamps formó su familia y se crió uno de sus hijos, Carlos, hoy concejal por Juntos por el Cambio de Almirante Brown. Años más tarde, en 1999, Regazzoni se mudó a la Ciudad de Buenos Aires y se instaló en un galpón ferroviario de Retiro, donde montó su taller, El Gato Viejo, que también fue una galería de arte para artistas noveles.

Su particular estilo, la reutilización de piezas de chatarra, muchas veces con orígenes ferroviarios, para transformarlas en esculturas llamó la atención de la propia SNCF (la compañía ferroviaria francesa) y llegó a exponer sus obras en París, Francia, convirtiéndose en el único artista argentino en ser invitado al Centenario de la Aviación Francesa.

En el 2015 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires; recibió el Gran Premio del 28º Festival de Pintura de Cannes-sur-Mer, en Francia; sus cuadros pintado se exhiben en prestigiosos museos, tanto en Buenos Aires (por ejemplo, el MALBA) como en París; le compraron obras celebridades de Hollywood, un obispo de Lourdes, Madonna, jeques árabes y el mismo Diego Maradona y hasta se compró un castillo en La Borgoña francesa.

Excéntrico, no le gustaba que lo etiquetaran: “¡¿Qué es eso de etiqueta?! Etiqueta dicen los que no tienen talento y no tienen nada que decir. El artista es un ser que tiene algo que decir y sabe cómo hacerlo. Si no tiene esos dos condimentos, no hay artista. Serán decoradores.” Hoy se fue un artista y con él una parte de la historia de los vecinos de Longchamps.

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