Tandil | La historia de lo jóvenes aprehendidos por el falso secuestro del empresario

 

La Fiscalía Federal de Tandil ya solicitó al Juez Martín Bava que se declare incompetente y ratifica que se trató de una falsa denuncia del empresario. Los hechos sucedieron el viernes pasado.


El caso del empresario supuestamente secuestrado en la ciudad de Tandil el viernes pasado es un caso cerrado para la Justicia Federal con asiento en aquella localidad. Ahora el Fiscal Federal remitió todas las actuaciones al Juez Federal, Martín Bava solicitando que éste se declare incompetente y las causas pasen a la Justicia Bonaerense para que desde allí se inicie otra investigación: falsa denuncia.

El caso se registró este viernes por la madrugada cuando, según el testimonio del involucrado, tres delincuentes interceptaron a Mariano Vizcay (31), dueño de la empresa de venta de casillas rurales “El Yunque”, al salir del cine junto con su sobrino, a quienes habrían mantenido cautivos tras el pago de una importante suma de dinero.

El menor efectivamente habría sido hallado en el interior de una casilla ubicada en la sede de la empresa por lo que se presume que estuvo cautivo hasta que fue rescatado por un familiar. Además resta resolver qué sucedió con el dinero solicitado como rescate y que la familia habría pagado.

La Fiscalía Federal de Tandil, interinamente a cargo de Hernán Castro, presionado por las versiones periodísticas que se ganaron la calle acerca del esclarecimiento del caso, emitió un comunicado en el que se desprende que habría tratado de un autosecuestro.

Si bien no lo indica abiertamente, se desprende que remitió las actuaciones al juzgado azuleño para declarar la incompetencia dado que, si se ratifica esta línea de acción, se estaría frente a delitos de injerencia provincial.

En primer término, a través del escrito la Fiscalía Federal informó que desde el momento de recepción de la denuncia se trabajó “sin pausa en el esclarecimiento de los hechos denunciados”, y que “el hombre cuya desaparición había sido denunciada se encuentra en buen estado de salud”.

“La cuestión se dilucidó con rapidez debido al trabajo realizado con la asistencia de distintas fuerzas especializadas de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires. Se contó, además, con la colaboración de personas particulares y con funcionarios de la Justicia provincial, que se pusieron inmediatamente a disposición”, señaló en otro párrafo del breve comunicado.

Los jóvenes aprehendidos acusados de algo que no fue

En la madrugada del viernes último dos jóvenes vivieron un desagradable momento, simplemente por estar en un lugar cercano a la empresa “El Yunque”, propiedad del empresario que montó la farsa.

Los dos jóvenes estacionaron el vehículo marca Volkswagen, modelo Gol, color rojo, con vidrios polarizados, en Colectora Sur casi Portugal, con la intención de recibir una respuesta en el whatsapp y así programar o no lo que quedaba de la madrugada.

Sin embargo de repente todo cambió, y la diversión pasó a ser una pesadilla con policías apuntándolos con sus armas, un vidrio del auto en que se movilizaban roto y como corolario la estadía en el calabozo de la comisaría Primera hasta cerca de las 4.30 de la madrugada del mencionado día en que recuperaron la libertad.

Era apenas pasada la 1 de la madrugada y ya del supuesto secuestro de Vizcay y su sobrino la policía estaba informada, por lo que todas las fuerzas de la ciudad estaban abocadas a intentar dar con los captores como las víctimas.

Uno de los jóvenes le dijo al diario El Eco de Tandil: “lo que nos tocó vivir junto con mi amigo Nicolás fue algo que jamás lo hubiéramos imaginado. Íbamos transitando por Colectora Sur y como él tenía que esperar el mensaje de una chica, estacionó cerca de calle Portugal. Mientras aguardábamos, vemos que comienza a acercarse hacia el auto un hombre que lo hacía caminando por la Colectora”.

A partir de ese instante la madrugada para los jóvenes cambió radicalmente. “De repente aparecen otras cuatro personas, todos vestidos de civil, y lo primero que pensamos es que no venían a robar. Así que mi amigo puso en marcha el auto y comenzó a circular despacio. Mientras tanto la primera persona que habíamos divisado se cruzó delante del auto y se puso en la ventanilla del conductor”.

Continúo narrando que “nos preguntaba que estábamos haciendo y le contamos que aguardábamos la respuesta de una chica. Fue en ese instante que esta persona que no se había identificado, quiso abrir la puerta del conductor, mi amigo se asustó, aceleró y el resto de los hombres que estaban acompañándolo sacaron sus armas y nos empezaron a apuntar”.

Detalló que “hicimos media cuadra y se nos cruzaron dos patrulleros adelante y otros dos atrás y nos frenan en la puerta del negocio de esta persona que fingió su secuestro y nos puso en riesgo a nosotros. Ahí nos siguieron apuntando, a los gritos pidieron que bajemos del vehículo y hasta le rompieron el vidrio de la ventanilla del conductor para bajarlo a la fuerza a Nicolás. Tirados en el piso nos siguieron preguntando que hacíamos en la zona”.

“Nos levantaron y en un móvil policial nos llevaron a la comisaría Primera. Lo raro fue que esas personas que se acercaron al auto nunca nos dijeron que eran policías de civil, ni qué estaba pasando. Eso solo hubiera evitado el resto”.

Sostuvo que “estuvimos aprehendidos más de tres horas, porque todo lo de Colectora fue pasada la 1.15 y nos largaron 4.20”.

En cuanto a los daños que la policía le propinó al auto, rompiéndole la ventanilla del lado del conductor, Agustín indicó que “mi amigo pagó el cambio de la ventanilla para poder circular y hoy (por ayer) la policía que intervino en ese operativo le pagó el daño que habían hecho”.

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