Neurocientífico regresó a Tandil tras formarse 14 años en el exterior

José Fernández León Fellenz es doctor en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y estudió en el Reino Unido y Estados Unidos. En diciembre de 2020, regresó.


Por Ana Claudia Roche de la redacción de DIB

El Ministerio de Ciencia, tecnología e Innovación de la Nación acaba de relanzar el Programa Raíces, la Red de Argentinos/as Investigadores/as Científicos/as y Tecnólogos/as en el Exterior, con distintos ejes de trabajo. Entre ellos, impulsa la repatriación de importantes investigadores e investigadoras locales que han hecho procesos de formación en otros países durante algún tiempo y que decidieron regresar a trabajar en su tierra.

José Fernández León Fellenz es doctor en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA), y doctor en Ciencias Cognitivas (Informática) de la Universidad de Sussex (Reino Unido). En 2006 se fue del país y recién en diciembre de 2020, gracias al programa, regresó.

Durante sus estudios en el exterior, se desempeñó en el Centro de Neurociencia Computacional y Robótica (CCNR), en Reino Unido, y en centros y universidades norteamericanos relacionados con medicina tal como en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston y la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas en Houston. También obtuvo posiciones como Investigador Asociado en Escuela de Medicina McGovern del Centro de Salud de la Universidad de Texas en Houston, y otra posición como Científico Senior en la Escuela de Medicina de Baylor en Houston.

En una charla con DIB, contó qué lo trajo de nuevo a su tierra, puntualmente a la localidad de Tandil, y qué lo motiva a desarrollar su conocimiento y experiencia de nuevo en Argentina.

¿Cómo definirías tu trabajo?

Soy un científico multidisciplinario, más exactamente un neurocientífico que utiliza técnicas de la neurociencia de sistemas biológicos y neurociencia computacional para entender cómo funciona el cerebro. Busco además abstraer principios neuronales relacionados con tal funcionamiento para crear máquinas inteligentes, como robots móviles dentro del campo de la investigación denominado Inteligencia Artificial y Computacional.

¿Cómo te reinsertaste y qué motivaciones tenés en Argentina?

Actualmente soy investigador de CONICET del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires (CIFICEN) que es una unidad ejecutora de triple dependencia UNCPBA-CONICET-CICPBA. Además, soy Profesor Adjunto con funciones de docencia e investigación en el Departamento de Computación y Sistemas de la Facultad de Ciencias Exactas desempeñándome en el Instituto de Investigación en Tecnología Informática Avanzada (INTIA) de la misma Universidad.

Mi área de trabajo está vinculada a varios proyectos que van desde el análisis de señales neuronales mediante electrofisiología e imágenes de actividades neuronales hasta el modelado de redes neuronales artificiales en computadoras y para control robótico autónomo. Mi investigación reciente está enfocada a como comportamientos cognitivos dan lugar a lo que se denomina “mapas cognitivos” (representaciones neuronales donde un organismo se encuentra, la cual es observada en el cerebro de animales e incluso en humanos).  

Si bien ya tenía un vínculo fuerte con grupos de investigación en la Argentina, mi reinserción fue por medio de la Carrera de Investigador y del cargo de Profesor Adjunto. En esto, el Programa Raíces con subsidios de retorno del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación – Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, junto con el Programa Repatriación del CONICET fueron de gran ayuda para llevar a cabo uno de mis sueños: impulsar proyectos sobre neurociencia de sistemas y computacional, incluyendo robótica cognitiva, lo cual es una de las motivaciones que tengo en Argentina.  Parte del equipamiento lo he gestionado por medio de fondos del Programa Raíces y retorno de CONICET que me permitieron además trasladarlo. Podría haberme quedado en Estados Unidos, pero decidí por la Argentina, incluso con los problemas que nosotros sabemos que tiene, pero decidí volver.

¿Por qué decidiste volver a Argentina?

He sido investigador científico en varias universidades e instituciones de USA y el Reino Unido. En esa etapa de mi vida me di cuenta de que lo que diferencia a una institución de primer nivel con respecto de otras, es que poseen más recursos materiales tal como equipamiento con el cual hacen investigación. Pero, aún más importante es que ese equipamiento lo usan investigadores que sienten realmente que son parte esencial de dicha institución y que poseen una “mentalidad científica” innata. Me di cuenta de que el capital humano es lo que hace a una institución sobresalir del resto en cualquier área del conocimiento o aún en la industria, independientemente de donde uno se encuentre. En definitiva, uno es la misma persona independientemente de donde uno se encuentre, pero influenciado significativamente por su entorno y colaboradores.

Soy un producto de la educación pública. Me fui de la Argentina para adquirir tal conocimiento que en su momento no estaba disponible en el país. Volví a la Argentina buscando desarrollar ciencia y tecnología de punta con la idea de formar grupos de trabajo a futuro que busquen dicho objetivo desde la neurociencia, sistemas cognitivos, informática y robótica. Considero que existen muchas oportunidades de seguir trabajando en lo que he aprendido en el exterior desde múltiples perspectivas en la Argentina.

He tenido el honor de ser premiado por el Sub-Programa Cesar Milstein, y luego por el Programa Raíces, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para desarrollar estadías de investigación con grupos de investigación en Argentina.  

Mi vuelta tiene que ver con esa visión a largo plazo y de relacionarme y formar grupos de personas que vean la oportunidad de construir en definitiva un país diferente, y que mi trabajo de investigación colabore con ello. Es mi visión de cómo contribuir a resolver problemáticas relacionadas con el país. Lo importante es ser positivo: el compromiso por el país y el deseo de transformación de esos problemas a través del conocimiento y el esfuerzo.

¿Qué te inspiró a ser científico?

Desde chico sabía que lo que quería ser era un científico. Siempre en el taller de mi abuelo Nicolás yo estaba construyendo algún “aparato”, digámoslo así, que se asemejaba a algo interesante para mí. Recuerdo por ejemplo cuando construí el cuerpo de un robot pero no sabía cómo hacer para poner algo que funcione como su “cerebro”. Decidí hacer el intento con cables, cartón, y focos, entre otras cosas. Al momento de conectar dicho artefacto, mi abuela Paula me frenó diciéndome que si lo hacía se prendería fuego… y seguramente tenía razón. Dicho evento frustrante de tratar de entender cómo construir un cerebro artificial para mi robot motivaría mi interés hasta el día de hoy. Luego con el tiempo descubrí libros inspiradores que los recomiendo a cualquier persona que quiera meterse en esa aventura del pensamiento, tales como “Diseño para un Cerebro” (How to Design a Brain), de Ross Ashby, y “El Hombre Mecánico”, de Hans Moravec.  (DIB) ACR

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