Panorama: Justicia y gabinete, ejes de roscas y batallas que se adelantan


(Por Andrés Lavaselli, de la redacción de DIB).-

El reseteo de su campaña electoral que puso en marcha Mauricio Macri tendrá a la geografía bonaerense como uno de sus escenarios, pero difícilmente convoque los actores territoriales de su propio espacio –María Eugeni Vida incluida-, que le prestarán solo el apoyo de rigor, preocupados por tratar de salvar su propio pellejo mientras miran de soslayo en las primeras batallas del orden viene, que ya comenzó a ser negociado.

Aun con el refuerzo de las 30 medidas y el nuevo énfasis en el contacto personal, Vidal sabe que la estrategia que lanzó Macri en Belgrano para tratar de llegar al balotaje, además de no incluirla, tiene pocas chances de éxito. De hecho, todos los indicios indican que el triunfo de Alberto Fernández en las generales podría ser más holgado que el de agosto, lo que justifica el mote de «marcha del milagro» con la que el ingenio popular bautizó la iniciativa.

Por eso, la Gobernadora acompañará al Presidente el lunes en Junín pero no es seguro que lo haga el viernes en Bahía Blanca ni, tampoco, en el resto de las paradas bonaerenses. Así se explica también la preferencia por el interior en el cronograma: esos intendentes de esos distritos son relativamente más receptivos a la presencia de Macri porque allí la imagen presidencial está menos deteriorada que en el Conurbano, donde proponen abiertamente el corte de boleta.

Pero la presencia de Macri en suelo bonaerense, en el fondo, será apenas una interrupción en la atención de un sistema político que está enfocado en los reacomodamientos post elecciones. Lo que ocurre en el poder judicial es una muestra. Y no solo por la sonada polémica en torno al nombramiento de 42 jueces que apura Vidal, cuyos pliegos superarán la prueba del Senado pero con la expresiva ausencia del monzoísmo.

Ese paquete contiene dos nombres, Francisco Pont Verges y Ana Julia Biasotti, que están en el centro del debate. Son las propuestas para la estratégica cámara de Casación y ambos están vinculados al procurador Julio Conte Grand, el hombre de Vidal en Tribunales, al que imagina como uno de los pilares en los que apoyarse si se recicla como jefa de la oposición bonaerense. Ese es el objetivo de fondo del rechazo opositor a los pliegos.

Conte Grand, más allá de alguna cuestión familiar, está dispuesto a resistir presiones. Si no hay fracturas, el bloque vidalista que emerja de las elecciones en el Senado podría ayudarlo a lograr el objetivo. Pero él no solo confía en es respaldo: «Juani» Ustarroz, el alcalde de Mercedes, «hermano de la vida» de Wado De Pedro, le transmitió hace poco, en una charla personal en su ciudad, el respeto personal e intelectual que le tienen en La Cámpora.

Esas palabras quedaron resonando en el oído del Procurador ¿Y si la Corte, presidida por Eduardo De Lázzari, de múltiples vínculos con el peronismo afín a los intendentes, es percibida como más hostil por el kirchnerismo que su propia figura? Conte Grand cree que tal vez la principal amenaza en su contra sea Hugo Moyano, con expedientes que amenazan su poder en juzgados bonaerenses.

Antes de decidir si avanza contra el Procurador, Kicillof deberá resolver otras incógnitas. La presión de Martín Insaurralde,  el intendente de Lomas, por colocar un hombre suyo en el Instituto de Lotería por caso ¿Buscará Insaurralde hacer realidad la habilitación del mega bingo de Puente La Noria, que Vidal congeló no bien asumió en su cargo? Detrás de ese proyecto está Daniel Mautone, el empresario que le presentó a su esposa, Jésica Cirio.

No es el único pedido para Kicillof. El diputado massista Raúl Pérez se probó el traje de ministro de Justicia, aunque dicen que en opinión del kirchnerismo le queda mal. Mucho peor, en todo caso, que a Julián Álvarez. En Tigre también apetecen Seguridad, cartera afín al perfil de Jorge D´Onofrio, el massista que perdió la pelea por ir a la Corte. Pero tal vez hay que mirar para el puesto a Cecilia Rodríguez, Exministra de CFK, hoy en Avellaneda con el ultra K Jorge Ferraresi. Para Salud hay varios apellidos, Kreplak, Costa y Medina, todos ligados a Ginés González García. Un rector de una universidad del Conurbano, Federico Thea, suena en Educación.

Las especulaciones son infinitas: una funcionaria de Mariano Cascallares es mencionada para Arba tanto como el exrecaudador Montoya. Y, mientras que Bianco y Costa son número puesto para carteras centrales como Economía y Gabinete, no es seguro que los intendentes se queden con Infraestructura, ni con Desarrollo Social, donde podría recalar Fernando Raverta si no gana en Mar del Plata.

Lejos de esas roscas, Juan Zavaleta y Gabriel Katopodis se afianzan como referentes bonaerenses de Alberto Fernández, delegados de un presidente cuyo esquema de poder parece asentarse en otras provincias. El eventual acuerdo con Florencio Randazzo suma otro actor de peso en el distrito, aunque termine en el Gabinete nacional. Y dicen que Julián Domínguez podría ser el próximo no camporista en tomar un café con Fernández.  (DIB)

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