Rogelio Roque Moyano: “Tengo 80 años y esto es lo peor que me pasó en la vida”


Rogelio Roque Moyano dio su testimonio desde Olavarría, a través de la plataforma Zoom, y también desde la Facultad de Ciencias Sociales. La fecha clave en su relato fue el 7 de febrero de 1977, cuando partió de vacaciones y recorrió Entre Ríos, regresando el 21 de febrero. Al día siguiente, el 22, asistió a su turno nocturno de trabajo de 20 a 4 en los hornos de la fábrica Calera Avellaneda.

De regreso en su hogar, fue abordado por personas que le indicaron que debía presentarse a declarar. «Ellos saben todo», le aseguraron, y lo llevaron a la comisaría 1ª de Olavarría, donde fue sometido a torturas crueles en un “cuartito oscuro al fondo”, incluso le vertían agua desde abajo de la puerta para evitar que durmiera.

Permaneció una semana y poco a poco fue dándose cuenta que estaban sus compañeros de Calera Avellaneda también detenidos en aquel lugar. También reconoció la voz de los militares Héctor Rubén Rinaldi y Aníbal Verdura, a quienes conocía de la Unión Clasista. Al respecto, aseguro que Rinaldi era la “la voz cantante” cuando se llevaban a alguno a la “parrilla”. En los interrogatorios, señaló que estaban presentes los policías “Miguez”, “Bruno” y otros, junto a “Balquinta”. Varias veces dijo que en las preguntas denotaban tener “poca materia gris para pensar” porque lo imputaban en robos y otros actos vandálicos que eran “imposibles de realizar”.

Posteriormente habría sido trasladado para ser torturado a una casona ubicada en San Martín y Ruta 60, ahora en estado de deterioro, en Olavarría, donde habría reconocido a Omar Iturregui, ex detenido desaparecido y uno de los obreros víctimas que componen la causa LOSA. Finalmente, Rogelio fue trasladado a la cárcel de Azul, al pabellón de presos políticos, donde reconoció al abogado Gubitosi y a compañeros de LOSA y FABI, quienes habían sido detenidos en Roque Pérez y Alvear. Durante su estancia en el calabozo, recibió la visita del cura Marchuetta.

Moyano, de 80 años, tuvo algunas lagunas respecto de la declaración brindada en la etapa de instrucción durante el año 2017. Uno de los abogados de la defensa pública intentó crear una situación de contradicción que podría poner en duda toda su declaración. Sin embargo, la oportuna intervención del presidente del tribunal, el Juez Nicolás Tosselli, lo obligó a reformular su posición. Moyano respondió con contundencia: «En mis 80 años, fue un trastorno de lo peor que me ha pasado, por eso me lo olvidé, tengo las señales en los genitales, es lo que más me duele, trato de olvidar porque si no estaría loco», dijo.

Luego declaró Héctor Diez por los hechos que sufrió en el año 1976, siendo secretario general de UTA. La empresa para la cual trabajaba lo denunció en el Ministerio de Trabajo porque no quería trabajar más de 8 horas sin que se las computen como horas extras y, por lo tanto, se las paguen como correspondía según la ley. Diez supo que nunca figuró en los registros, hasta que el Penal N.º 7 de Azul fue allanado y se encontraron los documentos que probaron su detención en aquel lugar.

Araceli Elizabeth Diez, hija menor de Héctor y de 7 años en ese momento, recordó a su madre muy afectada porque no sabía dónde estaba su papá. Cuando se enteró de su paradero, pudieron ir a visitarlo, aunque a veces era muy difícil conseguir transporte hacia la ciudad. Describió que esperaban junto a otros niños y niñas y agregó: «Nos revisaban de forma muy invasiva, pasábamos por corredores largos con pasadores». Araceli cerró su testimonio pidiendo que «ahora que tenemos derechos laborales que se consiguieron gracias a gente que puso el cuerpo y dio la vida, tengamos memoria y nunca más una empresa tenga beneficios a costa de los trabajadores». Además, agregó: «Que nunca más una niña de 7 años tenga que pasar por lo que pasé yo».

La próxima audiencia se realizará el 20 de octubre a las 10:30 horas, con retransmisión en las sedes de Olavarría, Tandil y Azul.

Por: Soledad Restivo – Agencia Comunica/FACSO-UNICEN

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