Preocupa la situación hídrica en Olavarría: hay casi 300 mil hectáreas entre anegadas y encharcadas
Fuente: Zona Campo
En gran parte del partido de Olavarría, y en muchas otras zonas del centro de la provincia de Buenos Aires, en los primeros cuatro meses del año cayeron casi la misma cantidad de milímetros que el promedio anual. Luego de una buena primavera y de un enero seco, las lluvias recurrentes del otoño han creado un panorama donde, debido al acortamiento de los días sumado a un perfil del suelo ya saturado sin capacidad para absorber más agua, los campos en las zonas bajas se encuentran anegados o encharcados casi en su totalidad.
En el mapa elaborado por BitField puede observarse que la mayor parte de la zona ganadera del partido se encuentra en esa situación, precisamente un poco más de 291.000 hectáreas. Esta está provocando dificultades productivas de importancia, especialmente en los campos de cría y en la red vial rural, no solo en el momento de sacar la producción de los campos sino también en la vida cotidiana de los habitantes de esas localidades. Distinta es la situación en la zona netamente agrícola donde los rindes estimados son más que alentadores y se está pudiendo cosechar sin inconvenientes. En campos mixtos que están dentro del área afectada por exceso de agua la situación es mucho más compleja.
Lisandro Falabella, productor ganadero en la zona de Muñoz, no dudó en afirmar: «Es una situación sin precedentes por lo menos en los últimos 30 años»
En este sentido, el productor agropecuario dijo: «después de hacer casi 30 años que trabajo en el campo, fue algo sin precedentes, nos ha golpeado mucho. Arrancamos en diciembre con el temporal y la colita esa del tornado que pasó nos destruyó molinos, los montes cayeron sobre los corrales, sobre la manga, la verdad que hizo un daño tremendo, galpones, voló chapas, bueno, eso obviamente va a tener un costo muy grande de reparación, lo estamos haciendo, pero la verdad que no tenía antecedentes de algo tan tan grande.»
Falabella agregó: «después, en febrero, cayó una granizada grande también, que dañó cultivos y llegó a romper los silo bolsas, que es donde uno almacena la comida, tanto sea de corta picado o de grano. El grano hubo que reembolsarlo con la pérdida de calidad del alimento y el costo que eso implica. Después, con respecto a la cantidad de agua que tampoco tiene precedente, nosotros en Lomas Pampas cerramos abril con 700 milímetros, prácticamente estamos hablando de una lluvia anual de un año de un poco abajo de la media, que son 800, entre 800 y 900, ya prácticamente tenemos la lluvia de todo el año en cuatro meses y en realidad son tres meses, porque enero no llovió, así que en tres meses casi tenemos el 80-90 por ciento de la lluvia del año. Sí, ha traído complicaciones porque una gran parte del campo queda inutilizada, la vaca se va a las lomas, las lomas sí producen más pasto desde luego, pero por otro lado tanta cantidad, se lavan los nutrientes, se lavan todos los nitratos, el mismo fósforo se moviliza, así que hay un lavado de nutrientes para las plantas y pasa a ser perjudicial . Ni hablar todo lo que es la parte de corrales para poder trabajar, la parte de caminos, marzo-abril son los meses de mayor movimiento, con destetes, tactos, traslados, ventas, bueno, todo eso hemos tenido que sortear unos obstáculos tremendos en cuanto a los caminos, caminos que estaban relativamente bien en el partido y hoy hay muchos caminos que están intransitables, como nunca, tenemos que remontar a los noventa para referirnos a algo así, que directamente no se pasa por un pantano, es algo increíble, por todo, por todo lo que lleva, no sólo la producción, sino el movimiento del personal, de las escuelas, así que, bueno, nos ha complicado bastante la vida.»
Respecto de las hectáreas anegadas dijo: «las hectáreas que están anegadas están perdidas y el campo se achica. Esperemos que ahora vayamos a un registro normal, a un invierno con lluvias escasas y que no falte en primavera, porque el temor de todos es que el agua, que tuvimos en exceso, después en algún momento no falte como indican algunos pronóstico.»
El impacto en la ganadería
Por otro lado, también en la nota publicada por Zona Campo, se expresó el ingeniero agrónomo Alejandro Giaquinta. Director de la Chacra Experimental Blanca Grande.
Giaquinta explicó: «La ganadería argentina está basada fundamentalmente en el pastoreo directo por la hacienda de pastizales, pasturas, verdeos y rastrojos de cultivos. Esto la diferencia de la ganadería existente en otros países, donde los animales tienen una alimentación más bien basada en granos y otros suplementos. La zona de cría que incluye al partido de Olavarría, no escapa a esa realidad.»
El Ingeniero Agrónomo explicó además: «las lluvias recurrentes del otoño han creado un panorama donde, debido al acortamiento de los días y la reducida evaporación, sumado a un perfil del suelo ya saturado sin capacidad para absorber más agua, los campos se encuentran anegados casi en su totalidad, especialmente aquellos en zonas bajas. En este caso la falta de aire es casi total, durante un tiempo relativamente prolongado. Esto ocasionará la muerte (por asfixia) de la vegetación presente excepto, tal vez, algunas especies resistentes como el pasto miel, vegetación de ciclo primavera – estivo – otoñal, que resiste anegamientos prolongados siendo tolerante a humedad excesiva debido a su extenso y profundo desarrollo radicular.»
En este sentido, Giaquinta explicó: «resulta importante distinguir el origen y composición del agua de anegamiento. Si se trata de agua superficial que no contiene sales en exceso, es de esperar que el movimiento en el suelo sea descendente. La laguna así formada, irá desapareciendo lentamente (a medida que el agua infiltra hacia capas más profundas), a menos que nuevos aportes determinen un aumento de nivel. Esta circulación de agua hacia abajo, provocará el lavado de sales y nutrientes, elementos nutritivos para las plantas y también de partículas finas (arcilla y limo) que irán cubriendo los macro y microporos construidos por insectos y por muerte de raíces. «
En la misma línea dijo, «si el agua contiene alto niveles de sales, puede generar transitoriamente un ambiente tóxico y en consecuencia la mortandad de especies forrajeras no adaptadas a ese cambio del pH. Este se vuelve mas alcalino en caso que existiera un horizonte subsuperficial duro que actúe como un piso, en esa circunstancia las sales producto de la evaporación ascenderían y generarían una costra color blanquecina indicando un aumento en los niveles del pH.»
El director de la Chacra Experimental Blanca Grande dijo además, «los vientres de los rodeos de cría en esta época del año, si el servicio se inició en octubre, están entrando en su ultimo tercio de la gestación, situación en que los requerimientos del conjunto vaca – ternero en gestación se incrementa, agravados por el frio que trasmite la humedad del pastizal/suelo. Si esta demanda energética no se puede cubrir adecuadamente, existe el riesgo de que la condición corporal y estado fisiológico del conjunto pasen por una encrucijada. Esta circunstancia lleva a que el servicio que se inicia en la primavera siguiente se vea comprometido por la baja aparición de celo fértil, por lo tanto y en consecuencia, los porcentajes de preñez se verán reducidos si no hay una rápida recuperación del estado del animal. También el patrón de la distribución de la parición cambiara al año siguiente, dando un bajo y elevado porcentaje a lo que se llama cabeza y cola de parición respectivamente.»
De todas maneras, el Ingeniero Agrónomo destacó: «se puede rescatar una situación positiva que es que, pasado el invierno, el perfil del suelo estará bien abastecido de humedad y cuando comiencen a darse buenas temperaturas el crecimiento del pasto será relativamente alto, máxime si se fertiliza. La carencia de bajas temperaturas del suelo a la salida del invierno, pero relativamente aceptables en el aire, hace que la baja actividad de los microorganismos del suelo, no degraden la materia orgánica y por ende la entrega de nutrientes a las plantas, circunstancia que genera el atraso en el rebrote. Si esta carencia es suplida por fertilizantes, la temperatura del aire será suficiente para el arranque rápido del rebrote. Tener aquella vegetación de ciclo primavera estivo otoñal, con mayor rapidez disponible para el ganado al inicio del servicio, nos ayudara sin dudas a la rápida recuperación del estado corporal y consecuentemente el buen índice de preñez.»
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