Se reanudará en Tandil el juicio por crímenes de lesa humanidad

Testimonios en torno al compromiso político y profesional de Carlos Alberto Moreno, abogado laboralista secuestrado, torturado y asesinado en 1977, se seguirán prestando desde este jueves, en Tandil, en el marco del juicio por crímenes de lesa humanidad que se realiza en esa localidad.

Además de los tres militares y dos civiles que se encuentran imputados como participes de esos hechos, la querella y familiares de Moreno buscan profundizar en torno a la instigación intelectual del crimen, conocido su rol preponderante como defensor de los trabajadores que por aquel entonces contraían silicosis por sus labores en la cementera Loma Negra.

Matías Moreno, hijo mayor del abogado olavarriense y sociólogo, lo planteó hace escasos días en una carta abierta en la que recordó que su padre “gracias a la predisposición de algunos trabajadores para dejarse hacer una cirugía y tomar muestras del tejido pulmonar, llegó a la conclusión de que la mayoría moría por una enfermedad llamada silicosis. La Justicia laboral dictó fallos a favor de los trabajadores, en los que obligó a la empresa a pagar indemnizaciones y cambiar condiciones de trabajo. A raíz de esto, mi padre fue secuestrado”, completó en tal sentido.

El joven reiteró que “no sólo buscamos justicia por él, sino también por los trabajadores cesanteados y encarcelados, los expulsados no sólo de Loma Negra, sino del circuito del cemento, y los muertos por causas evitables”.

“La sintonía fina en los procesos por Memoria, Verdad y Justicia significa hurgar, más temprano que tarde, en los lugares incómodos de las complicidades civiles de la última dictadura. Exige celeridad de los encargados de la Justicia, porque Amalita (Fortabat) ya se murió, aunque la condena social está naciendo”, cerró el hijo de la víctima.

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